Desde sus inicios, O’Brien Jr. ha incorporado a su trabajo el uso de tecnologías digitales. Su obra se ha mantenido abierta a procesos creativos híbridos y heterogéneos, diseñando a partir de hipótesis siempre cambiantes a las necesidades particulares de cada proyecto. O’Brien Jr. ha obtenido una importante cantidad de reconocimientos. Sólo en 2011, obtuvo el apoyo de la Graham Foundation por su proyecto editorial Cycles, una publicación que aborda los cambios de paradigma en el diseño arquitectónico. También este año recibió The Architectural League Prize for The Young Architects & Designers It’s Different, y la beca otorgada por Council for the Arts en el Massachusetts Institute of Technology. Nos habló sobre su proceso creativo y sus inspiraciones.

¿En qué se inspira tu trabajo?

Hay muchas cosas: 1) la tentación para reorganizar lo desagradable; 2) la fascinación por la Gesamtkunstwerk (cuando el arquitecto es responsable del diseño y supervisión de la totalidad del edificio); 3) la esperanza en que la “complejidad” en la interpretación del arte y la arquitectura es un proceso inacabado; 4) el anhelo sobre lo anacrónico (que no debe confundirse con lo nostálgico), y 5) la coincidencia.

¿Qué música escuchas cuando trabajas?

La pregunta es difícil, porque estudié Teoría de la música en la universidad; cantaba en el coro y toqué en una banda de rock indie también. Me gusta la música contemporánea y voy más por la materia tonal como Philip Glass, Steve Reich, Henryk Górecki, Arvo Pärt, Olivier Messiaen.

Describe un día de trabajo

Doy clases en el MIT, donde soy coordinador de la maestría de Arquitectura del primer semestre. Por lo tanto, doy clases la mitad del día y, la otra mitad, trato de ejercer la práctica arquitectónica. También intento cenar cotidianamente con mi esposa Sarah (que no es arquitecta).

¿Con cuál de tus piezas o proyectos te sientes más identificado?

Allandale House fue un proyecto temprano. En cierto modo, éste aún tiene resonancia con las cosas que estoy pensando. Recuerdo que su diseño no me costó trabajo, por eso siento mucha afinidad con él.