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David Wesson, Gummy Street (2007)
David Wesson, Gummy Street (2007)
Tom Gottelier, Casco de pulpa de papel (2013)
Tom Gottelier, Casco de pulpa de papel (2013)
Tom Gottelier, Casco de pulpa de papel (2013)
Tom Gottelier, Casco de pulpa de papel (2013)
Tom Gottelier, Casco de pulpa de papel (2013)
Tom Gottelier, Casco de pulpa de papel (2013)
Gregory Kloehn, Proyecto de casa hogar (2014)
Gregory Kloehn, Proyecto de casa hogar (2014)
Gregory Kloehn, Proyecto de casa hogar (2014)
Basurama, Parque Praça do Patriarca (2014)
Basurama, Parque Praça do Patriarca (2014)
Basurama, Parque Praça do Patriarca (2014)
Swine , Silla del mar (2014)
Swine , Silla del mar (2014)
Swine , Silla del mar (2014)
Swine , Silla del mar (2014)
Swine , Silla del mar (2014)
Swine , Silla del mar (2014)
Swine , Silla del mar (2014)
Swine , Silla del mar (2014)
Orquesta de Instrumentos Reciclados de Cateura (2005)
Orquesta de Instrumentos Reciclados de Cateura (2005)
Orquesta de Instrumentos Reciclados de Cateura (2005)
Orquesta de Instrumentos Reciclados de Cateura (2005)

Desechos para crear. 5 proyectos de diseño basura

27.08.2014

Un estudio reciente del Banco Mundial, bajo el título Qué desperdicio (What a Waste), estima que en el primer cuarto del siglo XXI se han generado 6 millones de toneladas de basura sólida por día. Aunque las cifras son aproximadas, se cree que para el año 2025 dicha cantidad puede duplicarse. Los esfuerzos para aminorar el grave impacto ambiental son diversos, pero ¿se puede atacar el problema de la basura desde el ejercicio creativo? A continuación repasamos 5 proyectos de diseño que han apostado por la recolección y reciclaje de basura (marina y terrestre) para el desarrollo de proyectos y objetos con alcance social y bajo impacto ambiental.

1. Gummy Street (2007), de David Wesson

De acuerdo con la asociación Keep Britain Tidy, 28 millones de personas en el Reino Unido mastican 935 millones de paquetes de chicle, y entre el 80% y el 90% de la goma de mascar es arrojada al suelo. La cantidad de basura y el nivel de contaminación —debido a su producción con caucho— causados por este producto es impresionante. Tan sólo en 2010 se estima que a nivel mundial se produjeron cerca de 1 millón de toneladas de basura de chicle en el mundo. Tomando como base estas estadísticas, el diseñador inglés David Wesson creó una serie de contenedores públicos que pueden almacenar entre 250 y 500 piezas de gomas de mascar. Su diseño, similar a los osos de goma de colores, es deliberadamente vistoso para llamar la atención de la gente y resaltar entre los distintos elementos del paisaje urbano.

El Gummy Street forma parte de la serie de contenedores Gummy Bins, que también incluye las pieza Gummy Club, para entornos más formales, tanto interiores como exteriores. Los chicles recolectados por los «ositos» son posteriormente tratados con un proceso de criogenización para hacer alfombras de goma de caucho.

Otra idea similar es el Gumdrop (2009), un proyecto desarrollado en Inglaterra por Anna Bullus. Se trata de un sistema cíclico de reciclaje que inicia con una serie de dispositivos (Gumdrop Bin, Gumdrop On-The-Go y Gum Tec) producidos con la goma de mascar que recolectan, la cual también es reciclada para utilizar en la industrial del caucho y el plástico

 

chewing-gum-bin

 

 

2. Casco de pulpa de papel (2013), de Tom Gottelier

¿Puede un casco de papel proteger a los ciclistas y ser ecológico al mismo tiempo? La idea podría no ser atractiva, pero el diseñador inglés Tom Gottelier utilizó pulpa de papel para crear un casco que cumple con las normas de seguridad impuestas por el gobierno de Londres. En colaboración con sus compañeros de la Royal Academy of Arts, Bobby Petersen y Ed Thomas, Gottelier recolectó papel periódico desechado en el sistema de transporte de la capital inglesa.

El tratamiento del papel sigue un proceso sencillo: se prepara papel maché con harina y agua hasta formar una pulpa que pueda mezclarse con pegamento y pigmento del color deseado. La masa es moldeada al vacío y posteriormente secada por calentamiento. Al exterior, una serie de ranuras permiten colocar una correo que se puede abrochar en la barbilla, como sucede con los cascos convencionales. Y, al interior, el papel biselado permite que el aire pueda fluir a través de la cabeza.

