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Entre lo personal y lo político. Entrevista con Danh Vo

17.10.2013

En la primavera de 2012 el Walker Art Museum adquirió y colocó en sus jardines una lápida funeraria en la que se lee “Here lies one whose name was writ in water.” Se trata de la pieza del artista Danh Vo Tombstone for Phùng Vo, que también será dispuesta en la tumba de su padre cuando él muera. Detrás del epitafio seleccionado se esconden historias: la frase está inscrita en la tumba de su autor, el poeta francés John Keats,­­ y en una piedra colocada en la tumba del dramaturgo Jean Genet. La lápida manifiesta una relación que va más allá de la geografía y la historia formal: un individuo que murió en el exilio —Genet— y otro —el padre de Danh Vo— que morirá algún día en las mismas condiciones.

Como un ejercicio que dibuja simbólicamente las rutas entre diferentes sucesos que traspasan el espacio y el tiempo, Dahn Vo desvela las múltiples relaciones entre los individuos, las instituciones y los sistemas que invariablemente determinan las dinámicas de vida. Sus objetos son testigos silenciosos que proponen nuevas narrativas del pasado.

En su trabajo también se pueden observar aspectos políticos aun cuando la mayoría de su obra está inspirada en experiencias personales, particularmente en una: en 1979 —cuando Vo tan sólo tenía cuatro años— su familia huyó de Vietnam con dirección a Estados Unidos, pero un suceso azaroso los orilló a establecerse en Dinamarca. El encuentro de su familia con una cultura diferente y la noción de las fronteras físicas y simbólicas, así como los movimientos transnacionales, han determinado su práctica artística.

Actualmente kurimanzutto presenta la exposición Log Dog con piezas principalmente escultóricas. A propósito de su visita a México, platicamos con el artista sobre algunos aspectos presentes en su obra.

En tu trabajo existen vínculos entre la experiencia privada y la historia colectiva como constructores de identidad. Hay, así, una propuesta de entender una experiencia particular como universal. En este sentido, ¿cómo concibes los conceptos de memoria individual y memoria colectiva?, ¿consideras que existe una distinción entre ambos fenómenos o una relación indisoluble?

No creo poder enunciar grandes declaraciones sobre la relación entre la memoria individual y la colectiva, principalmente porque no considero que mi obra sea un registro como tal de mi memoria individual. Desde luego mis piezas surgen a partir de mis propias experiencias, pero generalmente se tratan de momentos que resultan de la interacción con diferentes personas, lugares e ideas que son externas a mí mismo. En mi opinión, es artificial afirmar que podemos establecer líneas contundentes entre lo individual y lo colectivo.

Aunque la libertad no es el discurso predominante en We The People, la obra tiene referencias directas a este concepto a través de las figuras de la Estatua de la Libertad y a las tres primeras palabras de la Declaración de Independencia de Estados Unidos. Por otra parte, en tu proyecto con el Walker Art Center la institución controlará ciertos aspectos relacionados con la muerte de tu padre. En un primer vistazo se puede decir que aquí se genera un quiebre en la libertad del individuo. Desde tu perspectiva, ¿cómo se puede entender la libertad: como una ficción o una realidad?, ¿consideras que la libertad de un individuo siempre está determinada por la institución?

No me gusta hablar de la libertad en general, no es un concepto o idea que signifique mucho para mí. Con respecto al acuerdo con el Walker Art Center, me relacioné con el museo como si se tratara de cualquier otra institución que determina la forma en que morimos y vivimos. Una vez que reconocemos nuestra relación con las instituciones, tenemos campo abierto para “jugar” en sintonía con ellas.

El proyecto consiste en colocar una lápida funeraria en los jardines del Walker hasta la muerte de mi padre. Para entonces ellos deberán enviarla a un cementerio en Copenhague, donde será colocada sobre la tumba de mi padre. En recompensa, él heredará al museo algunos de sus objetos personales. Con este ejercicio, la historia de mi familia queda atada a la historia de la institución y viceversa. Ellos se han convertido en parte de mi familia, incluso seguirán siendo propietarios de la lápida aunque esté en Dinamarca.

En un entrevista con Art Press de Francia mencionaste que “[La] Historia es una ficción y es ahí donde radica su belleza, porque nos ofrece un aire de libertad.” Entonces, ¿consideras que la Historia o sus narrativas pueden ser manipuladas desde la experiencia individual?

Así es. Me gusta la forma en que Hannah Arendt atiende la fórmula del pasado contra la tradición, y no precisamente la historia. La tradición es una narrativa específica que hemos producido para recuperar lo que ya sucedió, pero abandona muchas cosas y define eventualidades como aspectos específicos, mientras que el pasado se entiende sólo como aquello que le sucedió a cada persona.

