Es diseñador, director artístico y arquitecto. Matteo Ragni (Italia, 1972) es egresado del Politécnico de Milán. Su trabajo se caracteriza por el uso de materiales biodegradables; esto le valió el premioCompasso d’Oro ADI en 2001 por la cuchara-tenedor Moscardino, que forma parte del acervo del MoMA. En 1998 funda con Giulio Iacchetti (Italia,1966),  Aroundesign, un estudio de diseño que permaneció abierto hasta 2005. La colaroración con Iacchetti le permitió expandir su trabajo a la enseñanza, un paso importante en su carrera, ya que según él los proyectos son un “encuentro entre personas en aras de desarrollarse humanamente, además de profesionalmente. Quiero que establezcan relaciones conmigo y con los demás y que, a partir de aquí, construyan un diálogo con el mundo mis proyectos”.

Sus diseños han sido premiados en varias ocasiones; el más reciente fue la lámpara Leti de Danese que ganó el Wallpaper Design Award ’08. La notoriedad del trabajo de Ragni no sólo se basa en los materiales, también en el uso de la forma que juega con la idea de la multiplicidad del objeto y sus dobles significados; de ahí su identidad como un creador de imaginarios y autor de juegos, a través de objetos, entre seres humanos.

Funda en 2006 Matteo Ragni Studio, conformado por los diseñadores Lorenzo Marzoli, Maurizio Prina, Irene Sartor, Stefano Panterotto y el mexicano José González Cabrero. Su statement es revelador: «We design for better days». El concepto no se limita a su apariencia o funcionalidad, va más lejos y nos cuenta historias, provoca emociones en contextos específicos; de tal suerte que el resultado es una serie de objetos que narran y destilan estética.

Para el equipo de Matteo Ragni, el trabajo del diseño no se limita a estructurar y dar forma a una buena idea, sino que requiere llevar a cabo una profunda investigación basada en la observación, el análisis histórico y contextual. En palabras de Matteo Ragni: “Creo que la clave está en la importancia de observar a una persona en las compras del supermercado, descubrirla, pensarla y, dentro de este pequeño espionaje, se develan las necesidades o deseos de esa persona”.

www.matteoragni.com