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Invitación a la inauguración de Implante.
Marcela Armas. Implante, (2015). © Dalia Huerta Cano. Cortesía de la artista. ©Dalia Huerta Cano
Marcela Armas. Implante, (2015). © Dalia Huerta Cano. Cortesía de la artista. ©Dalia Huerta Cano
Marcela Armas. Implante, (2015). © Dalia Huerta Cano. Cortesía de la artista. ©Dalia Huerta Cano
Marcela Armas. Implante, (2015). © Dalia Huerta Cano. Cortesía de la artista. ©Dalia Huerta Cano
Marcela Armas. Documentación del recorrido de Denver a México, (2015). ©DaliaHuertaCano. Cortesía de la artista. ©Dalia Huerta Cano

Mover la Tierra: Implante, de Marcela Armas

27.07.2015

Implante es producto de un ensamblaje de medios y recursos materiales y humanos que permiten alcanzar un fin: el intercambio de suelo. Un gesto que nos permite hablar de los procesos complejos de lo que entendemos por historia o, mejor dicho, por la construcción de la historia.” Así describe Marcela Armas a Implante, su más reciente proyecto que inició en Denver y llegará a la ciudad de México para establecer un intercambio simbólico entre el tiempo humano y el tiempo geológico. Bajo la curaduría de Yameli Mera y Lauren Wright, se trata de la primera comisión de arte público para la Bienal de las Américas, que se lleva a cabo del 12 de julio al 31 de agosto en la capital de Colorado y en la ciudad de México del 1 al 23 de agosto.

La propuesta de Armas (Durango, 1976) consiste en un intercambio de suelo entre ambas ciudades de Estados Unidos y México, a partir de un proceso de perforación a 30 metros de profundidad para extraer muestras minerales del subsuelo —también conocidas como núcleos. Dividido en varias etapas, “el proyecto reflexiona sobre las formas de relación que los seres humanos establecemos con la Tierra, las implicaciones de mover recursos y transformarlos, y sobre la significación del intercambio”, explica la artista en entrevista con Código.

Por medio de una exploración geológica que permitirá manipular y analizar la estructura mineral del planeta, el pasado 12 julio inició la primera perforación en el Confluence Park (Commons Park) en Denver, donde se obtuvo un núcleo o “testigo” de ese territorio. Un signo muy elocuente de la intervención humana sobre la Tierra, de acuerdo con la artista. Después de su extracción, el núcleo fue interpretado por el geólogo y paleontólogo estadounidense Paul Belanger.

La importancia de la interpretación recae en la lectura que desde los científico o lo simbólico se puede hacer de los espacios natural y humano: “El núcleo es un lenguaje en sí mismo, un objeto de estudio y un archivo que permite hacer una lectura del tiempo registrado en la Tierra y en la roca. También es una ventana para la interpretación, que nos ayuda a crear una imagen de la Tierra que, en realidad, es invisible, un enigma.”

Una segunda etapa del proyecto arrancó el pasado 19 de julio, cuando las muestras minerales de Denver iniciaron su viaje a la ciudad de México, para ser implantadas en la perforación que se realizará el próximo 1 de agosto en las inmediaciones de la Casa del Lago. Este intercambio supone otra capa de significación relacionada con la importación y exportación legal entre ambos países. “Se trata de un fragmento de Tierra desplazándose de una latitud a otra, llegando consigo un fragmento de su historia, incluyendo el sedimento de lo humano y la propia energía humana para transportarlo.”

De acuerdo con el itinerario, este 27 de julio llegan las muestras procedentes de Denver. Y, una vez en la ciudad de México, se inicia la extracción —a la misma profundidad— del núcleo en Casa del Lago. Este material también será analizado por geólogos del Instituto de Geología de la UNAM para después ser trasladados a territorio estadounidense e implantado el 22 de agosto. Así, ambos “archivos geológicos” —como son denominados por Armas— serán intercambiados e implantados en el pozo que había quedado vacío en cada ciudad.

Aunque para la artista este acercamiento le ha demostrado que la Tierra no tiene nacionalidad, ha tenido que someterse a reglas legales y convenciones culturales para perforar un territorio y exportar e importar el suelo con fronteras políticas de por medio. Asimismo, se ha involucrado en una relación de trabajo con especialistas en otras áreas, principalmente relacionada con las ciencias, que le han permitido acercarse al entendimiento del mundo desde otras perspectivas: “En este proyecto, todo el proceso de trabajo tiene significados concretos pero también simbólicos: irrumpir en un orden —un espacio-tiempo que no había tocado la luz en millones de años—, moverlo a otro lugar, implantarlo y devolverle su invisibilidad aunque en un orden distinto.”

Por otro lado, en un momento donde la expropiación del suelo adquiere tintes políticos, el ejercicio realizado por Armas en Implante inevitablemente recuerda la peligrosa tecnología del fracking que viene de la mano con la reciente Reforma Energética de nuestro país. Frente a esto, la artista comenta que “en definitiva, en una primera lectura, el proyecto está hablando de este tipo de intervenciones y de aquellas relacionadas con la industria de la tierra y la explotación minera. Se trata de una cirugía geológica perpetrada por seres humanos. […] Desde el punto de vista del potencial, de lo que yo entiendo como arte, me parece una alquimia o una clase de acupuntura de la Tierra.”

Al igual que otros proyectos de Armas, como Cenit (2007) o I-Machinarius (2008), Implante explora el territorio aunque desde una perspectiva diferente: el tiempo geológico y el tiempo de lo humano. No obstante, no deja del lado las implicaciones sociales y políticas que, en este caso, recaen en las ciudades de México y Denver, con la desecación de los lagos y la actividad minera, respectivamente. Son aspectos que también construyen la narrativa entre lo social y la naturaleza. “Una amiga geofísica hace poco me dijo: ‘la Tierra escribe todos los días’.”

Armas destaca que, aunque toda exploración es potencialmente un descubrimiento, el proyecto no pretende ofrecer un nuevo hallazgo científico. Su apuesta, sin embargo, está en la cirugía de un cuerpo viviente que es la Tierra. “En forma real, pero también simbólica, implica un gran movimiento, no sólo por la historia o la memoria que se desplaza, sino porque esto implica una transformación. Es un gesto que conecta dos formaciones geológicas, dos cuerpos culturales complejísimos, dos narraciones que se insertan en una y que implica también la construcción de una o muchas nuevas historias.”

Implante

Commons Park, Denver: 12 de julio al 30 de agosto.

Casa del Lago, México: 1 al 23 de agosto. (Aquí se mostrará un documental realizado por Dalia Huerta Cano que registra todo el proceso de traslado del material de Denver a México)

implant.marcelaarmas.net

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