Cuando reconoces que el pasado está lleno de múltiples narrativas, entonces hay oportunidad para jugar y encontrar nuevas formas de mirar los acontecimientos sin privilegiar las narrativas predominantes que recibimos.

Se ha mencionado que el poscolonialismo es un aspecto presente en tu obra, guiado en gran medida por la experiencia que tuvo tu familia al emigrar de Vietnam a Dinamarca. La migración ha sido un fenómeno muy común durante el siglo XX, y en la actualidad lo continúa siendo. No obstante,  conocer la cultura de otros países y ser parte de ella es más accesible actualmente gracias a medios como Internet, por ejemplo. En este sentido, ¿qué opinas sobre la construcción de la identidad actualmente? ¿Consideras que se puede seguir hablando de identidades nacionales?

No considero que mi trabajo esté relacionado con el postcolonialismo, de hecho trato de no vincularme con esos términos. Las situaciones reales sólo se desplazan y los vínculos con la historia colonial continúan en el presente, para bien o para mal.

Por otro lado, tampoco creo estar calificado para hablar acerca del impacto que ha tenido Internet en la construcción de la identidad, pero si sé que se ha convertido en una herramienta que podemos utilizar para pensar más allá de las identidades nacionales. Este fenómeno es muy reciente. Desde mi perspectiva y mi práctica, Internet es la principal herramienta que me permite trabajar transnacionalmente. En este sentido, contribuye a generar pensamientos o ideas que van más allá de las fronteras. En realidad yo no vivo ni trabajo en ningún lado.

Sueles recuperar objetos que contienen historias clave de otras personas, como la lápida para la tumba de tu papá o la máquina de escribir de Unabomber. En alguna ocasión tus objetos/obras fueron calificados como unreadymades, porque no son sacados del contexto del “mundo real”. ¿Qué representan para ti o cómo entiendes los objetos que forman parte del “mundo” y que después trasladas al terreno del arte?

Con el trabajo que he realizado con mi padre —por citar un caso específico— he creado piezas que son convencionales o cotidianas. La lápida, por ejemplo, representa para mí una escultura de técnica clásica, con caligrafía tallada sobre piedra. Como pieza se insertó en el mundo del arte a través de una exposición y de su posterior adquisición por el Walker. Si las instituciones coordinan nuestras vidas y observan nuestros movimientos como documentos de acción, no veo porqué no entrelazar aspectos privados de mi familia con una colección pública y viceversa. Estas divisiones, a final de cuentas, son arbitrarias.

Tu papá y en general tu familia es protagonista de muchas de tus obras. ¿Qué representa la figura de tu padre como parte de tu proceso artístico?

Mi profesión me exige viajar constantemente, pero me gusta tener a mi familia cerca cuando estoy trabajando. Así que los llevo conmigo siempre que puedo.

La relación con mi padre es única, pero se debe a que principalmente nos comunicamos cuando trabajamos juntos en una obra. De otra manera no solemos hablar mucho.

En tu obra existe un juego que cuestiona (e incluso vulnera) ciertas instituciones o sistemas como el lenguaje, la historia y su historiografía, la autoridad, etc. ¿Tienes algún interés en particular al cuestionar o quebrantar la institución?

Trabajo conscientemente dentro de una institución porque creo que tienen mucho que ofrecer. Quizá no en la superficie, pero cada institución tiene algo que encubrir: una persona o una historia interesante. Cuando trabajé en el Statens Museum for Kunst, en Copenhague, solía platicar mucho con el equipo de montaje. Descubrí que ahí hay muy buenos carpinteros que han estado almacenando madera especial en las bodegas del museo. Ellos me mostraron la madera y juntos comenzamos a diseñar vitrinas hermosas que colocamos en la exposición, no como mobiliario sino como una pieza por sí misma. Para mí fue una experiencia realmente bella.


Log Dog se presenta en kurimanzutto hasta el 2 de noviembre.

Danh Vo nació en Vietnam en 1975, estudió en la Real Academia de Bellas Artes de Dinamarca y la Städelschule de Fráncfort. Ha recibido diferentes reconocimientos, como el Premio Hugo Boss (2012) y el Premio al Arte de la BlauOrange (2007). Su trabajo ha sido parte de exposiciones en espacios como el Instituto de Arte de Chicago (2012), la Kunsthaus Bregenz de Austria (2012), la Galería Nacional de Dinamarca (2010), la Kunsthalle de Basilea (2009) y el Museo Stedelijk de Ámsterdam (2008). Durante el 2013 formó parte de la 55ª Bienal de Venecia y de muestras realizadas en el Museo Guggenheim de Nueva York y la Villa Medici de Roma.

www.kurimanzutto.com


[17 de octubre de 2013]

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