Después de más de un año y seis colecciones bajo la batuta de Bill Gayten, la mítica casa de modasDior buscó al sucesor de su anterior mente creativa, John Galliano, y nombró en su lugar al ex diseñador creativo de Jil Sander, Raf Simons, quien ha debutado en Paris Fashion Week Haute Couture con su colección otoño/invierno 2012.

Paredes y techos forrados de flores a lo largo de cinco salones hacen rememorar el gusto exacerbado de Christian Dior por la naturaleza, pero sobre todo por las flores. La atmósfera evoca los años dorados en los que su diseñador original creaba piezas exquisitas.

La colección, conformada por 50 piezas, apareció poco a poco ante los ojos de quienes se dieron cita en París. Cinturas mínimas abrazadas por cinturones de metal y péplums oversized que acentúan las caderas hacen tributo a las siluetas de reloj de arena que tanto encantaban a Dior en persona, regresando el tiempo y logrando evocar el romanticismo de la casa, pero a la vez mezclándolo con la limpieza y minimalismo que distingue a Simons.

Hermosas prendas en seda, organza y satén con bordados y acabados sutiles se funden en una paleta que no discrimina entre tonos cálidos y fríos, en donde la existencia de pantalones y faldas debajo de la rodilla desplaza por un momento la expectativa de encontrarse con imponentes vestidos de noche.

A pesar del exquisito trabajo manual que toda colección de haute couture debe tener, esta colección deja un sabor muy pret-à-porter. Por unos instantes parece que se tratase de una colección de Carolina Herrera u Oscar de la Renta la que desfila ante los espectadores.

La haute couture de Raf Simons, sin embargo, muestra una nueva corriente en la cual las piezas no son necesariamente extravagantes, ni representa un reto llevarlas; la haute couture de Raf Simons habla sobre una técnica igualmente exquisita a la de sus otros colegas couturiers pero diametralmente opuesta en diseño.

Distante del excentricismo de Galliano y del romanticisimo de Yves Saint Laurent, la colección debut de Raf Simons habla de un diseñador que es fiel a su estética, una estética simple pero a la vez deslumbrante que no hace cuestionar ni por un instante su lugar en la casa.