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El boom del diseño gráfico en Monterrey

Archivo Código 01.08.2013

Christian Gómez

Recuperamos un reporte de 2013 sobre el diseño gráfico de Monterrey, donde ya entonces había propuestas estéticas que destacaban internacionalmente.

 

En los años recientes el desarrollo económico de Monterrey ha generado un inquietante correlato en el ámbito visual. Así, en la ciudad se ha desarrollado una escena de diseño gráfico integrada por agencias, diseñadores independientes e ilustradores. De acuerdo con sus protagonistas, los factores que han motivado este fenómeno son varios. En primer lugar, la emergencia de una nueva generación de empresarios que, a diferencia de quienes contemplaban la comunicación visual como un elemento secundario, han entendido que ésta es una herramienta que resuelve problemas de negocios. En segundo lugar se encuentran los cambios realizados en los planes de estudio de las escuelas, que tienden a una formación visual íntegra, además de la llegada de profesores que han jugado un papel clave en la formación de los alumnos. Finalmente, la gente de Monterrey ha dejado de mirar al centro del país y a Estados Unidos para fijar su competencia en el ámbito internacional.

En este cruce de circunstancias los diseñadores regios han abierto una pregunta sobre su identidad gráfica. Son mexicanos pero no nacionalistas: no usan rosas mexicanos ni sagrados corazones. Por el contrario, destacan por la sobriedad y el minimalismo. Pero, ¿es posible encontrar una identidad gráfica y conciliar un relato alrededor de las estéticas que proponen?

La tortillería, Accents.

«El hilo conductor estético ha sido el modernismo. Algunos elementos comunes del diseño gráfico en Monterrey son la Helvética y las retículas suizas, pero la realidad es que los estudios y los diseñadores han desarrollado estilos muy particulares», afirma Rik Bracho, fundador y director creativo de Face.

Alan Coria, fundador de Alan Coria Brand Studio, menciona otros atributos: minimalismo, limpieza, proyectos claros. Y Sebastián Padilla de Anagrama confirma: amor por la tipografía suiza y el sistema reticular, es decir, ausencia de ornamentación. También es importante la simplicidad funcional. Por su parte, Iván García, de Manifiesto Futura, apunta: «Hemos configurado una identidad regional, menos mexicana. Intentamos dejar de “caerle bien” a la gente. Diseñamos a la primera y sin boceto. En nuestro caso pensamos que un proyecto debe generar nuevas experiencias. Hemos dejado de “buenaondear”, procuramos respetar a nuestros clientes. Hay estudios en la ciudad de México y en otras zonas del país donde también lo hacen bien: han entendido que hay que sobreponer la función a la forma, dotar a las marcas de atributos con los que se puedan contar mejor las historias. Sin embargo, todavía hay muchos que siguen diseñando de manera austera y simplona. O peor aún: utilizando figuras de luchadores, sagrados corazones o chistes mal contados. En la medida que nos olvidemos de esto tendremos mejores diseños y mejores productos y servicios».

Para todos ellos es fundamental Internet. Una búsqueda en el portal behance.net —donde diseñadores de todo el mundo comparten sus portafolios— a través de la palabra Monterrey garantiza el encuentro con miles de carpetas de trabajo, una especie de termómetro de la producción visual de la zona.

Grand Chamaco, CMYK.

«Talento, más ganas de sobresalir, más Internet, más redes sociales da como resultado la escena regia de diseño gráfico», comenta Sr. Jalapeño, ilustrador y artista gráfico autodidacta que trabaja como impresor y creativo para diferentes agencias. Uno de los peligros, advierte Gerardo Ortiz, director creativo de la agencia Menosunocerouno, es no «voltear a ver al público. Hay que reconocer cuando la gente se aburre de ver lo mismo».

Por su parte, Oscar Estrada, director de Epígrafa, comenta que el diseñador regio no está obsesionado con el nacionalismo sino que utiliza herramientas del ámbito internacional para competir con los diseñadores alemanes, japoneses, suizos; no necesariamente con los chilangos o los estadounidenses. Además, añade: «La historia del diseño en Monterrey es una historia viva, que se proyecta todos los días en la web. Para nosotros el diseño es una herramienta que puede ayudar a resolver problemas sociales».

