El sábado 3 de marzo será inaugurada la muestra Fernando Bryce. Dibujando la historia moderna, la primera exposición antológica del artista en el MUAC. Curada por Natalia Majluf y Tatiana Cuevas, la muestra se gestó en el Mali de Lima y viajará posteriormente a Buenos Aires.

El trabajo de Bryce (Lima, 1965) se centra en la investigación de archivos bibliográficos y documentales para construir nuevas formas de representación de la memoria histórica. A partir del “análisis mimético” —término acuñado por el artista para describir la reproducción en dibujos de imágenes de prensa, propaganda política, documentos oficiales o publicidad— evidencia su preocupación directa por los sistemas de poder, los medios y los discursos oficiales. Con el propósito de rescatar del pasado documentos e imágenes expresamente olvidados por la historia oficial, como panfletos, diarios y propaganda, congela en el presente aquellos hechos destinados a ser olvidados por sus propias estructuras mediáticas.

Los dibujos de Bryce dejan a la vista aquellas cosas que en un material impreso se pasarían por alto; al hacer evidente el diseño, la tipografía, la selección de imágenes, adquieren una nueva significación y adquieren un tono de ironía o de parodia.

Enfocado en temas de política, sociología y arte, en la muestra se presentarán sus series más ambiciosas: Cronologías (1997-1998) —con la cual inició este proceso de creación—; Museo Hawai (1999); Kolonial Post(2006); y Südsee (2007), entre otras.

Un factor fundamental en la obra de Bryce es la concepción del tiempo, tanto el de la creación como el de la contemplación. El proceso de trabajo del artista, aunque ya se encuentra muy sintetizado en sus partes (ver, fotografiar, seleccionar, adecuar, imprimir, copiar), en el momento de la contemplación resalta una narrativa propia que lleva a la racionalización de lo que se ve y, finalmente, a una opinión que en muchos casos suele ser sarcástica al dejar al desnudo el metalenguaje de los documentos escogidos y poner en evidencia la historia colectiva y social. Un ejemplo sería El mundo en llamas (2010-2011), donde contrapone las portadas de los periódicos y las imágenes de las carteleras de cine. La confrontación entre lo que se leía y lo que se veía en el cine constituye un reflejo de la sociedad de los años cuarenta.

El estilo homogéneo de las imágenes permite realizar una lectura lineal y continua de la exposición. Dibujando la historia moderna plantea nuevos acercamientos a la historia desde la contradicción de los materiales que circulaban en esa época que el artista se apropia y reconfigura mediante el dibujo.

La muestra permanecerá abierta hasta el 3 de junio.

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