Acostumbrado a que en lo visual recaiga la mayor parte del trabajo, en Happy Is a Place el espectador se enfrenta al reto que significa el arte que se desarrolla en torno al concepto. La exposición presenta alrededor de quince piezas que parten de la idea de lugar como cualquier sitio habitable física, virtual o intelectualmente.

El tratamiento de esta idea varía tanto como la naturaleza de las obras de Iván Abreu, Balam Bartolomé, Claude Closky, Arcángel Constantini, Gilberto Esparza, Mónica Espinosa, Daniel Guzmán, Rafaël Rozendaal, Jorge Sosa, Miltos Manetas, Mai Ueda y Wyne Veen. Los medios de producción van desde el dibujo, el texto, el sitio web, la escultura y el video, hasta mezclas de recursos que abren el panorama del arte actual. Happy Is a Place es un espacio donde la obra sugiere antes que imponer verdades absolutas, invitándonos a la reflexión para completar las ideas que nutren las piezas.

Hasta el 18 de septiembre en San Jerónimo 31, en el centro de la ciudad. Para asistir es necesario hacer una cita llamando al 5709 1530. Sin duda, un espacio al que vale la pena asistir.