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Cosmogonía doméstica, de Damián Ortega

19.02.2014

El pasado 4 de febrero el Museo Jumex presentó Cosmogonía doméstica, de Damián Ortega. Esta obra constituye la primera en el programa de comisiones a artistas mexicanos que la Fundación Jumex Arte Contemporáneo emprende en su nueva sede de la ciudad de México.

A propósito de la presentación, Damián Ortega y Rosario Nadal —curadora del proyecto— compartieron con Código algunos detalles del proceso y los motores creativos detrás de Cosmogónia doméstica.

—Damián Ortega:

El estado ideal de un proyecto es cuando te exige, te toma de la mano y te lleva a conocer cosas sobre las que no tienes control. Con Cosmogonía Doméstica, el proceso fue complicado pero también divertido. Se trató de una relación sumamente intensa —como sucede con las relaciones afectivas. El espacio público es muy demandante, hay que tomar en cuenta todos los agentes que intervienen en el contexto: el sol, la lluvia, el ruido, el ambiente político, las relaciones con los edificios y los comercios vecinos, etc. Y también hay que considerar mis necesidades como artista, las necesidades del museo y el equipo de trabajo. Es como un “Fitzcarraldo”, al final queda una experiencia muy enriquecedora, basada en la confrontación y el aprendizaje. Pero vaya que fueron lágrimas de sangre.

Cosmogonía doméstica comienza desde el subsuelo, donde se desarrolla una dinámica de rotación de órbitas que se emplazan como parte de un gran armazón: de lo grande a lo chico, y de lo chico a lo grande. Y, así, surge un sistema: una gran vía láctea donde los planetas, los satélites, la lunas, los asteroides, etc., generan tensiones entre ellos. Me gustaría que la gente no viera la pieza como un monumento sino como un cosmos que le permita observar lo grande, diverso e inmenso del espacio microscópico. Pero también para ver esos fractales —lo político y lo público— que se replican con la experiencia individual e íntima.

Pensé en otros títulos, pero me gusta la idea de la cosmogonía como un sistema para entender el universo y la vida cotidiana. Me parece que es algo que tiene que ver con la teología y con la forma de entender el mundo de las civilizaciones antiguas. En cuanto a lo doméstico: me gusta cómo cambian los títulos de las películas cuando los traducen a otro idioma. Fargo, por ejemplo, se llamó Un delito hecho en casa cuando la presentaron en Italia. Con toda la violencia que implica la película, resulta muy linda la idea de la dulzura y el “pastelito casero”. Me gusta la idea del cosmos hecho en casa.

Me gustaría que la gente visitara la pieza durante el atardecer, cuando no hay mucha luz y se crea una atmósfera muy particular, mucho más onírica, nostálgica, íntima y, de alguna manera, más cósmica. A esa hora, el visitante podrá encontrar menos tránsito en la plaza. Además, creo que las plazas son más bonitas durante la noche. La ventaja del Museo Jumex es que se ubica en un lugar seguro y se podrán pasear sin ningún problema.

—Rosario Nadal:

[Trabajar en Cosmogonia doméstica] ha sido una experiencia increíble y a la vez compleja. Desde el punto de vista de la ingeniería, se trata de una pieza extremadamente complicada, pero el resultado es exactamente lo que teníamos en mente. Ha sido muy especial ver concretado ese sueño.

La plaza es lo primero que ves al llegar al Museo Jumex, es su carta de presentación. Para mí era muy importante trabajar con un artista mexicano en lo que representa la primera pieza comisionada para este espacio. Además, Jumex está totalmente comprometido con el arte mexicano. Por eso seleccionamos a Ortega. Me llamó la atención que nunca ha hecho una exposición en México a nivel institucional, a pesar de que es uno de los artistas con mayor proyección internacional.


[18 de febrero de 2014]

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