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Hayao Miyazaki. Tomada de Vos-La Voz.

Hayao Miyazaki, cuando la animación se convierte en arte

Destacado 10.04.2014

Hayao Miyazaki (Tokio,1941) ha configurado un universo propio en el que conviven criaturas de la más diversa índole, llevando la animación a otro nivel.

Junto a Satoshi Kon, Mamoru Oshii e Isao Takahata, por citar solamente a algunos, Hayao Miyazaki se ha encargado en las últimas décadas de demostrar que la animación dista mucho de ser solamente un producto cultural para niños o el terreno donde se desarrollan las fantasías de freaks amantes del sexo y la ultraviolencia. Su séptima cinta, La princesa Mononoke (Mononoke Hime, 1997), llegó a ser la película más taquillera en Japón, y sólo fue desplazada por la que es considerada su obra maestra, El viaje de Chihiro (Sen to Chihiro no Kamikakushi, 2001), ganadora del Oso de Oro en el Festival de Berlín.

Hayao Miyazaki Chihiro.

Still de El viaje de Chihiro, Hayao Miyazaki, 2001. Tomada de YouTube.

En 1985 Mayazaki (Tokio, 1941) fundó con Isao Takahata el Studio Ghibli, referente a escala mundial de la animación nipona y sede de la producción de casi toda su obra: desde Nausicaä del valle del viento (Kaze no Tani no Naushika, 1984), primera producción del estudio, hasta Se levanta el viento (Kaze Tachinu, 2013), su cinta más reciente.

Hayao Miyazaki diseña, supervisa y corrige el trabajo durante todas las etapas de producción. Por ello, la influencia que ha tenido en los imaginarios cultural y estético del universo de la animación pueden rastrearse incluso en su participación en el diseño de Heidi, la niña de los Alpes (dirigida por Isao Takahata en 1974), referente indiscutible de los «dibujos animados» nipones.

Además de haber dirigido más de 20 trabajos, entre largometrajes, cortometrajes y animaciones para televisión, ha escrito y participado en las áreas de animación en alrededor de 30 producciones. A esto se suman sus colaboraciones en departamentos de arte, producción, edición e incluso actuación. También escribió, entre otras, la letra del tema musical de su entrañable Mi vecino Totoro (Tonari no Totoro, 1988).

Hayao Miyazaki. Totoro.

Still de Mi vecino Totoro, Hayao Miyazaki, 1988. Tomada de Pinterest.

Hayao Miyazaki ha configurado un universo propio en el que conviven criaturas de la más diversa índole. Sin embargo, estos seres imaginarios se relacionan con criaturas reales que al mismo tiempo se inscriben en categorías reconocibles a través de ciertos matices. ¿Ejemplos? Lo popular en el Castillo de Cagliostro, la ciencia ficción en Nausicaä, el acercamiento al kodomo-eiga (cine de niños) en Totoro, el matiz histórico en Porco Rosso, el jidai-geki (cine de época) en Mononoke o la fusión de intereses estéticos en Chihiro y el Castillo Vagabundo (adaptación de la novela de Diana Wynne Jones), etc.

Sus nostálgicos viajes mágicos por el Japón del pasado y su imaginería tradicional se vinculan con una idea de naturaleza constantemente amenazada por el hombre moderno. Igualmente, la Historia está marcada en su obra como una huella indeleble. Porco Rosso es un piloto veterano de la Primera Guerra Mundial devenido cazarrecompensas en la Italia de los años 30 del siglo pasado. Asimismo, Se levanta el viento (2013) está dedicada a Jiro Horikoshi, diseñador de los Mitsubishi A6M (Zero-sen), aviones caza que Japón empleó en la Segunda Guerra Mundial, para poner en contexto las relaciones niponas con Alemania, por ejemplo, en términos tanto tecnológicos como políticos.

Hayao Miyazaki. Se levanta el viento.

Still de Se levanta el viento, Hayao Miyazaki, 2013. Tomada de Pinterest.

La trayectoria del artista japonés es amplia y compleja. No obstante, ha dado como resultados personajes icónicos tanto para la animación como para el cine o la cultura popular contemporánea (el capítulo «Married to the Blob», de la 25ª temporada de Los Simpsons, homenajea las imágenes del cineasta).

Pero no nos engañemos. Su cine no sólo asombra por su calidad estilística o sus finos detalles de animación, también exhibe un profundo talento narrativo y una complejidad histórica y social que se proyectan a través de historias aparentemente sencillas. Sus personajes son resultado de una oportuna mezcla entre realismo y fantasía, de «gente común» y princesas, fantasmas, brujas, animales, espíritus, hechizos, naturaleza y modernidad; un abanico de preocupaciones estéticas, políticas y humanas.

En su última edición, el FICUNAM inauguró sus actividades con la proyección de Se levanta el viento. Y la 56ª Muestra Internacional de Cine de la Cineteca Nacional también presentará esta película. De igual forma, por considerarlo «la institución de la animación japonesa», la edición 2014 del Festival Internacional de Cine de Aguascalientes exhibirá una retrospectiva de su trabajo. México parece dedicarle un emotivo homenaje al artista que en septiembre pasado anunció a través de un comunicado oficial que se retirará del cine.

 

 

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