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Pabellón de Álvaro Siza en Casa Wabi (2017). Fotografías de Juan José Kochen.

Álvaro Siza en México: Muros abiertos

Columna 04.10.2017

Juan José Kochen

La más reciente instalación de Álvaro Siza en Casa Wabi promueve el desarrollo comunitario más allá de las residencias artísticas del centro cultural.

El primer pabellón adicional que construyó Álvaro Siza fue para la 13 Muestra Internacional de Arquitectura de la Bienal Venecia en 2012. Se trató de una estructura efímera de color rojo —situada en el Giardino delle Vergini de El Arsenale— como epílogo de sosiego por la extensa exposición veneciana. La adición se mantuvo en las dos ediciones posteriores y se ha conservado como un espacio entre muros abiertos dentro de la Bienal.

Para el arquitecto portugués la forma decanta del dibujo y los pabellones adquieren tinta fértil para su pronta concreción: «el dibujo es un ritual de libertad de expresión, recolección, comunicación, búsqueda y descubrimiento, inclinación y creación. Un sutil gesto que produce sueños utópicos que se convierten en formas de realidad».

A tres años de la inauguración de Casa Wabi, en Puerto Escondido, Oaxaca, se suma una nueva intervención plástica. Si bien Tadao Ando delineó el muro en concreto que sigue la costa y separa el entorno natural, la propuesta de Álvaro Siza envuelve de forma radial. Reconocido con el Premio Pritzker en 1992 y galardonado con el León de Oro en la Bienal de Venecia en 2002 y 2012, la arquitectura de Siza ha trascendido el aprendizaje de Fernando Távora y destilado su forma en su otra virtud como escultor. Su obra libera la «manía de las fronteras» y disuelve su virtud en gestos espaciales.

Este pabellón de usos múltiples para talleres comunitarios es su primera obra en México y está enfocado a promover el arte y uso de las arcillas de la región, aproximación que también explora el artista Bosco Sodi en su obra reciente. Construida en ladrillo rojo e inmersa en el jardín botánico de 27 hectáreas diseñado por Alberto Kalach, la obra posibilita espacios abiertos entre muros curvos y ortogonales con una gran palapa y acabados en concreto y madera. A diferencia del primero, éste logra circular la brisa entre vanos y macizos, entre ladrillos y arena. Con esta iniciativa se apoya el desarrollo y trabajo comunitario más allá de las residencias interdisciplinares del centro cultural.

Tal vez los pabellones resulten mejor así, como producto de lo emergente o imperfecto de la belleza (wabi sabi) arquitectónica o escultórica, y con estrecha vinculación a la experiencia y valor social. Ésta es una más de las inserciones en el paisaje en Casa Wabi, que ya apunta a nuevos proyectos en colaboración con Kengo Kuma y Solano Benítez.

 

Juan José Kochen

Arquitecto y maestro por la UNAM con estudios de periodismo en la EPCSG. Escribió para Reforma, fue editor de Arquine, consultor del Infonavit y becario de la Graham Foundation, el Fonca y Conacyt. Es gerente general de Fundación ICA y profesor en la Universidad Iberoamericana y CENTRO.

TW: @kochenjj

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