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Emmanuel Lubezki
Alejandro González Iñárritu, Birdman (2014)
Alejandro González Iñárritu, Birdman (2014)
Alfonso Cuarón, Gravity (2013)
Alfonso Cuarón, Gravity (2013)
Alfonso Cuarón, Gravity (2013)
Alfonso Cuarón, Gravity (2013)
Terrence Malick, To the Wonder (2012)
Terrence Malick, To the Wonder (2012)
Terrence Malick, To the Wonder (2012)
Terrence Malick, To the Wonder (2012)
Alfonso Cuarón, Children of Men (2006)
Alfonso Cuarón, Children of Men (2006)
Alfonso Cuarón, Children of Men (2006)

Perfil: Emmanuel Lubezki. Cuando el camarógrafo supera al director

22.12.2014

Abel Muñoz Hénonin

Emmanuel Lubezki se pregunta en medio de una entrevista¿por qué la habilidad de imaginar imágenes es importante?”. Aunque su respuesta sea pragmática (porque así no se tiene que checar un monitor después de cada toma, porque se puede reconocer las posibilidades fotográficas dispuestas frente a uno), la pregunta da en plena médula del proceso creativo. Es más: es una cuestión muy profunda, de tintes tanto filosóficos como técnicos. Imaginar imágenes Un punto visionario donde se intuyen o conciben formas y se vislumbran los métodos para plasmarlas.

Como cualquier fotógrafo de cine, Lubezki (México DF, 1964) considera que su trabajo consiste en ayudar a otros (directores-autores) a hacer reales sus proyectos (ver: “Bryan Adams, One of the Great Cinematographers Ever: Gravity’s Emmanuel Lubewzki). Algo parecido al Sócrates platónico: alguien cuya función es asistir a otro en la concepción de ideas. Como sea, la recreación que Platón narraba de su maestro hacía trampa porque al asistir no podía evitar influir, inclusive sugerir o dirigir el camino de su interés. Sirva esto para pensar la labor del director de fotografía si no como una puerta a la creación mayéutica, al menos dialéctica: las imágenes imaginadas por el director se complementan con las imágenes imaginadas por el fotógrafo y viceversa.

Birdman-Fox-Searchlight

¿Pero qué pasa cuando el camarógrafo supera al director, como Lubezki ha hecho en sus tres últimas entregas (con Alejandro González Iñárritu, Alfonso Cuarón y, notablemente, Terrence Malick)? En Birdman (2014) la impresión de haber generado un gran plano secuencia ágil donde se combinan temperaturas de color, no sólo contrastantes sino hasta improbables, es un logro mayor que la historia de una celebridad queriéndole dar sentido a su vida haciendo “arte”, bajo un concepto decimonónico del teatro. Nada haría que valiera la pena volver a Gravedad (2013) si no fuera por la secuencia donde la doctora Ryan Stone (Sandra Bullock) gira sobre su propio eje, al ser disparada fuera de la órbita terrestre, mientras la Tierra y mucho otros objetos celestes se reflejan en su casco. Y ese largo y empalagoso anuncio de perfume que se llama To the Wonder (2013) en el que Terrence Malick quedó muy lejos de sí mismo tiene una serie de momentos plásticos inolvidables, como cuando Neil (Ben Affleck) y Jane (Rachel McAdams) quedan atrapados por una manada de bisontes. La pregunta abre preguntas que no pueden responderse aquí, por ejemplo, las relacionadas con la autoría, que en el cine en realidad es un asunto más parecido a las canciones de las bandas de rock que a la escritura de un libro –¿los camarógrafos son como bajistas o como bateristas? Pero también algunas que sí pueden abordarse: ¿cómo un “técnico” puede ser un artista mayor que un “artista”?, por ejemplo.

To-the-wonder-1

Primero, recordemos que Emmanuel Lubezki ha hecho un largo recorrido de La hora marcada (1989-90) a la fecha –para tomar en cuenta sólo su trabajo profesional fuera de la publicidad– y que probablemente haya alcanzado la madurez creativa junto con Alfonso Cuarón en Hijos del hombre (2006), donde resolvieron dos momentos excepcionales: la emboscada al coche en el bosque y la persecución en cámara lenta mientras los personajes escapan en un carro que no arranca. Después repensemos nuestra idea de artista. Los personajes egocéntricos, neuróticos, azotados y sin bañar son un invento con tufo romántico del siglo XIX. Pero en términos etimológicos arte, ars, es el calco latino del griego antiguo techné. Un artista, desde esa perspectiva, es quien domina su materia de trabajo. Emmanuel Lubezki, ahora en su mejor momento, ha probado dominar la luz, la figura humana en movimiento, el paisaje, y los medios para convertirlos en imagen y merece el título sin reparos.

 


Abel Muñoz Hénonin es comunicólogo. Es el director editorial de Icónica, la revista de la Cineteca Nacional. Coordinó junto con Claudia Curiel el libro Reflexiones sobre cine mexicano contemporáneo (2012). Colabora también en La Tempestad.

 


[22 de diciembre de 2014]

 

Abel Muñoz Hénonin

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