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La construcción de lo femenino: retrospectiva de Cindy Sherman en MoMA

31.07.2012

A partir del 26 de febrero, el MoMA de Nueva York presenta una retrospectiva de la obra de Cindy Sherman que incluye más de 170 fotografías y traza su carrera desde los años 70 hasta el presente. La muestra recorre sus series clave y explora los temas que predominan en sus obras, como el artificio, el cine, el performance, el horror, lo grotesco, el mito, el carnaval y la identidad de género. La exposición también incluye sus murales fotográficos inéditos (2010) y va acompañada por una muestra de filmes que han influido en su práctica artística, seleccionados por ella misma.

En los primeros seis años de su carrera, Cindy Sherman (New Jersey, 1954) elaboró los Untitled Film Stills en los que reproduce en gran formato autorretratos en blanco y negro de los distintos papeles que desempeña la mujer en una sociedad machista: trabajadora, ama de casa, prostituta, chica suburbana, adicta, de talante solitario o sentimental. La artista exploraba aspectos concernientes a la construcción de la identidad femenina.

En una serie posterior, se retrató a sí misma en primer plano, en distintas actitudes, posando como lo hacen en un close up las modelos de los centerfolds de revistas masculinas. En sus fotografías, Sherman trata de evadir el prejuicio masculino de la imagen de la mujer como símbolo sexual y, al mismo tiempo, destronar al hombre como el único “héroe creador” del arte. Sus obras simbolizan el acto de una mujer que se apropia de su imagen por su propio placer, aunque no es a su persona a la que retrata sino a los distintos personajes que desempeñan los papeles promovidos por las revistas, la televisión y la sociedad que impone ciertos parámetros de conducta femenina.

Ya una artista exitosa, en 1985, retrató personajes de cuentos de horror, de hadas y mitos. La serie fue patrocinada y posteriormente rechazada por una editorial de cuentos de niños. Por lo tanto, Sherman incorporó este trabajo dentro del campo de obras para exposición.

A partir de 1987 sus fotografías muestran ciertas “compulsiones femeninas” como la anorexia, la bulimia, el uso de los cosméticos y anticonceptivos, así como temáticas relacionadas con el sida.

De 1988 a 1990 trabajó nuevamente el autorretrato a color pero, en esta ocasión, optó por las deconstrucciones de pinturas renacentistas y barrocas. En los retratos históricos se mofa de la sacralización de “obras maestras” de arte hechas por hombres. Sherman se disfraza imitando al personaje femenino o masculino de la pintura. Con una profunda ironía desacraliza la imagen del duque, la reina o la madonna. La artista utiliza la cámara para registrar las diversas personalidades de las estrellas presentadas por los medios masivos de comunicación o de las deidades de los museos con la idea de denunciar el estereotipo de la imagen manipulada.

Cindy Sherman realiza fotografías de ella misma en diversos papeles e identidades. Ella es su propio modelo, estilista, supervisora de iluminación y fotógrafa. Crea meticulosos simulacros del lenguaje corporal y de estereotipos de los mass media. Sherman tiene contacto con los retratos de Hollywood y está explícitamente familiarizada con la iconología de la televisión, que desde los años 70 forma parte de nuestro “paisaje” natural.

En la década de los 90 ya no utilizó el autorretrato; maniquíes de grotescas muñecas, máscaras, panzas y pechos falsos son los nuevos componentes de sus imágenes. Las muñecas muestran articulaciones dislocables, cabezas sin pelo, gestos inertes con ojos que se mueven y enormes genitales. Los fragmentos de maniquíes se acomodan en figuras alegóricas de horror sexual. Contorsionadas. Mutiladas, con líquidos indescriptibles brotando de sus cuerpos, se crean sombras alrededor de la noción de lo femenino. Estas imágenes son un grito de angustia en contra de la violencia física sobre la mujer.

La paradoja se encuentra en que, aun cuando es evidente que las imágenes aluden a una mujer violada, la muñeca yace sobre sábanas de satín rojo brillante. Sabemos que sus sujetos son maniquíes, partes del cuerpo de una tienda de material para doctores y cirujanos —material clínico—, máscaras y pechos falsos, pero ¿por qué nos afectan tanto? La artista emplea la fotografía como medio para analizar el aspecto sexual explícito en sus imágenes. Maneja a la mujer como objeto de la contemplación masculina, pero linda con lo grotesco.

Sus fotografías parecen tomadas de modelos reales, de forma directa, sin vergüenza, sin nada que ocultar, demasiado explícitas, como en una revista pornográfica. Igualmente, las dos series que trabajó desde hace seis años contemplan la idea de la mujer contemporánea que encarna distintas posibilidades, como cowgirl, reina de belleza, policía, como all american o mujer cool. Esta serie recuerda en cierto sentido a los Untitled Film Stills, aunque están tomadas en color y con Cindy Sherman en la cima de la popularidad.

Quizá como parodia de ella misma, una serie más reciente presenta a la artista, aunque ahora bajo un disfraz de payaso que llora, ríe, piensa, se cuestiona y se divierte.

www.moma.org

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