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Entrevista a Melanie Smith

17.07.2012

Todo parece indicar que la artista Melanie Smith representará a México en la próxima Bienal de Venecia. Aquí les presentamos una entrevista que el curador Tobías Ostrander le realizó con motivo de una exposición en solitario en la galería OMR.

A lo largo de tu carrera has mezclado medios moviéndote continuamente entre la instalación, la fotografía, el cine/video y la pintura. Con frecuencia, los diversos usos de estos medios han puesto en conflicto directo la abstracción pictórica con las representaciones fotográficas del espacio urbano. ¿Cómo relacionaste estos intereses con el cuerpo de trabajo que presentaste hace un tiempo en la galería OMR?


Esta exposición fue sobre un lugar/no lugar llamado Parres. Se trata de un pequeño pueblo en la vieja carretera México-Cuernavaca, que no tiene centro y que, además, fue desalojado por la nueva autopista, así que, en realidad, era un pueblo de tránsito. Lo he usado como contexto para tres cortometrajes de 35 mm (Parres I, Parres II, Parres III) que son acciones preformativas y, al mismo tiempo, se relacionan directamente con problemas de la pintura. En esta exposición presenté solamente una instalación que reunía pintura y video (Parres Cero instalación). Estoy interesada en usar el mismo mecanismo dentro de diferentes medios, y en las instalaciones más complejas que he hecho, las cosas, de una u otra forma, giran alrededor de sí mismas. No estaba interesada en tener un argumento fijo, las cosas eran mucho más fracturadas en esos días. Una vez que consigo un equilibrio, me gusta imprimir cierta inestabilidad y, por ende, hago uso de diferentes medios. Esta exposición usaba el pueblo de Parres para trabajar con la ausencia, la idea de un no-lugar traducida, de laguna manera, a los debates alrededor de la pintura.

Los efectos visuales y los juegos ópticos son muy característicos en tu obra. En tus trabajos es evidente el uso del aerógrafo. En esas pinturas, usas la técnica para formar paisajes urbanos y semiurbanos que, aparentemente, carecen de claridad y están desenfocados o dentro de misteriosas nieblas o humo.  Esa cualidad también es notable en uno de tus videos donde la profundidad de campo del espectador se nubla lentamente y queda eventualmente bloqueada al cubrir el marco de la cámara con capas de pintura en aerosol. ¿Cómo describirías tu interés en estos efectos visuales, así como tu interés en obscurecer o complicar la recepción visual?


Creo que lo que me gusta de aerógrafo es su cualidad para volver borrosas las cosas —hay un intento en la representación que, debido a la técnica, es naturalmente llevada hacia atrás una capa y hace la superficie más inalcanzable y nostálgica—. Los paisajes mismos están muy erosionados pero, al mismo tiempo, están en construcción, una contradicción real. Son un triste recuerdo de lo que vendrá. Y sí, el primer plano en estas películas se cubre y se descubre físicamente para bloquear o revelar la realidad (pueblo) que está detrás. Hago referencia a lo monocromo que es un argumento muy establecido y algo pasado de moda dentro de la pintura actual. De alguna manera, estos trabajos modifican el monocromo y recontextualizan la idea de la superficie y del plano pictórico. En la exposición había un mural, casi invisible, hecho de muescas alrededor del marco; estas muescas se hicieron mientras pintaba la pared… otro desvanecido recuerdo de la ausencia.

En repetidas ocasiones la complejidad visual de la ciudad de México te ha servido como material para tu trabajo. Cuando viviste fuera del país, ¿cuál fue el rol que esta ciudad jugó, o cómo estaba combinando tus temas e investigaciones al trabajar y vivir en un contexto diferente?


No quise pensar tan específicamente en un “lugar”. Me gustaba más pensar sobre las posibles resonancias de la condición y deseo dentro de un contexto social (¡donde quiera que esto sea!) Dejar México fue bueno pero no fácil. Este trabajo sobre la ciudad pudo haber sido generalizado en otras metrópolis. Ese mismo problema existió en Europa, allá están nublados por diferentes pretextos. Los cambios en el trabajo son realmente lentos; al menos para mi. En la mayoría de los casos algo interesante me pasaba después de haber estado en un lugar distinto, pero no al momento de estar ahí. No puedo reaccionar inmediatamente. Siempre me sorprende cuando los artistas pueden hacerlo, pero, claro, siempre estás forzado a cuestionar la relevancia de lo que has hecho en algún otro lado y a cambiar la forma en la que concibes. Digamos que es incómodo pero necesario… y, extrañamente en estos días, pienso mucho sobre el silencio, eso debe de ser un verdadero contragolpe a México.

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