Los cascos se pueden producir a gran escala utilizando poca energía y su costo individual  —con base al proceso de producción— es menor a €1. Su uso es promovido en el sistema de renta de bicicletas públicas Barclays. Además, cuenta con un aditivo ecológico —utilizado por el Servicio Nacional de Salud de Inglaterra— que lo hace resistente al agua por más de 6 horas. Aunque su vida útil termine después de una larga exposición a la lluvia, la propuesta es mucho más barata y ecológica que cualquier producto en el mercado. El casco fue nominado a los premios Deutsche Bank y a Los Alcaldes de Bajo Carbono.

 

 

3. Proyecto de casa hogar (2014), de Gregory Kloehn

Gregory Kloehn es un pepenador no-oficial y diseñador industrial. Visita los basureros de Oakland, California, para recolectar madera, plástico, laminas y desechos industriales y caseros, que utiliza para construir refugios móviles destinados a la gente en situación de calle. Así, la basura de una persona se convierte en el hogar de otra.

Aunque aparentemente pequeño, cada refugio es ideal para albergar a una persona en un espacio cómodo y privado. Todos son de colores y sus diseños son únicos: los hay con tragaluces, tejados y hasta con jardineras. Por su parte, el procedimiento de construcción sigue los fundamentos del Hazlo tú mismo. Si bien los materiales principales son encontrados en la basura, se requiere de un presupuesto aproximado de $30 por pieza para utilizar clavos, tornillos, pegamento y gastos de transportación. Kloehn acepta donaciones a través de la página del proyecto: www.homelesshomeproject.org

 

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4. Parque Praça do Patriarca (2014), de Basurama

Para Basurama —colectivo dedicado a la investigación, producción y gestión de proyectos de arte y diseño— la basura representa materia prima para la creatividad y el cambio social. Cualquier material encontrado en la basura, como cuerdas, llantas, cartón, madera, y plástico, pueden funcionar para diseñar parques e intervenir el espacio público con el principal propósito de promover actividades lúdicas y participativas entre los habitantes de una localidad.

El último proyecto de la división en Brasil de Basurama describe la postura del colectivo: la basura no existe, los residuos pueden transformar los espacios urbanos. Se trata de un parque infantil en la Plaza del Patriarca en São Paulo, donde se diseñó y construyó un juego con una serie de bobinas de madera y cuerdas entrelazadas que consiguen tejer una red a la que se pueden subir personas de todas las edades.

 

 

5. Silla del mar  (2014), de Swine 

En las formas de cada Silla del mar (Sea Chair) convergen basura, diseño industrial, cine y fundamentos de la práctica social. No se trata sólo de un asiento funcional y estéticamente atractivo —a pesar de su aspecto burdo— sino de una pieza que sintetiza desecho marinos, técnicas tradicionales de producción y consciencia ambiental.

Desarrollada por el Studio Swine, la Silla del mar está hecha completamente con plástico recuperado del océano. Junto con los pescadores locales, el estudio recolecta la basura, fabrica artesanalmente las piezas y procesa el plástico por medio de una maquinaria —especialmente diseñada por Swine— que derrite los desechos hasta generar una pasta que es moldeada para crear la forma de una silla.

El proceso genera una conexión entre las sillas y los pescadores, quienes gracias a sus conocimientos en carpintería para reparar barcos de madera pueden continuar produciendo muebles con desechos y, así, activar su economía y la de su comunidad.

Como parte del proyecto, Studio Swine realizó un documental que revela datos alarmantes de la contaminación marina encontrada desde el descubrimiento de la mancha de basura del Pacífico en 1997. Además, se puede ver a un pescador produciendo una silla. La cinta obtuvo el segundo lugar del Premio de Director Joven durante el Festival de Cine de Cannes 2014.

 

 

Extra:

—Orquesta de Instrumentos Reciclados de Cateura (2005) 

En las inmediaciones de Cateura, una pequeña ciudad de Paraguay, se encuentra uno de los basureros más grandes del país. Allí se recibe gran parte de la basura generada en Asunción, pero también es hogar de cientos de familias pepenadoras. Entre tantos desechos, el músico y técnico ambiental, Fabio Chávez, encontró en las latas, los platos de aluminio y los diversos utensilios que se arrojan diariamente, los materiales ideales para construir instrumentos. Así, reunió a un grupo de niños y jóvenes, vecinos del lugar, para crear una orquesta con instrumentos musicales reciclados que imitan los sonidos del violín, la viola, el cello, el contrabajo, la guitarra, la flauta, el saxofón y las percusiones.

Desde 2005 la Orquesta se ha convertido en un elemento de transformación social. Los miembros, involucrados en el diseño de los instrumentos y en el aprendizaje de la música, pueden ejecutar desde música clásica y folklórica, hasta canciones de los Beatles y de Frank Sinatra. En 2011 el grupo formó su propia organización con los objetivos de conformar una Orquesta Sinfónica a partir de Residuos Sólidos Domiciliarios y desarrollar un sistema para ofrecer educación musical a niños de escasos recursos.


[27 de agosto de 2014]

 

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David Wesson, Gummy Street (2007)