Internet también ha sido un factor clave en ámbitos como el de la ilustración. «Aunque no existen agencias que se dediquen exclusivamente a ella —aclara la diseñadora e ilustradora Rosina Marisin— hay un boom entre los jóvenes que dan a conocer su trabajo en las redes sociales. Éstos han formalizado sus portafolios en línea y así muchas empresas han conocido lo que hacen».

Hacía una historia del diseño gráfico en Monterrey

Con más de 4 millones de habitantes la zona metropolitana de Monterrey es la tercera más poblada del país, sólo después de la ciudad de México —con cerca de 9 millones— y Guadalajara —con alrededor de 4.5 millones. La región aloja grandes empresas como Alfa, Cemex, Vitro, Femsa, Pepsico, Siemens y LG Electronics, así como cerveceras, corporativos bancarios y medios de comunicación. A pesar de las marcadas diferencias sociales entre municipios, y la presencia del crimen organizado, la pujante actividad económica de la ciudad se refleja en la apertura de grandes centros comerciales, la implantación de nuevos modelos de negocios y la oferta de servicios exclusivos.

De esta manera, las agencias o estudios de diseño se encuentran frente a una demanda creciente de aplicaciones multimedia, páginas web, ilustraciones, diseños de marca e identidades corporativas. Pero sus proyectos han generado, además, interés en empresas internacionales. «Aunque Monterrey ha tenido malas épocas es una ciudad que ha crecido muchísimo en los últimos años. Igualmente los nuevos medios han brindado la oportunidad de que los diseñadores expongan su trabajo. Además ha habido apoyo de las universidades de diseño, que cada vez se enfocan en ofrecer mejores programas educativos», explica Gabriela Benavides, diseñadora gráfica de Residente Monterrey. En ese sentido, señala, cada vez más empresas quieren darle una identidad a su marca.

Face, Gris.

Para Sebastián Padilla, socio y fundador de Anagrama —estudio de diseño gráfico que tiene oficinas tanto en Monterrey como en el Distrito Federal— las universidades y la cercanía con Estados Unidos han repercutido para que el diseño gráfico se tome en serio: «no jugar a ser Región 4. La mayoría de los nuevos estudios nacieron hace 5 años, y esto generó una competencia directa donde todos intentan ofrecer lo mejor de sí mismos para mostrarlo al mundo».

Los diseñadores de Monterrey señalan distintos momentos clave para tratar de entender una historia que por el momento se escapa de las manos, porque se está escribiendo. En 2010 estudiantes del Centro de Estudios Superiores de Diseño de Monterrey (CEDIM), quizá la escuela más destacada de la disciplina, convocaron a Mitosis010, un encuentro de profesionales de diseño donde se cuestionó la identidad gráfica regia. Allí, Gerardo Ortiz aventuró una explicación del devenir histórico del fenómeno creativo utilizando analogías musicales: de la forma de operar de una orquesta —organizada— a la de las bandas de jazz —de carácter experimental.

Su historia comienza en 1989, cuando Eduardo Danilo fundó Danilo Black. El también director gráfico de Grupo Reforma, y por lo tanto del periódico El Norte, jugó de director de una orquesta profesionalizada donde cada integrante jugaba un rol con un propósito definido.

Por otra parte, Ortiz —egresado de la Universidad de Monterrey (UDEM)— recuerda que a mediados de los noventa fue muy significativa la visita de dos figuras: Lance Wyman, responsable de la gráfica olímpica del 68, considerado por muchos padre del diseño gráfico moderno en México, y el estudio francés ¾ face, cuyos integrantes vivieron en la ciudad por un tiempo. «Poca gente lo sabe pero Vincent Delpeux, Pascal Thivillon y Pierre Raine, de ¾ face, son los precursores del diseño gráfico en Monterrey. Este trío de diseñadores originarios de Lyon sembró en poco menos de un año una filosofía que repercutió en muchos de los estudios independientes y boutiques creativas de la ciudad. Envueltos en la bandera de la escuela suiza de diseño, defendían la economía visual y el uso mínimo de la paleta de color. Eran amantes de Universe y Futura, y rotaban las cajas de texto un grado para asumir una postura contraria al establishment».

