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Ficciones: Entrevista a Pierre Huyghe

24.10.2012

Comisionado por el Museo Tamayo Arte Contemporáneo para hacer una pieza, Pierre Huyghe (París, 1962) se detiene a platicar con Código sobre el proyecto y sobre las tensiones que su obra crea entre la realidad y la ficción.

Fuiste parte de dOCUMENTA (13) como miembro del Comité Consultivo Honorario, además de hacer una pieza en Karlsaue Park…

Sí, llevé la posición del artista dentro del comité. Tuve algunas conversaciones informales con Carolyn acerca del arte, el conocimiento, la necesidad de una exhibición. Conforme el proceso avanzó, hablamos con las demás personas involucradas acerca de constituir una nueva estructura y sobre los diferentes protocolos de la exposición.

Esta participación cercana con la exhibición, ¿hizo que tu pieza fuera especial?

No, tal vez absorbí los proyectos de los artistas sin darme cuenta [risas]. Encontrarte con muchos trabajos que se están creando le da cierta energía al tuyo, es estimulante. Siempre soy receptivo al contexto y trato de entender las condiciones en las que algo puede existir o aparecer. Comprendí dOCUMENTA (13) como la coexistencia de pensamientos, no todos sometidos a la teoría y no todos antropocéntricos; por supuesto que tuvo alguna influencia.

Entiendo que esta nueva pieza para la reinauguración del Museo Tamayo está relacionada con varios viajes que has hecho a México.

Este proyecto ha tenido muchos estados. En la época en que me invitaron al Museo Tamayo, estaba trabajando en Naica, un poblado cerca de Chihuahua, donde está la cueva de cristal.

¿Cómo descubriste Naica?

Por accidente, mientras hacía una investigación. Me interesa el hecho de que hemos inventado una sedimentación de narrativas —en literatura, en cine, etcétera— acerca de ese tipo de formación geológica antes de tener conocimiento de ella. Por ejemplo, en Viaje al centro de la Tierra de Julio Verne, donde los personajes encuentran unos cristales gigantes en su viaje al inframundo, o en la Fortaleza de la Soledad, de Superman, o en experimentos científicos, en magia.

La cueva de cristal ha existido fuera de nuestra percepción y conocimiento, y cuando aparece en nuestra realidad, permanece influida por estas narrativas previas. Es algo que existe en sí mismo antes de existir para nosotros y permanece en sí mismo después de nosotros.

Invité a siete personas —un chamán, un matemático, un cristalógrafo y un granjero— y los llevé a la cueva. No fueron los primeros testigos, pero sí algunos de los primeros en encontrar esta cosa que ya estaba en nuestra imaginación, que ya tiene una sedimentación de significados, discursos, ficciones, aun antes de que apareciera en nuestra realidad.

¿Cuál fue el resultado del encuentro?

Los testigos dieron su testimonio a través de la escritura, el dibujo, construyendo cosas. Todos los elementos se reunieron. Mi idea al principio era reconstruir la cueva, usando la grabación de la exploración que sería deformada por estos testimonios, por la memoria colectiva que le habría permitido a este objeto reaparecer, pero con las aberraciones humanas. Una capa de interpretación, como el recuerdo, no es un estado fijo, es un cambio constante hacia una versión ideal de ese primer encuentro. Estaba pensando en exhibir la diferencia entre la cueva y el testimonio, los ojos de los testigos. Al final abandoné esa idea e hice dos imágenes…

Pero ese no fue tu primer viaje a México…

No, vine a México en 1987, estaba tratando de hacer un viaje alrededor del mundo. Tenía una cámara Súper 8 y filmaba diferentes lugares. Cuando la invitación del Tamayo se volvió más precisa, me di cuenta de que había ido a un museo en 1987. Regresé a la cinta de Súper 8, vi que era el Tamayo y que filmé a la gente alrededor de las piezas de arte, fui testigo del ritual de la exposición. No recordaba eso. Atestiguar el comportamiento de los visitantes estaba ya ahí inconscientemente: ver los visitantes, las cosas, los artefactos, las esculturas, así como atestigüé a un matemático o a un chamán viendo la cueva de cristal. Estoy viendo al testigo en el momento de la exhibición, la aparición, en la condición del encuentro y la separación. Ya sea cultural o natural, el acto de atestiguar permanece igual.

¿Entonces la memoria —más precisamente los recuerdos de tus exploraciones en México— es el punto inicial de este proyecto?

Es más la recurrencia accidental dentro de los diferentes viajes. Naica vino primero; después, mientras trabajaba en la exhibición, fui a Chichén Itzá y a los cenotes de Yucatán, y más recientemente al Templo Mayor y al Cárcamo de Dolores, que tiene un mural de Diego Rivera. Siempre es algo subterráneo, algo que tienes que escarbar; está en la oscuridad, cubierto, en el tiempo.

¿El inframundo en México te atrajo?

No sé si el subterráneo es el inframundo. Mientras estaba en el patio del museo, el mismo que filmé en 1987, abrieron una compuerta en el piso, revelando los cimientos del museo, justo debajo del espacio de la exposición, donde las cosas están bajo la luz. No sólo vas debajo físicamente; también regresas en el tiempo, lo que equivale a una sedimentación geológica. Lo que estoy haciendo aquí existe, aunque no siempre esté exhibido. Existe sin ser expuesto, siempre cambiando, creciendo.

