Los mitos, los símbolos y la materia representan para Alfadir Luna manifestaciones de diversos sistemas de pensamiento que adquieren sentido a partir de las relaciones sociales que se establecen alrededor de ellos. Así, una piedra, una escultura o una imagen se convierten en enunciados poéticos de conocimiento y de imaginarios colectivos. Su obra puede describirse como un proceso donde el dibujo estructura e interpreta ideas y las acciones propician redes de intercambio simbólico.

Como en la mayoría de sus proyectos, Mercados Públicos (2006-a la fecha) surgió a partir de un cuestionamiento central: ¿cómo construimos relaciones? El artista desarrolló una red de acciones colectivas que durante ocho años ha propiciado la participación de comerciantes —en una dinámica de interacción horizontal— que laboran en once mercados de la zona de La Merced, en la ciudad de México. Luna se integró a estas comunidades a partir de sistemas de mitos: narraciones e interacciones cotidianas que fundamentan la organización socioeconómica y las estrategias de supervivencia de los mercados. El proyecto contempló 3 fases: 1) la elaboración de once estandartes —como símbolos de identidad de cada uno de los mercados— en los que se podían leer palabras como áreas comunes, tradición, comunicación, respeto, organización o propaganda, 2) la creación de un hombre de maíz, y 3) el desarrollo de un ritual conocido como la Procesión del Señor del Maíz.

Con este proyecto Alfadir Luna (México DF, 1982) detectó la creación de un mito —sin ninguna carga religiosa— en torno a una escultura de maíz que representa los intereses, preocupaciones y visiones de un sector social en particular. El hombre de maíz, como un objeto de identidad y no como un proyecto artístico en sí mismo, se ha convertido en detonador de encuentros y ha logrado generar relaciones entre sujetos movidos por una intencionalidad: la expresión de sus condiciones laborales, económicas y sociales. Así, tanto la creación de los estandartes como la procesión son gestos políticos para manifestar indiferencias, como su oposición al comercio de maíz transgénico y a la falta de alianzas con pueblos indígenas y grupos campesinos del sur del Distrito Federal.

El interés por analizar las relaciones y las estructuras de pensamiento también se puede observar en Piedra (2001-2006), proyecto que muestra las intervenciones que el artista realizó durante cinco años sobre una piedra como un ejercicio de enunciación individual.

Egresado de la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM, Alfadir Luna ha presentado su obra de manera individual y colectiva en el Museo Universitario del Chopo, el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey, el Museo Universitario de Ciencias y Artes (MUCA), el Centro Cultural de España, el Museo de las Culturas, y el Storefront for Art and Architecture (NY). Actualmente cuenta con el apoyo del Programa BBVA Bancomer-MACG y desarrolla la primera fase de un Consejo de Cultura en Mercados Públicos. El proyecto puede verse hasta el próximo 4 de mayo como parte de la exhibición La voluntad de la piedra en el Museo de Arte Carrillo Gil.

Imágenes cortesía del artista.

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[17 de marzo de 2013]