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La cabeza en las nubes. Nicolas Tourte para Hermès

07.02.2014

Para la 11 edición de Zona Maco, Hermès presenta una exhibición comisionada al artista francés Nicolás Tourte en la que, mediante instalaciones interactivas, se invita a los visitantes a explorar el universo de la firma. Platicamos con Tourte acerca de La tête dans les nuages (La cabeza en las nubes).

¿Cómo surgió el proyecto de colaboración con Hermès? Y, ¿qué fue lo que más disfrutaste de la experimentación con los accesorios?

Hace un par de meses Hermès me contactó para realizar una instalación para su tienda de Hong Kong. Inicialmente el proyecto involucraba una sola instalación, pero terminé diseñando seis dispositivos diferentes. Después de ver todas las piezas, me propusieron realizar una exposición completa. Así fue como surgió la idea de montar La cabeza en las nubes.

Lo que más disfruté fue la libertad que me dieron para diseñar cada una de las piezas. En realidad no se trató de una construcción, sino de una invención de dispositivos con elementos que podían no tener mucho sentido. Junto con Hermès pude examinar las diferentes formas que podían adquirir los accesorios. Y aunque había un toque de humor detrás de cada uno, logramos mostrar las piezas de una manera interesante.

 Con respecto al título, hay una clara referencia al pensamiento surrealista. ¿Cuál es la idea detrás de La cabeza en las nubes?

Cuando estaba tratando de decidir el título de la exposición tenía ganas de incluir un toque de sátira, pero Hermès sugirió que fuera una frase con un sentido mucho más poético. Ellos propusieron La cabeza en las nubes, porque creían que yo siempre estaba en las nubes y soñando.

Lo que me gustó de este título es que hace referencia al Surrealismo, sobre todo porque yo suelo basarme en la obra de artistas como Magritte. También me pareció interesante que incluía la palabra nube, como un concepto relacionado con la transformación y el movimiento

En tu obra existe una relación constante con el cine. ¿Qué influencia tuvo el cine en este proyecto, sobre todo con respecto a la narrativa?

Sí, existe una relación directa entre mi obra y el cine. Suelo tomar algunos temas y conceptos de ciertas películas, pero también de novelas. Por ejemplo: para dos de los dispositivos que conforman La cabeza en las nubes me inspiré en el libro La cúpula (Under the Dome), de Stephen King, y en Sin aliento (À bout de soufflé), de Jean-Luc Godard.

Me gusta retomar nombres de películas en mi piezas para llamar la atención del espectador. Trato de crear un juego con los títulos, los espectadores pueden perderse en el tema de la película o generar interpretaciones alternas a partir de las piezas.

Con respecto a la narrativa, me gusta la idea de presentar un “largometraje” a partir de pequeños fragmentos, conceptos o ideas, que en conjunto forman un todo.

¿Cómo seleccionaste las piezas —los guantes, las bolsas, etc.— de Hermès con las que trabajarías para cada dispositivo?, ¿qué te atrajo de ellas?

Le pedí al equipo de Hermès que me prestara un catálogo de accesorios. Cuando los analicé, comencé a establecer una especie de empatía con algunos de los objetos que observaba. Después jugué con ellos y con sus características físicas. Por ejemplo, el interior de una cartera era muy curioso, tenía listones que parecían claramente carreteras. Así fue como surgió la idea de hacer Domo.

Intenté buscar la trascendencia de los objetos y establecer una relación con el espectador. Mi objetivo no fue transformar los accesorios, sino “aumentarlos”: partir de una realidad que está en el espacio y añadir algo que ofrezca la posibilidad de viajar y jugar a través de los objetos. Eso es lo que yo llamo realidad aumentada.

Para mí es muy importante obtener la esencia de las cosas para después poder apropiarnos de ellas. Lo ideal es que los todos —los espectadores— puedan quedarse con algo de las piezas, que puedan encontrar diferentes capas de lectura y que descubran que una obra de arte puede revelarse por sí misma.

Desde tu perspectiva y en relación con este proyecto, ¿cómo se involucra el espectador con los diez dispositivos?, ¿consideras que las piezas podrían ser una espejo frente a la mirada del espectador o una ventana que provoca nuestro deseo de observar siempre lo que nos rodea?

La mayoría de los dispositivos se pueden considerar como cajas de Petri, pero también como un espejo —como los que usan en Francia para llamar a las aves— o una trampa.

En la pieza Desacuerdo un hombre nos habla de lo cotidiano, de la modestia con la que nos confrontamos a la vida diaria y de una rutina que nos lleva a estar en una prisión. Frente a la escena la mirada no hace distinción, se puede observar y/o sentir el cuerpo encarcelado.


Mira aquí imágenes y videos de las piezas.


[7 de febrero de 2014]

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