Entonces hay una instalación subterránea, un tanque con peces ciegos y rocas volcánicas. Esto me recuerda tus acuarios marinos y la intención de crear nuevos mundos con sus propias reglas.

Sí, es un mundo con sus propias reglas, una vitalidad dentro de un cuerpo determinado. Y dentro de ese cuerpo estoy tratando de crear una vitalidad, con incertidumbre y un colapso potencial, pero también con la posibilidad de transformación.

Estoy interesado en la aparición, la emergencia de algo. Cuando empecé los acuarios intenté crear la condición, pero no la relación entre estas entidades vivientes dentro de un espacio determinado. No defino las políticas —si ese cangrejo herradura se comerá a esa estrella de mar—. Pero algunos comportamientos, habilidades y la forma en que se presentan a sí mismos, son recurrentes.

Ves la entropía del sistema…

Más bien la emergencia de la transformación y la contingencia dentro de un sistema. En este acuario hay peces ciegos de México, perdieron los ojos porque viven dentro de los cenotes. Son de diferentes cuevas que estuvieron selladas por miles de años, por lo que evolucionaron por separado. El gen que permite a la visión ser procesada por el cerebro perdió una parte específica en una cueva específica y una parte diferente en otra cueva. Ahora los genes complementarios en dos peces ciegos podrían permitir la reaparición de los ojos en la siguiente generación.

¿Y en algún momento cubrirás el tanque y dejarás que la pieza exista?

En algún momento estará expuesta y ligada a la inauguración del museo. Estoy trabajando en la concordancia o discordancia con ese ritmo y el ritmo de desenterrar el acuario. Hay un pulso. El trabajo será cerrado en algunos meses, obras de arte serán expuestas sobre él, sólo algunos lo recordarán. Algo puede seguir creciendo y cambiando en un proceso constante, incluso cuando no esté expuesto.

Una exhibición de escultura acompaña la instalación subterránea.

En 1987 había una exposición de escultura en el patio. No quise reconstruirla ni imitarla. Las esculturas las escogimos Sofía Hernández Chong y yo por las diferentes fechas en que se hicieron. Todas son de la colección del museo y están hechas de minerales, mármol, granito y roca volcánica, como el suelo de la exposición y el museo.

¿Cómo funcionará la exhibición de esculturas?

El museo está construido de forma que la luz natural que entra del amanecer al anochecer se mueve de la entrada del museo hacia el final del patio. Las esculturas, los artefactos y las cosas están colocadas de acuerdo con un momento específico del día, cuando la luz directa viene de la estructura del museo. Dónde está basado en cuándo. Cuando
la luz alcanza el interior del acuario, ésta determina la posición de cada escultura en el lugar.

¿De dónde viene el nombre del proyecto, El día del ojo?

Del momento de ser testigo de algo y de potencialmente crecer ojos.

Sigues experimentando con el formato de la exposición y esta pieza (como otras) no es un producto terminado…

La exposición no es un fin sino un proceso, un pasaje, un estado.

Pienso en El día del ojo, The Forest en la Opera de Sidney, la pieza de dOCUMENTA (13). ¿Te ves a ti mismo como un narrador?

Creo que este asunto de la narración está entrando cada vez menos en mi trabajo. Estaba interesado en la forma en que un objeto puede existir sólo a través de la interpretación o del comentario acerca del objeto, esta sedimentación de discursos acerca de él, contrario al globo inflado de las narrativas y la forma en que se ha difundido en la sociedad, la política, los productos, donde todo tiene que ser narrado o se tiene que inventar un mito, el storytelling.

Ahora me interesa más lo absoluto, una verdad, una literalidad. Estoy tratando de pensar acerca de algo que no pueda ser agotado por los discursos.

En el contexto de tu trabajo, ¿cuál es la diferencia entre la ficción y una situación construida?

Utilizo el término de situaciones construidas, algunas intencionales o sub-intencionales, más que ficción. ¿La ficción empieza cuando decides construir un edificio, es eso ya una ficción? Hay una diferencia entre ilusión y ficción, entre imaginario y realidad. Prefiero decir que en una imagen o una cosa, puede coexistir la factualidad y los discursos construidos.

Después de experimentar con las relaciones entre ficción, documentación y repetición por tanto tiempo, ¿nos haces pensar y repensar la realidad que habitamos?

Alguna vez he jugado con la idea de la representación, que es una diferencia muy importante. Nunca me interesó representar, sino intensificar la presencia, lo concreto, lo material y el protocolo de la separación entre las cosas y nosotros.

¿Reconoces las diferencias entre las prácticas artísticas de la década de 1990, inmersas en temas como la globalización y la movilidad, y las actuales, más conscientes de los problemas económicos y políticos?

Son claras. Personalmente no estaba muy interesado en incorporar directamente en mi trabajo algunos fenómenos o condiciones de la sociedad, incluso si influían en mi vida. Cuando estábamos pensando en dOCUMENTA (13), esta situación política y económica estaba en el centro de la discusión, pero es en la práctica, no en lo que representas, que las ideas son abordadas, en la forma en la que haces y piensas las cosas.


[24 de octubre de 2012]

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