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Galería MAMO en La Cité Radieuse © Sébastien Veronese
Galería MAMO en La Cité Radieuse © Sébastien Veronese
Galería MAMO en La Cité Radieuse © Sébastien Veronese
Galería MAMO en La Cité Radieuse © Sébastien Veronese
Galería MAMO en La Cité Radieuse © Sébastien Veronese
Galería MAMO en La Cité Radieuse © Sébastien Veronese
Galería MAMO en La Cité Radieuse © Sébastien Veronese
Adaptación de Pierre Charpin de Apartamento No. 50
Adaptación de Pierre Charpin de Apartamento No. 50
Adaptación de Pierre Charpin de Apartamento No. 50
Adaptación de Pierre Charpin de Apartamento No. 50
Adaptación de Pierre Charpin de Apartamento No. 50
Adaptación de Pierre Charpin de Apartamento No. 50
Adaptación de Pierre Charpin de Apartamento No. 50
Adaptación de Pierre Charpin de Apartamento No. 50
Adaptación de Pierre Charpin de Apartamento No. 50
Adaptación de Pierre Charpin de Apartamento No. 50
Adaptación de Pierre Charpin de Apartamento No. 50
Adaptación de Pierre Charpin de Apartamento No. 50
Adaptación de Pierre Charpin de Apartamento No. 50
Galería MAMO en La Cité Radieuse © Sébastien Veronese

La Cité Radieuse de Le Corbusier: arte, arquitectura y diseño

30.07.2014

En las imágenes y los espacios labrados con hormigón de la Cité Radieuse (Marsella, Francia) se proyecta la modernidad; en su cima, la atmósfera contemporánea, la que es propia del siglo XXI y que vuelve a creer en la comunidad como síntoma de la ciudad. No se trata de una unidad habitacional tradicional, es la ciudad vertical donde Le Corbusier levantó el ideal de la sociedad moderna que aún sigue dando signos de vida. Allí, entre 337 departamentos, cubiertos por una fachada que recuerda a las composiciones de Mondrian, también hay lugar para el arte y el diseño.

En lo que antiguamente era un gimnasio, hoy se encuentra la galería MAMO. Su historia es sorprendente, es el caso de un patrimonio que, sin embargo, es —y seguirá siendo— propiedad privada. En 2010 el empresario y diseñador italiano Ora Ïto decidió comprar la azotea después de que su dueño original se jubilara y la pusiera en venta. Previniendo un posible abandono, Ito invirtió cerca de 4 millones de dólares en la compra y la restauración, que implicó la demolición —con permiso de la Fundación Le Corbusier— de una estructura de 150 metros de extensión que fue añadida a finales de 1950 sin autorización del arquitecto suizo.

El resultado es una amplia terraza que durante el verano funcionará como espacio de creación artística, mientras que en el invierno permanecerá abierta para uso de los locatarios y para recibir visitas de estudiantes de arquitectura. Además, el interior del antiguo gimnasio fue adaptado como cafetería, tienda y residencia de artistas. El nombre que actualmente la identifica, MAMO, es un acrónimo que hace referencia a Marsella y al Modulor, el sistema de medidas desarrollado por Le Corbusier, que es considerado como la proporción áurea de la arquitectura.

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La galería MAMO inauguró en el verano de 2013 con un proyecto de Xavier Veilhan. Y este año es el turno de Daniel Buren, que del Hospicio Cabañas en Guadalajara viajó a Marsella para entablar un contraste armónico con la arquitectura de la Cité Radieuse y el paisaje urbano de la ciudad. Su propuesta es sencilla, pero no carente de profundidad, y visualmente atractiva. El artista francés (re)construyó el espacio definido por Le Corbusier, así como sus dimensiones y su sentido, a través de siete piezas que también alteran la composición del lugar.

Bajo el título de Defini Fini Infini, la instalación, que se presentará hasta el próximo 30 de septiembre, utiliza la geometría y los colores para confrontar la rigidez y el gris del granito. Por su parte, una serie de espejos otorgan profundidad al espacio al tiempo que distorsionan la percepción con ayuda de los bloques cuadrados dispuestos alrededor del suelo. A un costado, un muro sostiene una fila de paneles triangulares cuya imagen rebota entre espejos y el cielo. Para rematar, Buren cubrió la ventana del gimnasio interior con láminas translúcidas que, durante la noche, crean una pantalla de colores que se refleja en el piso de espejos.

En el mismo edificio, el Appartement No. 50 es protagonista, aunque parece no tener nada de especial en comparación con sus iguales: cuenta con dos plantas, cocina, recámaras, baño, sala, y está diseñado con base en el sistema Modulor. Sin embargo, es diferente al resto por las intervenciones de diseño que desde 2008 patrocina su propietario Jean-Marc Drut. Su interior ha sido transformado por Jasper Morrison, Ronan y Erwan Bouroullec, y Konstantin Grcic, con una única condición: no alterar la arquitectura, ya que Drut y su esposa lo habitan aun durante la exhibición.

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Actualmente el departamento es “ocupado” por el trabajo del diseñador francés Pierre Charpin, cuya propuesta no es sólo de carácter expositivo. Su objetivo fue crear una convivencia entre sus piezas y la atmósfera cotidiana del lugar, sin llegar a ser invasivo. Así, decidió seleccionar objetos que destacan por su color para lograr un cambio significativo, como los vasos de la serie Écran (2001), las mesas Crescendo (2013) —con mosaicos de colores en la superficie—, así como piezas más industriales como las lámparas Desa (2010) y la colección Ceram X (2007), que se caracteriza por sus dibujos sutilmente sexuales.

En las paredes Charpin colocó motivos gráficos y dibujos sobre marcos que se forman por la retícula natural del departamento. Para el diseñador, lo importante era “conectar el pasado del diseño y de la arquitectura con sus expresiones contemporáneas”. El proyecto permanecerá hasta el 15 de agosto. Y del Appartament No. 50 hasta lo más alto de la Cité Radieuse el recorrido se completa.

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[30 de julio de 2014]

 

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