Para Ortiz, Menosunocerouno asemeja una banda de jazz por su forma de trabajo, donde se relacionan conceptos como improvisación y creatividad. «Rara vez hay un líder, los instrumentos deben ser manipulados delicadamente, con virtuosismo y con un ritmo propio. Los roles cambian constantemente, y también los integrantes. Fundada en 2000 nuestra agencia fue quizá la primera “banda de jazz” en Monterrey, heredera directa de ¾ face».

Entonces aparecieron otras “bandas”, como la de Nacho Cadena: Cadena & Asociados. Los ex integrantes de Menosunocerouno fundaron Restate Media (2003), La Tortillería (2003) y Face (2006). Menosunocerouno ha jugado el rol de escuela a través de sus distintas empresas, como la revista Doméstica, publicación de vida breve pero de largos efectos, considerada por muchos punto de inflexión del diseño gráfico en Monterrey.

Rik Bracho reconoce en dicha agencia su escuela más importante. «Si lo vemos cronológicamente debemos respetar a los que impulsaron estilos avant-garde y modernistas, como Aldo Chaparro (Celeste), Gerardo Ortiz o Nacho Cadena. Pero en ese tiempo también comenzaron otros igual de trascendentes como Iván Leal (3 Pigs) y Mircea Turcan (Publik, ahora en Restate Media)».

Bracho destaca el papel de Doméstica, incluso en los proyectos editoriales que él emprendió: Page The Magazine y, actualmente, P MAGAZINE. Y agrega: «Actualmente tenemos que señalar a Anagrama, Savvy, Futura, Restate, La Tortillería, Mooij, Raidho, Tridente, Singular, Analog y a personajes como Grand Chamaco. Cada vez son más y muchos de ellos son muy buenos».

Las escuelas de diseño

Los diseñadores regios fusionan la disciplina con la experimentación, así como la formación académica con la experiencia laboral temprana. «Los grandes despachos reclutan estudiantes, becarios y practicantes, lo que da como resultado que los diseñadores obtengan experiencia desde muy jóvenes. Nosotros recurrimos al trabajo freelance. Ambos rubros juegan un papel importante en el desarrollo de nuevos talentos», señala Jon Garza de Blanco & Negro.

Entre las escuelas más citadas se pueden mencionar el CEDIM, la UDEM —que recientemente estrenó el Centro Roberto Garza Sada, Arquitectura y Diseño de Tadao Ando—, la Facultad de Artes Visuales de la Universidad Autónoma de Nuevo León y Arte AC del Tecnológico de Monterrey, en las cuales se están desarrollando carreras especializadas en el diseño multimedia.

De acuerdo con Gerardo Ortiz, el formato de orquesta se parece al sistema educativo de la UDEM, mientras que el CEDIM se inclina por las bandas de jazz, con formadores como Michael García Novak —organizador del festival anual de diseño Design Week Monterrey. En ese espacio, menciona Oscar Estrada, director de Epígrafa y reconocido diseñador editorial, destaca la presencia de Paadín (miembro del estudio La Mosca, Barcelona). Desde el punto de vista de Estrada, con excepción del CEDIM las escuelas tienen un modelo educativo agotado que no produce diseñadores de calidad sino empleados. El reto, alerta, está en construir un modelo educativo con profesionales exitosos en activo.

Anagrama, Caravan Tokyo (2015). Tomada del sitio web del estudio

«Hay casos excepcionales de diseñadores con gran talento como Gerardo Ortiz, Sebastián Padilla o Vicky González (Manifiesto Futura). Pero replicar ese fenómeno es muy difícil. También existe Toc Toc, una red de contactos de talento local que establece un compromiso real con la sociedad. Por otra parte, los despachos son otros ejemplos de lugares de formación. Destaco Danilo Black: varios diseñadores que trabajaron ahí ahora laboran en periódicos de Abu Dhabi».

 

 

Christian Gómez

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