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Íconos Chanel

27.11.2013

Cuando se compra un producto de Chanel, se compra una idea. La casa de modas se ha particularizado por la deconstrucción de las tendencias; los símbolos icónicos de la marca llegan para convertirse en clásicos. La moda en Chanel implica cierta abnegación de una feminidad pomposa. Sin embargo, siempre se ha ajustado a la modernidad de la época; este clasicismo firme jamás ha puesto en duda su capacidad de vanguardia. Las piezas apuestan por una idea sobria y elegante, donde lo más importante es el estilo.

Durante los treinta años que Lagerfeld ha llevado la marca, jamás ha olvidado la premisa constante de la creadora de la firma: “El estilo nunca pasará de moda”. No es accidental que sea la marca con más productos ícono de la historia de la moda, entre los cuales podemos mencionar la 2.55, the little black jacket, las perlas, the little black dress, el tweed y, por supuesto, su símbolo de amor y renacimiento, la camelia. Gabrielle Chanel convirtió esta flor en símbolo de pasión, deseo y elegancia añadiéndola a sus diseños cuando el jugador de polo Arthur Boy Capel se la presentó.

Es importante mencionar que la industria del cine es una de las razones por las cuales el mundo percibe a Chanel de esta manera. A principios de los años treinta, el productor de cine Samuel Goldwyn pagó un millón de dólares para que la firma vistiera a las mujeres más icónicas de la industria en su momento. Actrices como Grace Kelly, Elizabeth Taylor, Gloria Swanson y Katherine Hepburn llevaron Chanel durante esta época dorada; no es casualidad que los diamantes de Tiffany también sean un clásico. No hay que olvidar a Jacqueline Kennedy, otra de las figuras icónicas de la marca.

Los números han jugado una parte protagónica dentro del esquema de los clásicos, sobre todo en los perfumes, en los que se incorporan con un aire místico lleno de códigos y pistas que dan indicios de su origen. Por ejemplo, la bolsa 2.55 fue nombrada así por su fecha de estreno: febrero de 1955.

Hoy, Chanel aún trabaja para traernos los clásicos del futuro y, aunque es muy temprano para saber si pasarán a la historia, es interesante poner atención sobre lo que Karl Lagerfeld pretende dejar como su legado. Aunque es el primero en reconocer que Coco inventó algo único —el traje sastre Chanel— y que fue una avalancha sobre el mundo de la moda que todos quisieron copiar, la propuesta de Lagerfeld es atractiva. Si miramos con detenimiento, notaremos que en las colecciones del final de la década de los 50 los códigos de Chanel no están tan marcados: hay muy pocas cadenas, dobles C y camelias. En cambio, durante los 80 están muy explotados. Esto, finalmente, es obra de Lagerfeld, quien ha logrado que la gente piense que estos códigos estuvieron ahí desde siempre. Además ha conseguido crear algo icónico dentro de lo icónico: la bolsa en forma de la botella de perfume Chanel No.5. Las bolsas en forma de botella han sido una novedad desde la temporada pasada, incluso viniendo de marcas como Lanvin y Charlotte Olympia. Y aunque Karl Lagerfeld no fue el primero en acercarse con este concepto, no hay ninguna versión de estas bolsas que sea más emblemática y atinada que la de Chanel, pues cohesiona dos de los objetos más representativos: la bolsa y el perfume. No sería una sorpresa si esta pieza se convirtiera en uno más de los iconos de la firma.


[27 de noviembre de 2013]

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