En un momento donde el paisaje natural padece el impacto de las actividades humanas, contemplarlo y resguardarlo en la memoria a través de más imágenes es sólo una necedad. No basta con observarlo, es necesario preservarlo. Por eso, Escala Arquitectura y Taller Ciruela realizaron una colaboración para contribuir a la preservación de la Bahía de San Quintín en Ensenada, Baja California, una de las reservas naturales más importantes de México debido a la variedad de su ecosistema: volcanes inactivos, arroyos, dunas, lagunas, bahía y flora y fauna diversas.

Entre las posibilidades de la arquitectura y el diseño, ambos despachos concibieron dos estaciones que se emplazan dos puntos estratégicos de la región. Lejos de ser pabellones o intervenciones arquitectónicas, se tratan de plataformas que no fragmentan ni dañan el paisaje; su diseño responde a las condiciones del entorno y sí, están pensados para disfrutar del paisaje pero también para ofrecer información práctica sobre la bahía y sus cuidados.

La Ola es una de las estaciones montada en los márgenes de la reserva natural Punta Mazo. Es una estructura a manera de mirador con dos vistas opuestas: por un lado, la playa; por el otro, la barrera arenosa de cerca de 9 km, donde se pueden encontrar todo tipo de reptiles y anfibios. Mientras el visitante alcanza sombra al interior de la estructura, también puede leer la información de cada lugar, dispuesta sobre las barras de madera de acuerdo al lado que se esté observando.

Para generar el menor impacto posible, fue construida con madera y unida con tornillos como si se trataran de múltiples piezas ensambladas. Así, cada una de las partes puede ser desmontada y reemplazada en caso de sufrir cualquier daño por actos de vandalismo o por efecto de las inclemencias del tiempo. Además, el túnel de La Ola descansa sobre una base elevada que no daña las plantas de su alrededor.

Por su parte, la Estación del valle volcánico se ubica en una de las entradas de Punta Mazo, como parte del camino tomado por la comunidad de La Chorera para acceder a la reserva. Como la zona está rodeada por 8 volcanes inactivos, la planta de la estación es un radio cuyo centro proyecta 8 líneas imaginarias orientadas a cada uno de los volcanes: Volcán Media Luna, Monte Riveroll, Pichacho Vizcaíno, Monte de Kenton, Monte de Ceniza, Monte de Mazo, Colina del Sudoeste e Isla San Martín.

A su vez, las líneas representan los vértices de los soportes que funcionan como bancas. Y éstas están formadas por gaviones (cestas de mimbre o alambre) rellenos de piedras volcánicas en tres tonos —rojo, amarillo y negro—, que consiguen mimetizar la estructura con el paisaje. Las bancas cuentan con respaldo y una placa informativa.

Tanto La Ola como la Estación del valle volcánico funcionan como dos miradores que no modifican ni dañan el entorno de la Bahía.