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Fabrian Brunsing, Paga y siéntate (2014). ©Fabian Brunsing
Fabrian Brunsing, Paga y siéntate (2014). ©Fabian Brunsing
Fabrian Brunsing, Paga y siéntate (2014). ©Fabian Brunsing
Fabrian Brunsing, Paga y siéntate (2014). ©Fabian Brunsing
Stéphane malka, Bow-House (2014). Tomada del sitio web del arquitecto
Stéphane malka, Bow-House (2014). Tomada del sitio web del arquitecto
Stéphane malka, Bow-House (2014). Tomada del sitio web del arquitecto
Gregory Kloehn, Proyecto Hogar para los sin-hogar (2014)
Gregory Kloehn, Proyecto Hogar para los sin-hogar (2014)
Gregory Kloehn, Proyecto Hogar para los sin-hogar (2014)

En contra de las ciudades inhabitables: 3 proyectos

06.04.2015

Jaime S. Durón Aguirre

En 2013 un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), citado por La Jornada, reveló que hasta 2011, en México, 14 millones 940 mil personas vivían bajo la línea de indigencia. “Invisible” al ojo público,  dicha magnitud de la población aprovecha el menor resquicio urbano para habitarlo temporalmente hasta que la policía, la arquitectura o el otro lo permitan.

Lentamente las ciudades desarrollan dispositivos que, desde el diseño, señalan a un enemigo público: el indigente —no está solo, pues skateboarders y grafiteros son igualmente repudiados por la autoridad. Desde los “descansabrazos” en las paradas de los autobuses que impiden que una persona pueda recostarse a lo largo de la estructura hasta picos metálicos en los quicios de las ventanas o en los maceteros para evitar que alguien se siente sobre ellos —un indignante símil a las púas dispuestas en edificios para impedir que las palomas aniden—, los artilugios no dejan de crecer en creatividad.

Desde otro frente ideológico han sido desarrolladas propuestas que reflexionan en torno a la problemática urbana, como el Homeless Vehicle Project (1988) que el artista polaco Krzysztof Wodickzo propuso para cubrir las necesidades básicas del habitante de las calles; un refugio móvil  que reemplazaría los carritos de supermercado típicamente usados por los usuarios para recolectar desechos. Además de su capacidad de  almacenamiento, la estructura horizontal ofrece al usuario cierta privacidad para dormir o incluso llevar a cabo sus necesidades naturales. Diez años después el creador iraquí-estadounidense Michael Rakowitz inició el proyecto ParaSITE. Un “parasitio” es un refugio inflable diseñado para personas en situación de calle que, como un parásito, se adosa a las salidas de los sistemas de ventilación, donde el aire caliente expulsado de los edificios es aprovechado para inflar y mantener tibia la estructura de doble membrana plástica. En 17 años, Rakowitz ha construido e instalado al menos 60 de estos espacios que pendulan entre la legalidad y la ilegalidad entre Boston, Cambridge, Nueva York y Baltimore, con un presupuesto de cinco dólares americanos por cada uno.

A lo largo de la última década diseñadores y artistas han presentado nuevas estrategias de supervivencia simbólica para los sin-hogar —conscientes de que, lejos de hacer propuestas de vivienda accesible, sus invenciones pretenden provocar, incomodar e interpelar al otro para implicarlo en el discurso crítico, acaso el primer paso para trastocar las limitaciones espaciales de la ciudad.

 

1. Paga y siéntate (2008), de Fabian Brunsing

Una instalación que denuncia la privación del espacio público para sujetos específicos. Se trata de una banca de madera en un parque de la que sobresalen una serie de pernos metálicos terminados en punta que descienden, temporalmente, al insertar 50 centavos de euro en un dispositivo integrado al mobiliario. El diseño nunca está lejos de la realidad: en el Parque Yantai de China existe la misma privatización espacial, aunque sin la ironía sugerida por Brunsing, artista alemán.

http://www.fabianbrunsing.de/

 

2. Bow-House (2014), de Stéphane Malka

En la ciudad holandesa de Herleen, el arquitecto marsellés diseñó “un sistema flexible. No una casa móvil sino una edificación ligera para personas nómadas”, como señala en su sitio web. Una casa saliente y abierta que replantea la concepción del espacio público como antítesis del espacio privado, haciendo énfasis en el fenómeno de la ocupación y la apropiación de lo público. Accesible a los transeúntes, es una extensión de la plaza pública que, construida sobre andamios de construcción y forrada con mamparas, puertas y ventanas en desuso, busca revivir la memoria de las edificaciones a las que una vez pertenecieron sus elementos integradores. Bow House es una arquitectura espontánea y verdaderamente comunitaria; ligera y sin costo para los deambulantes urbanos.

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http://www.stephanemalka.com/

 

3. Proyecto Hogar para los sin-hogar (2014), de Gregory Kloehn

Siguiendo los fundamentos de la rama del diseño Hazlo tú mismo, Kloehn es diseñador industrial —y pepenador— que visita los basureros de Oakland, California, para recolectar madera, láminas, plástico y desechos industriales y caseros para construir refugios móviles destinados a los sin-hogar.

Las pequeñas estructuras son construidas tomando en consideración un esquema de colores vivos –azul cielo, amarillo canario y rosa algodón de azúcar son algunos-. El presupuesto aproximado para cada construcción es de 30  pesos para utilizar clavos, tornillos, pegamento y gastos de transportación. Klohen acepta donaciones a través de la página del proyecto: www.homelesshomeproject.org

 

 


[7 de abril de 2015]

Jaime S. Durón Aguirre

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