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Covachita. Taller de Arquitectura

10.03.2014

 

Covachita es un taller de arquitectura con sede en la ciudad de Monterrey, desde donde desarrollan proyectos que tienen como objetivo aminorar el impacto de la arquitectura en el ambiente mediante una cuidadosa selección de materiales y procesos de producción. Muestra de ello es el proyecto del Sendero Obispado, una estructura simple de acero al carbón sobre la que se posan plataformas de madera flotadas que recorren la falda poniente del cerro del Obispado, en Monterrey, para crear un sendero poco invasivo, amable con la flora local y sin alterar los escurrimientos pluviales naturales.

En Covachita se concibe al diseño como un quehacer social que busca elevar la calidad de vida de los usuarios a través de propuestas arquitectónicas que responden a las necesidades de cada contexto. Además, sus proyectos tratan de establecer un diálogo amable entre el objeto arquitectónico y la ciudad. Como ejemplo: el proyecto de vivienda y regeneración urbana en la localidad de Santa Elena, que anteriormente era una asentamiento irregular sobre una cañada en el municipio de San Pedro Garza García. En colaboración con el programa Un Solo San Pedro, Covachita desarrolló una propuesta enfocada en la movilidad para favorecer la circulación armónica de peatones, bicicletas y automóviles. El resultado: un espacio híbrido conformado por la calle y la acera. Al final de la calle remata un ducto pluvial de 5 metros de diámetro —en desuso desde hace 10 años— que está siendo habilitado como mediateca. Esta última estará a cargo del DIF local.

También en el municipio de San Pedro, el Taller proyectó para los residentes de la colonia La Barranca, en el barrio Tampiquito, una palapa que funciona como parabús y como resguardo del inclemente sol. El proyecto logró una sinergia positiva con los vecinos, que participaron activamente en la construcción de la estructura.

Por otro lado, la Casa Rosenda (Guadalupe, N.L., 2010), diseñada y construida en colaboración con 10×10 –un programa de servicio social del ITESM—, es un ejemplo de reutilización de materiales que son considerados como desecho. La apuesta consistió en ofrecer a Rosenda —trabajadora de intendencia del TEC— una vivienda digna, a muy bajo costo y con diseño de alto nivel.

La práctica de este taller presta especial atención a las condiciones contextuales presentes en cada problema de diseño, como la situación geográfica, social, política, económica e histórica, además de las necesidades y las maneras de practicar el espacio por parte del usuario. Renuente a enmascarar con acabados su obra, Covachita frecuentemente opta por materiales aparentes, oriundos, para amalgamarse con el entorno circundante y, convenientemente, abaratar costos. En ese tenor, la Casa Pulido (Monterrey, 2009) es un claro ejemplo. A orillas de la Sierra Madre Oriental, rodeada de vistas espectaculares, se alzó una casa de retiro construida sobre la abrupta topografía con gaviones de piedra bola de la región y sillar como material estructural.

Desde 2009 Covachita apuesta por diseños derivados del trabajo colaborativo y la franca comunicación con el cliente. Fundado por los arquitectos Roberto Núñez y Fernando Aguilar, el taller se integra por Carlos Ochoa (Jefe de Taller), Katia Zapata (Administrativo), Rolando Robledo (Proyectos), Rebeca Mata, Eduardo Ruiz, Ana Padrón y Andrea Auerbach.

Con bicipuertos, una casa con huerto en plena ciudad, o un cubo de elevador en desuso convertido en oficina, la apuesta de Covachita refleja el compromiso que sus colaboradores tienen con la arquitectura y el respeto por la sociedad y la cultura. Su práctica puede describirse como una arquitectura social que contribuye a la mejora de su ciudad.

www.covachita.com.mx


[10 de marzo de 2014]

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