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Manuel Piña, Sin título, de la serie Aguas baldías 2/10, 1992-1994. Colección Pérez Art Museum Miami, obsequio de Jorge M. Pérez.

El horizonte cubano. Entrevista con Tobías Ostrander

Entrevista 25.08.2017

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Platicamos con el curador cubano Tobías Ostrander, quien reflexiona sobre la relación entre la identidad nacional y el cuerpo.

El 21 de septiembre se inaugura en el Pérez Art Museum de Miami el segundo capítulo de la exposición On the Horizon: Contemporary Cuban Art from the Jorge M. Pérez Collection. La exposición, compuesta de más de 170 obras, presenta un panorama del trabajo reciente de artistas cubanos, tanto aquellos que viven en la isla como los que residen en el extranjero. La colección que conforma a la exhibición es una donación de Jorge M. Pérez al museo.

El primer capítulo, en exhibición hasta el 10 de septiembre, tiene como punto de partida al horizonte y la relación que éste tiene con el cuerpo. Entre los artistas incluidos en este capítulo están Antonia Wright, Hernan Bas y Sandra Ramos.
El segundo capítulo, Abstracting History, reflexiona sobre las geometría abstractas —tales como la línea del horizonte— y cómo éstas se relacionan con las narrativas históricas y personales. Artistas como Reynier Leyva Novo, Zilia Sánchez y Alexandre Arrechea exponen en Chapter 2: Abstracting History.

La muestra concluye con Domestic Anxieties, sección que explora las problemáticas del individuo a partir de las arquitecturas domésticas y públicas como lugares emocionales. Entre los artistas que acompañan al cierre de On the Horizon: Contemporary Cuban Art From the Jorge M. Pérez Collection se incluyen Alexis Novoa, Angel Delgado y el colectivo Los Carpinteros.

En el marco del cierre del primer capítulo, hablamos con su curador, Tobías Ostrander, sobre las particularidades de una exhibición de arte cubano en Miami hoy en día.

 

—¿Por qué elegir «la línea del horizonte» como punto de partida reflexivo para la exposición?

Al examinar las más de 170 obras donadas a la colección por Jorge Pérez, me pareció interesante la cantidad de imágenes de líneas de horizontes en las obras de los artistas cubanos, cosa que sirvió de fuente de inspiración para organizar la exposición en torno a esta temática. El horizonte asume muchos significados diferentes dentro del espacio del arte cubano —un símbolo de confinamiento, anhelo, nostalgia, deseo— y también implica múltiple puntos de vista, de la isla hacia afuera, o de la diáspora hacia atrás. Todos estos eran temas que nos interesaba abordar.

Tobías Ostrander. Aves y cuerpos humanos.

Roberto Fabelo, Mujeres de Cien años de soledad, 2007. Colección Pérez Art Museum Miami, obsequio de Jorge M. Pérez.

—¿Por qué presentar la exposición en «capítulos»?

Es una amplia colección de obras y es imposible exhibirlas en su totalidad, así que surgió la idea de exponerlas en tres capítulos y así poner de relieve varios hilos o «rutas» conceptuales a través de la colección. Los capítulos permiten tres interpretaciones curatoriales distintas de la colección, lo que demuestra tanto su diversidad como su profundidad. Las agrupaciones íntimas de las obras posibilitan la resonancia entre las mismas.

—Miami es un lugar interesante para llevar a cabo este planteamiento sobre el arte cubano, especialmente si se toma en cuenta el papel que ha tenido en la historia de tantas familias cubanas. En términos culturales, ¿consideras que se mantiene un intercambio entre la comunidad cubana en Miami y aquella que permanece en Cuba? 

Miami ciertamente es un lugar muy interesante, complejo y cargado de emotividad en donde presentar el arte cubano contemporáneo. Tiene muchas generaciones de exiliados cubanos, inmigrantes y profesionales que ahora se mueven frecuentemente entre Miami y Cuba. Además, cada generación, familia e individuo tiene una narrativa personal y una postura política complejas en lo que respecta tanto a las condiciones pasadas de Cuba como a las presentes. La comunidad cubana ha sido fundamental para el crecimiento y desarrollo de la esfera cultural en Miami, así que como institución consideramos importante honrar las diversas tradiciones artísticas de Cuba y estimular un diálogo contemporáneo sobre la obra que se produce actualmente tanto en la isla como en la diáspora.

—Ahora que se abre un nuevo capítulo en la relación histórica entre Cuba y los Estados Unidos, ¿has encontrado alguna respuesta particular por parte de los artistas cubanos? 

Existe un interés cada vez mayor tanto en el movimiento de los artistas cubanos entre Miami y la isla, como en el nuevo deseo de entablar un diálogo entre estos dos contextos.

Tobías Ostrander. Pintura abstracta.

David Beltrán, Malecón I-IV, 2015. Colección Pérez Art Museum Miami, obsequio de Jorge M. Pérez.

—¿Cuál consideras que puede ser el papel de un museo como el PAMM ante el clima político de Estados Unidos? ¿Existe algún plan específico para desarrollarse en ese papel? 

El arte moderno y el contemporáneo se relacionan con la vida contemporánea y esto invariablemente alude a cuestiones sociopolíticas. El PAMM procura ser un espacio de diálogo abierto para una diversidad de opiniones acerca del momento contemporáneo en los Estados Unidos. El arte suele ser una herramienta útil para abordar temas difíciles y puede facilitar espacios que permitan el desarrollo de puntos de sinergia social, así como la búsqueda de la representación individual y los ideales democráticos dentro de la sociedad, en un sentido más amplio, a nivel nacional.

 

Los capítulos de On the Horizon: Contemporary Cuban Art from the Jorge M. Pérez Collection seguirán el siguiente calendario:

Chapter 1: Internal Landscapes: 9 de junio– 10 de septiembre 2017

Chapter 2: Abstracting History: 21 de septiembre 2017 – 7 de enero 2018

Chapter 3: Domestic Anxieties: 18 de enero -8 de abril 2018

 

 

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