En tiempos de crisis y de empleos precarios, la Casa del Lago inaugura la exposición La empresa soy yo, que analiza las nuevas formas de relacionarse con el trabajo y cuestiona los métodos vigentes.

El título es un guiño a la no tan popular afirmación de Luis XIV: “El estado soy yo”, con la que el rey francés prácticamente se declaraba como único representante del país y sede humana del poder absoluto. En este caso, la exposición reclama la potestad del individuo sobre el trabajo a través de distintas propuestas que en algunos casos funcionan como denuncia y en otros como reivindicación.

“Ni el estado y sus políticas públicas, ni las corporaciones financieras, ni las grandes industrias: la empresa soy yo”.

La ética laboral —que en esta era capitalista se reduce muchas veces a un título vacío— y el trabajo informal son algunas de las preocupaciones centrales de las obras de los artistas que exponen en la Casa del Lago, defendiendo “el autoempleo como respuesta al desempleo, el subempleo y la expansión de abusivos contratos temporales”. Dada la importancia del empleo como generador de la dinámica social, es prácticamente obligatorio debatir sus condiciones.

El trabajo se asume como un modelo necesario de estructuración social para configurar la economía, pero acaba extrapolándose al resto de actividades e influyendo la totalidad de la realidad diaria.

Aún así, según el precursor del cooperativismo, Charles Fourier, el trabajo es en realidad un rasgo innato del hombre, ya que éste tiene la necesidad de tener una función, ya sea dentro del sistema social o como ser humano.

Participan, entre otros, Ricardo Atl, Debora Delmar Corp, Amanda Gutiérrez, Daniel Knorr, Víctor Noxpango, Daniela Ortíz, Vicente Razo, Gustavo Rodríguez, Mikka Rotenberg, Pilvi Takala, Hito Steyrl y Antonio Vega Macotela.

www.casadellago.unam.mx

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[5 de septiembre de 2013]