Fernanda Canales (México, 1974) cuenta con una Maestría en Teoría y Crítica en la UPC de Barcelona y un Doctorado en Prácticas del Proyecto en la ETSAM de Madrid. En 2012, resultó ganadora del premio a la trayectoria por la Federación de Colegios de Arquitectos de México. Su trabajo ha sido exhibido en las Bienales de arquitectura de Sao Paulo (2011), Venecia (2006), Rotterdam (2005) y Sao Paulo (2005).

Tuvimos oportunidad de entrevistarla a propósito de una de sus obras recientes, el Centro Cultural Elena Garro en Coyoacán.

Para la construcción del Centro Cultural Elena Garro, tuviste que adaptar una casona de inicios del siglo XX. ¿Cómo lograste que la nueva estructura mantuviera un diálogo con el casco antiguo?

El proyecto giró en torno al respeto de la casona existente, en un intento por establecer un diálogo entre lo nuevo y lo viejo. La nueva estructura sirvió para enmarcar la fachada histórica al mismo tiempo que establece una nueva relación entre el proyecto existente y la vegetación. Se produce una serie de nuevos recorridos a partir de la unión entre las distintas piezas y en ese sentido los materiales sirven para establecer una continuidad. El casco antiguo, al estar en medio del terreno, queda inserto dentro del bloque frontal, de triple altura, y el volumen trasero que alberga los servicios.

En el proyecto destaca el uso de materiales como piedra volcánica y madera de tzalam, además de la presencia de espejos de agua en el exterior y el respeto a los árboles existentes. ¿Qué relevancia tienen estos elementos en el carácter del proyecto? 

La relación con el paisaje y la vegetación es una parte fundamental del proyecto. La creación de distintos ámbitos exteriores —un patio, un jardín lateral, un jardín frontal que se extiende hacia la banqueta y la calle— permiten conectar el interior con el paisaje. Esa relación se acentúa al tener también árboles dentro del espacio de la librería, así como al contar con tragaluces ubicados en las distintas zonas con el fin de confundir la sensación entre el dentro y el fuera.

La arquitectura puede modificar actitudes y propiciar encuentros en sus espacios. ¿Qué impacto te gustaría que este edificio —que alberga una librería y un centro cultural— tuviera en sus visitantes?

Este proyecto intenta propiciar el encuentro y resaltar su condición de edificio público. Se quería hacer una librería para personas que probablemente nunca han entrado a un espacio así o que ni siquiera han leído un libro, así que el deseo de sacar el libro a la calle fue lo guió la obra. La serie de pequeños jardines, un foro al aire libre, una cafetería y un auditorio buscan acercar la cultura al público.

Si pudieras elegir entre cualquier tipo de proyecto sin limitaciones de presupuesto, ¿qué te gustaría construir?

Las limitaciones de presupuesto le hacen muy bien a los proyectos, ya que obligan a que las acciones tengan una justificación real. Las formas, los materiales… todo acaba teniendo una coherencia y mayor sensatez. Me interesa pensar en la arquitectura a partir de lo esencial.

¿Qué opinión tienes acerca del momento que está viviendo la arquitectura?

Las crisis económicas en otros países son una lección precisamente de una arquitectura que valora progresivamente el sentido de coherencia, lejos de los excesos formales y materiales que caracterizaron las construcciones de los últimos años. Existe además una mayor conciencia de la arquitectura entendida como agente en el mejoramiento de una sociedad. El carácter público de la arquitectura y su vínculo con la ciudad son cada vez más relevantes.

 ¿Hacia dónde va (o hacia dónde debería ir)?

A que los edificios dejen de pensarse como piezas aisladas, en función de las necesidades de un cliente, y participen de la vida pública y de los requerimientos de una sociedad.

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Centro Cultural Elena Garro

Ubicación: Fernández Leal #43, Barrio de la Concepción, Coyoacán, México D.F.
Proyecto arquitectónico: Fernanda Canales + arquitectura 911sc (Saidee Springall + Jose Castillo)
Paisaje: Entorno Taller de Paisaje (Tonatiuh Martinez + Hugo Sánchez)
Obra artística de puertas en bronce en la fachada principal: Paloma Torres
Superficie de construcción: 1,358 m2

El proyecto parte de la idea de conservar una casona existente que data de principios del siglo XX, y crear un nuevo espacio “abierto” para albergar librería y otros espacios culturales. La preexistencia de la casa orienta las decisiones de diseño a establecer distintos espacios que definan nuevas relaciones volumétricas con el edificio original. De esta forma, se genera un bloque transparente hacia la fachada frontal que consigue sacar los libros hacia la calle, al mismo tiempo que logra incorporar los árboles del jardín existente en el interior.

Hacia la calle, el edificio se percibe como un gran foyer público donde se exhiben los libros, la vegetación y la fachada de la casa, sirviendo como preámbulo del resto del programa, que se ubica en la casona y detrás de ésta.  El proyecto se distribuye en tres bloques principales: El primero, el frente, con triple altura, y con tratamiento de espacio exterior; el segundo, la casona, destinada para librería, que se convierte en el espacio de transición hacia la parte trasera del predio forzando así el paso de los visitantes por todo el recinto y el tercero, un bloque rectangular, ubicado al fondo del terreno que se destina para un salón de usos múltiples, aulas, servicios, oficinas y estacionamiento en el sótano. La mayor parte del programa se concentra en el nuevo bloque de atrás, desarrollado en tres niveles, mientras los dos niveles de la casona se destinan para la librería, y el cuerpo frontal se abre hacia toda la altura de la casona existente, ubicando además unos pasillos a modo de tapancos para poder circular por los dos muros laterales, convertidos en unas grandes librerías que, de piso a techo, enmarcan la fachada existente y reciben al visitante desde la banqueta.

www.fernandacanales.com

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[5 de junio de 2013]