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Video: Food Design. Martí Guixé acerca de diseño y gastronomía

01.08.2013

Desde aceitunas que hacen de átomos, corchos comestibles y chícharos iconográficos hasta una paleta hands-free y un pastel que despliega sus ingredientes en una gráfica circular, las inusuales piezas de Martí Guixé exploran el terreno entre la gastronomía y el diseño.

Aunque no suelen pensarse juntas, el cruce entre estas disciplinas es particularmente disfrutable. Recientemente, Ferran Adrià anunció que tiene planes para colaborar con diseñadores. Por eso, de forma paralela a la exhibición elBulli: Ferran Adrià and The Art of Food, Somerset House en Londres organiza el programa Design Picnics —talleres y charlas en torno a la comida y el diseño—, donde Guixé (Barcelona, 1964) es uno de los protagonistas.

El español se define a sí mismo como un “ex-diseñador”, en un intento por abrir nuevas vías de exploración. Lo ha conseguido, sobre todo, en el ámbito del food design: tras 16 años de propuestas, lidera la práctica del diseño relacionado con la comida y su trabajo desafía las percepciones comunes.

Guixé toma la comida como material para crear experiencias interactivas. Su actitud ante la comida es de indiferencia —algo lamentable, pues seguramente las posibilidades serían más ricas si no lo hiciera así—: considera los alimentos como el epítome de los objetos producidos en masa. Le interesa reinventar el modo en que presentamos y consumimos la comida, además de los espacios diseñados para ello.

Así, por ejemplo, ha construido estructuras usando aceitunas como vértices; ha diseñado papas cúbicas y una paleta que se adhiere directamente a los dedos; ha creado un vapor con sabor a Gin Tonic; ha expuesto las cantidades exactas de ingredientes de un pastel en una gráfica en su superficie y ha motivado a los comensales a comer de forma más libre y a usar las manos si es necesario, como cuando colocó la comida en las paredes utilizando Nutella como pegamento.

Guixé también es capaz de darle un giro perturbador al asunto: en una ocasión, diseñó comida para peces en forma de buzo, de modo que cualquier pez casero se convertía en una piraña en miniatura.

En la introducción al libro de Guixé, Food Designing, el crítico Beppe Finessi menciona que el trabajo del diseñador busca “entender mejor, a su manera curiosa y metódica, cómo llegar a un acuerdo con la lógica que yace —equilibrada entre tradición, comunicación y cultura— detrás de un ritual que los más afortunados llevamos a cabo tres, cuatro o hasta cinco veces al día, todos los días de nuestra vida, y no sólo por razones de superviviencia sino también para expresarnos, para disfrutar de la compañía de otros y para conversar.”

Por supuesto, Guixé no es el primero en experimentar en este ámbito. Finessi menciona la baguette que Man Ray pintó de azul en 1950 y la cena que sirvió Bruno Munari en los años 60: la comida estaba cortada en esferas y colocada en forma de rostros sobre la mesa, de modo que cada asistente debía servirse lo que quisiera con las manos, usando guantes de plástico.

El propio Adrià menciona que el diseño de la comida es uno de los lenguajes que él utiliza para su cocina de vanguardia: “Cocinar es diseñar comida”, sostiene. Pero además, un diálogo entre el diseño y la gastronomía permite revisar el fenómeno completo, con las interacciones que implica, el significado cultural y el contexto que usamos para ello. El proyecto que Adrià tiene contemplado involucra a 30 chefs que colaborarán con otras profesiones creativas, entre las cuales sobresale el diseño —desde los creadores de las sillas y los cubiertos hasta quienes piensan en el transporte de la comida, los espacios y los tiempos en que se sirve. La perspectiva es amplia y prometedora.

En el video de arriba, Guixé explica su aproximación al diseño de comida y presenta varios de sus proyectos más destacados en una conferencia para Design Indaba.

www.food-designing.com


[1 de agosto de 2013]

 

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