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Deslave en talud de Santa Fe. ¿Problema de quién? 3 expertos opinan

02.12.2015

El pasado 30 de noviembre inició el proceso de demolición de la casa edificada sobre el talud que comenzó a derrumbarse hace unos días en la zona de Santa Fe, en la delegación Cuajimalpa de la ciudad de México. El suceso resonó en los medios de comunicación locales desde los últimos días de octubre: alrededor de 11 mil personas han sido afectadas por el cierre de vialidades aledañas, además del desalojo preventivo de los habitantes del edificio residencial de 75 departamentos que se ubica en las inmediaciones del talud. Las dos torres de telecomunicaciones que serían una de las principales responsables de los deslaves funcionaron durante 18 años sin permiso.

El problema no es nuevo. Dentro y fuera de Santa Fe, se trata de una historia recurrente de papeles irregulares y mal planeación urbana. ¿Pero de quién es el problema, de las autoridades o los empresarios? Expertos en urbanismo responden a Código.

 

—Rodrigo Díaz

Los deslizamientos de tierra en Santa Fe son un cuento viejo. Si durante años no los hemos visto es porque los han sufrido los olvidados de siempre, familias que no tuvieron otra opción más que vivir precariamente, sin agua ni sistema de alcantarillado en barrancas, donde el riesgo de deslave es permanente.

Cuando el derrumbe afecta a los que pagaron caro por vivir allí, la cosa cambia. Y ahí sí dirigimos la mirada y vemos que Santa Fe se cae a pedazos: se cae la tierra, el tráfico colapsa las calles, el transporte público de calidad nunca llega, como tampoco los espacios públicos ni el equipamiento urbano. Autoridades y empresarios comparten responsabilidades por igual: ambos se han beneficiado de un jugoso modelo en el que la voracidad inmobiliaria no está acompañada de la implementación de un plan de desarrollo urbano que piense la ona como un todo —uso de suelo, infraestructura, servicios, movilidad y medio ambiente. De nuevo, cuento viejo: habrá que invertir dinero público para rescatar a los negocios privados. Los olvidados de siempre siguen esperando.

 

Rodrigo Díaz es arquitecto por la Universidad Católica de Chile. Con un master en Planificación Urbana por el MIT, trabaja como consultor independiente en temas de movilidad y desarrollo urbano. Escribe en su blog Pedestre y otras publicaciones.

 

 

—Jimena de Gortari 

El deslave del talud de Santa Fe es consecuencia de la pésima planeación que tuvo. La mejor oportunidad que tuvieron los desarrolladores en los 90 fue la de planear un nuevo esquema de movilidad, sin embargo lo que hicieron fue una reproducción del desastre ya existente en la ciudad, sin tener una visión clara e integral. Por otro lado, hay muchas situaciones igualmente graves en Santa Fe que ponen en peligro a la población y éstas desembocan en la devaluación de las propiedades. Esto es consecuencia de la ambición de los desarrolladores inmobiliarios. Junto al gobierno local han tomado muchas decisiones, desde múltiples cambios en el uso del suelo hasta la modificación en el límite de niveles, donde antes sólo se podían construir 5 niveles y ahora pueden ser hasta 13.

Se trata de un tema delicado: la zona de Santa Fe es muy visible por aspectos como el interés económico, las empresas, el tipo de departamentos, la gente que habita la zona. Pero no es el único territorio con problemas; es claro que hay áreas en donde no se puede construir, como ríos y cerros, y es grave poner en

La responsabilidad es del gobierno, que hace y permite construir obras inseguras, donde además se le dice a los habitantes que el desarrollador tiene papeles en orden y, por ende, el aparente responsable es quien autorice la construcción. Es un tema delicado: la zona de Santa Fe es muy visible por sus intereses económicos, el tipo de departamentos, las empresas alberga y la gente que habita la zona, pero no es la única con problemas.

El eterno problema de la planeación urbana surge de la nula prevención de los posibles problemas que conllevará, determinados por el contexto físico y social que rodee al proyecto. Es necesario pensar en ese diseño preventivo.

 

Jimena de Gortari Ludlow es académica de tiempo completo del Departamento de Arquitectura de la Universidad Iberoamericana.

 

 

—Alejandro Polo

Los problemas recientes de Santa Fe son una gran responsabilidad compartida: la falta de infraestructura, de equipamiento, la escasa distribución de servicios y una caprichosa urbanización que se ha traducido en enormes cortes y rellenos de terreno para alojar grandes edificios de oficinas y vivienda. Quienes habitan o trabajan en la zona se encuentran en riesgo. Planificadores y diseñadores urbanos copian modelos inmobiliarios desatendiendo las variables del entorno; las autoridades demuestran su corrupción e incompetencia, o sus capacidades se ven rebasadas; inversionistas voraces, usuarios y consumidores desconocen lo que adquieren, orientados más que nada por una imagen seductora.

A fin de cuentas, lo que se asoma en Santa Fe es una mezcla del sistema de producción, consumo y uso de la ciudad, cuya perversión e ingenuidad termina por desmoronarse, al igual que los taludes que lo sostienen.

 

Alejandro Polo Lamadrid es arquitecto y consultor. Se ha especializado en turismo, planeación urbana, desarrollo de planes maestros y de negocio inmobiliario, así como diseño urbano y movilidad. Es profesots de Taller de proyectos urbanos en la maestría Ciudad, en CENTRO.

 

 

 

 

 

 

 

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