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Diseño colectivo y sustentable. Hecho y Derecho

03.03.2014

El equilibrio entre los factores implicados en el proceso del diseño industrial —desde el diseñador y el fabricante hasta el productor, el distribuidor y el comerciante— es delicado. La calidad —y el costo— del producto final a menudo se ven afectados por las disparidades de este proceso. Por eso, la propuesta de Hecho y Derecho es trabajar de forma directa con diseñadores y fabricantes mexicanos para simplificar el procedimiento que va de la ideación de un objeto a su destino en la casa o el estudio de quien lo adquiere.

La tarea de Hecho y Derecho es unificar y abreviar. En conjunto con los diseñadores, desarrollan piezas de mobiliario y accesorios que después fabrican con maderas nacionales sustentables, para finalmente ofertarlos en su tienda en línea. Con ello, eliminan los eslabones —y procedimientos— prescindibles, incluidos los inventarios interminables, la tienda física y las bodegas.

La plataforma tiene otro elemento singular: su enfoque en la colectividad. Nacido gracias al crowdsourcing en Fondeadora — sin financiamiento de fondos o inversionistas privados—, Hecho y Derecho funciona bajo un esquema de colaboración abierta y regalías. Para los diseños iniciales, fueron convocados 90 diseñadores de distintos países; sus piezas fueron seleccionadas para ofrecer un buen reporte entre calidad y precio.

Esa primera colección, cuyos prototipos se presentaron en el marco del Abierto Mexicano de Diseño, incluye piezas de más de 10 diseñadores basadas en la idea de “compartir”. Así, el comedor Lazy Susan de Ariel Rojo, por ejemplo, tiene un centro giratorio para distribuir los alimentos entre los comensales y la silla Dual de Rodrigo da Silva cambia de color de acuerdo al sentido en que sea plegada. Destacan también la cuna Bibidi Babidi Bu de Mitusu, que se convierte en cama, buró y pizarrón cuando ya no es necesaria, los taburetes Fold de Christian Vivanco, el esquinero Navaja de Emiliano Godoy, el librero Empalme de Cecilia León de la Barra —con seis modelos que se apilan en diferentes configuraciones—,  el espejo Beauty Dock de Jorge Diego Etienne, el recibidor Mi casa es tu casa de FOAM, la silla Rettangolo de Sean Yoo y los utensilios Puras tablas de Jorge Moreno.

La sustentabilidad es también una de las prioridades de Hecho y Derecho. Para garantizar un proceso de producción “limpio”, trabajan directamente con una cooperativa indígena oaxaqueña, Ixtlán de Juárez, que cuenta con 14 mil hectáreas de bosques con la certificación FCC, con lo que parte de las ganancias se destinan a conservar las zonas boscosas, además de generar empleos en la localidad. El colectivo ofrece, además, aserradero y fábrica equipados con tecnología vigente.

La fundadora de Hecho y Derecho es Ana Luz Díaz, ingeniero industrial y emprendedora que estuvo al frente de una fábrica de muebles durante más de cinco años. Al asociarse con Jalil Al Akabani y Jordi Adame, Ana Luz buscó ofrecer un esquema de diseño industrial sustentable, dirigido al público joven y capaz de competir con las importancias extranjeras.

Tras ser elegido como uno de los ganadores de la aceleradora de negocios de Transformadora Ciel y presentar una segunda colección en noviembre durante el Corredor Cultural Roma Condesa, Hecho y Derecho ha continuado su crecimiento en línea. Ahora cuenta con más de 300 productos y otros tantos diseñadores, consolidados o en ascenso.

www.hechoyderecho.com


[3 de marzo de 2014]

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