Después de que en 2011 anunciara su retiro del arte, el italiano Maurizio Cattelan regresa con la exhibición Kapput, que estará abierta al público hasta octubre de este año en la Fundación Beyeler en Riehen, Alemania.

La exhibición se enfoca en Untitled, una pieza creada en 2007 que fue transformada para mostrar el cuerpo, las patas traseras y delanteras de cinco caballos empotrados en un muro blanco; la cabeza de los equinos está detrás de la pared.

El grupo de caballos disecados es una edición especial, «renovada», del trabajo del propio Cattelan exhibido en la exposición colectiva After Nature en el New Museum de Nueva York en 2008. Acostumbrado a provocar y generar controversia con su trabajo, el artista italiano va más allá al colocar –en un solo lugar y al mismo tiempo– las piezas originales y sus copias: tres caballos pertenecen a colecciones privadas internacionales, mientras que los otros dos son pruebas/copias propiedad del artista.

La exhibición, curada por Sam Keller y el curador asociado Michiko Konode, provoca un doble juego visual al espectador. En primera instancia con lo que se ve: las colas de las bestias suspendidas en el aire, huella visible, quizá, de una estampida en perpetua huida. Por otro lado, se encuentra lo no visible: detrás del muro blanco, frente a la cabeza de los caballos.

El impacto visual que el trabajo del nacido en Padova, Italia (1960) provoca lo ha llevado a ser uno de los artistas más discutidos de la actualidad, incluso cuando anunció su retiro durante la retrospectiva Maurizio Cattelan: All, que el museo Guggenheim de Nueva York organizó en su honor hace dos años.

Cattelan ha declarado: «Realmente creo que la realidad es mucho más provocativa que mi arte». Sin embargo, la ambivalencia de piezas «recuperadas» como Kapput mantiene al espectador alineado con la capacidad de incitar mediante el arte, como si se tratase de uno más de sus caballos.

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[20 de junio de 2013]