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Cordiox: la resonancia hecha monumento

26.09.2013

Expuesto en el marco de la 55 Bienal de Venecia, Cordiox es un instrumento monumental —de 18 toneladas— cuyo cuerpo de acero contiene tres elementos: un cilindro de cuarzo puro fundido, un conjunto de 180 cuerdas agrupado en tres arpas y un sistema de puentes de madera que unen las arpas con el cuarzo.

La pieza es un tímpano gigante que traduce los sonidos del entorno en impulsos eléctricos —debido a las propiedades del cuarzo— y frecuencias sonoras para hacer vibrar las cuerdas de las arpas. Los sonidos resultantes llenaron el espacio designado para la pieza: la Iglesia de San Lorenzo, que ha sido testigo de grandes momentos en la historia musical, desde los ensayos de Antonio Vivaldi hasta la última ópera de Luigi Nono.

Ahora, se publicó un catálogo editado por la curadora de la exhibición, Itala Schmelz, que incluye ensayos de Osvaldo Sánchez, Karla Jasso, María Paz Amaro y Ariel Guzik. El catálogo exhibe una compilación de imágenes que dan cuenta de los procesos que hicieron realidad esta pieza: no sólo imágenes de la construcción de Cordiox, sino un destilado de bocetos narrativos que se desprenden del imaginario de Ariel Guzik y que funcionan como la bitácora de un capitán y su equipo que se embarcan en extrañas aventuras en submarinos “retrofuturistas” y en grandes armatostes creados para escuchar el mundo marino.

Recuperamos algunos fragmentos del artista:

“Si algo vibra, busca propagar su efecto y, al encontrar resonancia, se expande. Lo que vibra y lo que resuena se integran mientras despliegan, en el mismo tiempo, un velo de vibraciones y palpitaciones que se intermodulan: se suman y se multiplican. Es decir, establecen una forma de orden que se opone a sus contrapartes primordiales: el antagonismo y el ruido.”

«Una cuerda en tensión es una máquina de resonancia: se comporta a la vez como receptor y como filtro. Puede despertar de su latencia al ser excitada por influencia de oscilaciones compatibles con ella. Es capaz de escuchar, acompañar e, inclusive, retener la energía de todo lo que le resulte afín en su forma de vibrar. Como una manifestación pura de intercambio de energía, la cuerda animada es un símil de vida que surge de forma espontánea del ruido o del silencio.»


[25 de septiembre de 2013]

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