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Livia Corona Benjamin
Susana Vargas, Mujercitos!, Editorial RM, México, 2014, 104 p. Cortesía de Livia Corona Benjamin
Imagen de águila cazando drones. Cortesía de Livia Corona Benjamin
Livia Corona Benjamin, Nadie sabe, nadie supo IV (2015). Cortesía de PARQUE Galería y la artista
Livia Corona Benjamin, 47,547 Homes for Mexico (2009). Ixtapaluca, México. Cortesía de PARQUE Galería y la artista
Livia Corona Benjamin, Neighborhood Friends (2000). Tijuana, México. Cortesía de PARQUE Galería y la artista
Livia Corona Benjamin, Nadie sabe, nadie supo I (2015). Cortesía de PARQUE Galería y la artista
Livia Corona Benjamin, Nadie sabe, nadie supo V (2015). Cortesía de PARQUE Galería y la artista
Livia Corona Benjamin, vista de la instalación Nadie sabe, nadie supo (2016). Cortesía de PARQUE Galería. © Daniela Uribe
Livia Corona Benjamin, vista de la instalación Nadie sabe, nadie supo (2016). Cortesía de PARQUE Galería. © Daniela Uribe
Livia Corona Benjamin, vista de la instalación Nadie sabe, nadie supo (2016). Cortesía de PARQUE Galería. © Daniela Uribe
Livia Corona Benjamin, Infinite Rewrite XXIII (2016). Cortesía de PARQUE Galería. © Livia Corona Benjamin

Cuestionario Código: Livia Corona Benjamin

21.10.2016

El Cuestionario Código busca mostrar un perfil de creadores relevantes a partir de sus intereses y sus peculiaridades.

Livia Corona Benjamin (Ensenada, 1975) ha explorado la intersección entre la geografía, la arquitectura y la política, evidenciando su impacto en el paisaje edificado y las consecuencias en el entramado social que han tenido distintas iniciativas gubernamentales en el ámbito urbanístico. A través de fotografías, películas y entrevistas, ha documentado y evocado cómo la experiencia humana de habitar el espacio se ha transformado a partir del auge de desarrollos urbanos que merman la calidad de vida de sus habitantes. Su singular narrativa visual se centra en la repetición mecánica asociada a su proceso creativo, en el que las ideas se plantean a partir de la re-contextualización de la representación.

Corona fue becaria de la John Simon Guggenheim Fellowship por el proyecto Dos millones de Casas para México (2006–11); actualmente es becaria del Sistema Nacional de Creadores de arte con el proyecto Nadie Sabe, Nadie Supo en el que establece una relación simbólica y real con la Comisión Nacional de Subsistencias Populares (CONASUPO 1961–99). Su trabajo se ha exhibido en México, E.U.A., Francia, Alemania, Países Bajos, Puerto Rico y Dinamarca. Es autora de las monografías Enanitos toreros (2008) y Of People and Houses (2009); próximamente publicará Dos millones de casas para México.

En 2015 Corona participó en la exposición colectiva Contemporary Photography in Mexico: Existe lo que no tiene nombre, en el ASU Art Museum; este año presentó su exposición individual Nadie sabe, nadie supo en PARQUE Galería. En 2017 participará en la exposición Home – So Different, So Appealing, en Los Ángeles County Museum of Art (LACMA).

 

— De las imágenes que has visto circular en medios de comunicación y redes sociales, ¿cuál te ha sorprendido recientemente?

Toda la serie de fotos recopiladas por Susana Vargas en su libro Mujercitos!. Además de su umbral para replantear la conversación sobre el género, creo que desde una perspectiva fotográfica, también develan el cómo se fomentan estereotipos por medio de la cámara, y cómo se posa frente a la cámara para circunvalar alguna acusación.

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— ¿Tienes alguna imagen favorita en tu celular? 

Recientemente circuló en internet la imagen de un águila americana, esa de la cabeza blanca, cazando drones. Este tipo de aves están siendo entrenadas, por cuestiones de seguridad, para tal misión. Considero que la imagen tiene varias lecturas: 1) La potente referencia del águila blanca —símbolo del poderío estadounidense— cazando drones potencialmente peligrosos para preservar la seguridad, 2) el dron como artefacto utilizado por el hombre para poder tener una vista aérea, que ha sido el sueño de los fotógrafos desde siempre y que se ha hecho posible gracias a la tecnología: mirar de un modo que naturalmente el ojo humano no podría mirar, y 3) el predominio de la naturaleza sobre la tecnología —al final, ésta aniquila al dron.

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— ¿Existe alguna imagen que puedas relacionar con tu obra o que la haya influenciado? ¿Cuál? ¿Por qué?

El plano diseñado por el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez para la construcción de los aproximadamente 4,000 denominados “graneros del pueblo”, fomentados por la CONASUPO en apoyo al campo. Esa estructura cónica, que al día de hoy forma parte del paisaje mexicano como testigos de una fallida política social, la he fotografiado desde hace años. Con un negativo en blanco y negro que tomé de uno de estos graneros, realicé una experimentación análoga a color dentro de mi cuarto oscuro, donde a través de distintas exposiciones de luz asigno colores no existentes y un simulacro de grano/pixel explotado en un replanteo continuo.

El proyecto es parte de mi serie Infinite Rewrite, que también toma como referencia mis estudios de la luz sobre los silos, una influencia de Francisco Goitia, quien a mediados del siglo pasado vivió en un enorme complejo de 32 silos que formaba parte de un gran territorio de hacendados Zacatecanos durante el feudalismo mexicano. Goitia pintó varias veces el paisaje de los mismos, vistos bajo distintas temperaturas de luz.

Así, entre otras cosas, sigo pensando en distintos momentos de la vida agraria en México, intentando correlacionar visualmente su compleja trayectoria.

 

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Para conocer más del trabajo de Livia Corona Benjamin puedes visitar liviacorona.com y parquegalería.com

 

[21 octubre 2016]

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Susana Vargas, Mujercitos!, Editorial RM, México, 2014, 104 p. Cortesía de Livia Corona Benjamin

Imagen de águila cazando drones. Cortesía de Livia Corona Benjamin