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Still de Terciopelo azul, 1986. Tomada de Pinterest.

David Lynch: 5 momentos fundamentales

Lista 19.01.2017

Daniel Ángeles

Repasamos 5 momentos fundamentales del trabajo de David Lynch, considerado uno de los cineastas más importantes de los últimos tiempos.

Dentro de todo el mosaico audiovisual que nos ha brindado el cine a lo largo de su historia, el más impenetrable, quizás, es el cine de David Lynch (Montana, 1946). Considerado uno de los realizadores más genuinos y talentosos de los últimos tiempos —que no escapó de los abucheos en Cannes—, ha creado acaso las obras que mayor número de interpretaciones tienen en la cinematografía mundial.

Desde sus inicios, las entregas de Lynch abundan en pasajes oníricos, relatos enigmáticos, personajes inquietantes, narraciones no lineales y exploraciones aciagas del inconsciente. En ocasión de su cumpleaños 71, y a propósito también de la víspera de la tercer temporada de Twin Peaks, repasamos 5 momentos fundamentales en su trabajo.

 

—Eraserhead (1977)

Para muchos críticos, la primera cinta de Lynch es evidentemente autobiográfica. El protagonista de Eraserhead (Cabeza borradora), Henry Spencer (Jack Nance), vive lo que el enigmático director vivió durante su estancia en Pensilvania: después de descubrir que su novia quedó embarazada accidentalmente, se ve forzado a vivir con ella en un barrio deprimente y sumamente violento. Sin embargo, en contraste con la realidad, en el filme Spencer se convierte en padre de un bebé deforme. La cinta posee un blanco y negro con alto contraste que acentúa el terror surrealista de las imágenes y la situación de agonía que vive el protagonista al asumir la responsabilidad de la criatura. Este primer trabajo pone en evidencia los arquetipos estilísticos y narrativos que Lynch trabajaría en sus obras posteriores.

—El hombre elefante (1980)

Basado en una historia real, el filme cuenta la penosa vida de John Merrick (John Hurt), un hombre con una grave deformación en el rostro que es mostrado como espectáculo en un circo, hasta que un médico (Anthony Hopkins) intenta ayudarlo. Lynch recurre nuevamente al blanco y negro, para resaltar las deformaciones en el rostro de Merrick que poco a poco se vuelven intrascendentes ya que el espectador se mueve de la repulsión a la simpatía a lo largo del filme. La obra explora las cuestiones morales de la sociedad frente a lo aparentemente diferente y refuerza la idea —que Lynch manejará más adelante— de que sólo con la muerte se puede escapar del sufrimiento.

—Terciopelo azul (1986)

La lectura de la trama de Terciopelo azul (Blue Velvet) podría disimular su complejidad. Todo comienza cuando Jeffrey (Kyle MacLachlan) encuentra una oreja en el camino después de visitar a su padre enfermo, la guarda y la lleva a la policía. A partir de ese momento, la cinta se convierte en un viaje de descubrimientos bajo una atmósfera tan onírica como tétrica. Lynch ofrece una visión lúgubre sobre la vida retorcida que subyace en un pequeño pueblo —que bien podría ser cualquiera. Con una fotografía exquisita, este trabajo es, como ningún otro, el que mejor retrata su visión enrevesada e irreal del mundo.

—Twin Peaks (1990-91)

A Twin Peaks (Picos Gemelos) la conforman dos temporadas de una serie de televisión (30 episodios), un largometraje a manera de precuela (1992) y una tercera temporada que, se anuncia, verá la luz este año. La trama del proyecto cuenta las vicisitudes que se viven en un pueblo tras el asesinato de una joven, Laura Palmer (Sheryl Lee), y la sucesiva investigación de éste. La propuesta trajo consigo una nueva forma de presentar historias, fue precursora de muchas cosas que vendrían después en la televisión: con una estructura narrativa novedosa, Lynch y Mark Frost, su cocreador, muestran pasajes surrealistas, personajes estrambóticos y fenómenos paranormales que tienen como fin no ser descifrados por el espectador, sino incomodarlo y estimularlo.

—La trilogía de Hollywood: Lost Highway (Por el lado oscuro del camino, 1997), Mulholland Drive: Sueños, misterios y secretos (2001), El imperio (Inland Empire, 2006)

El perverso mundo hollywoodense es abordado por Lynch en estas tres cintas realizadas en un lapso de 9 años. Además de retratar el lado más oscuro de la industria fílmica, la trilogía aborda temas como la ansiedad masculina, las ilusiones, la dualidad y la desesperación. Lynch explora el inconsciente, al tiempo que habla del cine a través del mismo cine y devela el salvajismo que hay detrás del oropel de Hollywood. Con estas cintas, el director parece advertirnos sobre las consecuencias que tienen los sueños —en el sentido literal y en su concepción metafórica de anhelo— sobre el hombre común pero, sobre todo, en el ser inserto en la industria del espectáculo.

Daniel Ángeles

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