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Casa-manifiesto | Arqueología de la modernidad. La persistencia de las ideas (2017), en la galería José Luis Benlliure de la Facultad de Arquitectura UNAM.

Casa-manifiesto, en la UNAM

Columna 07.06.2017

Juan José Kochen

Juan José Kochen revisa la exposición «Casa manifiesto | Arqueología de la modernidad» en la Facultad de Arquitectura de la UNAM.

El arqueólogo busca un objeto, lo encuentra y especula sobre su significado. Descubre significados y enlista más interrogantes con las que empezó su investigación. Si bien la arquitectura sufrió una transformación radical a principios del siglo XX al invertir un modelo basado en la tradición historicista a otro fundamentado en las ideas modernas, primero se debatió la resistencia del sujeto mecanizado por el funcionalismo. La proliferación de publicaciones, artículos, pláticas, manifiestos y su divulgación a través de publicaciones y fotografías, así como el veloz desarrollo de la tecnología, permitiría pensar en una materialización del discurso moderno. ¿Cómo recuperar los mecanismos e ideales que trasladan las ideas hacia su materialización formal y social?

El ideal propuesto por los arquitectos y la sociedad que debió habitar esos espacios no ha dejado de disociarse. La frustración de los objetivos no logrados conserva las contradicciones de lo prometido. La realidad es más compleja de lo que fue proyectada, no responde a un relato lineal y mucho menos a resultados homogéneos. Pese a la fragmentación de la realidad, las ideas con las que se explicó la arquitectura permanecen en papel. Se construyó con la conciencia estimulada por impresiones prolongadas. La arquitectura migró a sí misma para luego trasladarse y asumirse como inmigrante.

Sobre estos antecedentes resulta pertinente revisar el estado de las ideas que aún sostienen gran parte de nuestra arquitectura actual —y seguir su secuela a través de los últimos cien años de producción— para así poner en valor sus logros pero también cuestionar algunos de sus paradigmas. Como parte del Programa de Fomento a Proyectos y Coinversiones Culturales del Fonca, esta arqueología de la modernidad pretende dejar de lado el relato mítico del movimiento moderno y sus arquitectos para regresar al archivo, investigar qué argumentos fundamentaron los proyectos e interpretar realidades: no sólo qué y cuándo se hicieron, sino para qué y cómo se vivieron.

Casa manifiesto | Arqueología de la modernidad. La persistencia de las ideas se presentó en la Galería José Luis Benlliure, de la Facultad de Arquitectura de la UNAM, a partir de un discurso de empatía colectiva que buscaba establecer una conversación entre generaciones y especialistas para reflexionar sobre aquellas ideas asumidas o convenidas de nuestra arquitectura. La exposición abrió interrogantes sobre la situación arquitectónica actual y la complejidad y contradicción de una casa moderna. Se determinaron dos tiempos y, por lo tanto, dos espacios museográficos. Por una parte, los ideales y las utopías, y, por otro, los modelos y su materialización. Es decir, la producción de una exposición con el rigor científico y clasificatorio del arqueólogo, pero también del historiador y su investigación aplicada.

Casa-manifiesto | Arqueología de la modernidad. La persistencia de las ideas (2017), en la galería José Luis Benlliure de la Facultad de Arquitectura UNAM.

Se trazó un tablero dividido por cuadrantes, categorías, objetos, fichas y referencias que se convierte en el mapa índice y laboratorio del proyecto. Se destiló «la primera» vida y obra de Juan O’Gorman; el avatar de Le Corbusier antes de su metamorfosis en Frank Lloyd Wright. Así se fundamentaron las bases de una revisión historiográfica a partir de los elementos de la primera casa funcionalista en México. Construida entre 1929 y 1931, la Casa O’Gorman se desplantó de sus raíces mexicanas y nacionalistas. Ingenuo (o no), O’Gorman apuntó con la misma puntería que un francotirador. A sus 24 años y con demasiadas concesiones estructurales, constituyó el laboratorio experimental de la habitación moderna. Separó la casa de sus cuatro linderos y, con base en un módulo básico de 4 metros, simplificó el uso desnudo de las losas de concreto haciendo lucir la esbeltez de sus columnas con la rúbrica del movimiento moderno.

Casa-manifiesto | Arqueología de la modernidad. La persistencia de las ideas (2017), en la galería José Luis Benlliure de la Facultad de Arquitectura UNAM.

Entre grandes aviones, industrias, máquinas y supermanzanas, se pensaba que la mecanización estandarizada tendría un poder mesiánico de salvación. ¿Qué y cómo lo tradujo O’Gorman? Si bien esta casa sería el antecedente del primer proyecto de «Concurso de habitación obrera», convocado por Carlos Obregón Santacilia en 1932, su historia podría leerse como una casa singular dentro de un incipiente siglo XX, donde la arquitectura transmutaba su origen por la impronta y acuciante modernización del país. ¿Cómo dar sentido al presente de una casa-manifiesto? Las soluciones de O’Gorman conectaron directamente con el pensamiento de vanguardia: «la vivienda para el mínimo nivel de vida», asociada a la producción industrial y su serialización, incluido el mobiliario.

Casa-manifiesto | Arqueología de la modernidad. La persistencia de las ideas (2017).

La arquitectura de principios del siglo XX no sólo se hizo «moderna» por el uso del cristal, del metal y del concreto armado, sino por la ambivalencia y fortalecimiento del discurso en publicaciones, concursos, exhibiciones, pabellones y manifiestos (construidos o descritos). El manifiesto más vanagloriado sería aquél que lograse concretarse en carne y hueso. Este ideal representa la persistencia de las ideas en un momento histórico. Resulta un vehículo de irrupción y pensamiento contumaz pero escrutador. Si bien un manifiesto se caracteriza por la convicción, urgencia e inmediatez, su principal valor radica en la persuasión, en su capacidad de acercarnos el vértigo por el futuro. Muchas veces disruptivos, pero a la vez críticos e inquisitivos, los manifiestos reconocen una realidad para transmutarla, mejorarla o cuestionarla. Reclaman asuntos históricos, jerárquicos, identitarios y culturales para replantear las reglas del juego. Son retrospectivos pero a la vez avizoran escenarios alentadores. Establecen puentes de complicidad y evidencian ideologías. Revelan mientras exigen formas de actuación. Buscamos despejar incógnitas y corregir suposiciones.

Primero la idea y luego la forma. La normalización del manifiesto alcanza su meta cuando se asumen como costumbre: la introducción del cemento como material constructivo o el movimiento moderno para evitar la revolución. Éste ha sido el principio de una excavación inconclusa. El manifiesto sigue en constante transformación. Este proyecto —cuya segunda parte será en el Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo— se sitúa a la mitad de un puente entre ideas pretéritas y proyecciones futuras para entonces cruzarlo con distintos instrumentos de mediación.

 

* Casa-manifiesto | Alberto Odériz, Lucía Villers, Juan José Kochen. Colaboradores | Diego Tapia, Sara Ivone, Madeline Jiménez, Alejandro Palafox, Hiram Yunqué.

 

 

 

Juan José Kochen

Arquitecto y maestro por la UNAM con estudios de periodismo en la EPCSG. Escribió para Reforma, fue editor de Arquine, consultor del Infonavit y becario de la Graham Foundation, el Fonca y Conacyt. Es gerente general de Fundación ICA y profesor en la Universidad Iberoamericana y CENTRO.

TW: @kochenjj

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