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Still de Planet of the Apes , Franklin J. Schaffner, 1968. Tomada de Movies4Kids.
Still de Yellow Submarine, George Dunning, 1968. Tomada de Pinterest.
Still de Mr. Freedom, William Klein, 1968. Tomada de The Criterion Collection.

1968: 50 años, 50 películas. El «anti-establishment»

Lista 11.06.2018

Julio César Durán

En la primera entrega de las películas fundamentales de 1968, Julio César Durán revisa los filmes que fueron influenciados por su turbulento contexto.

—…That’s the spirit. Keep ‘em flying.
—What?
—The flags of discontent.
George Taylor a Lucius en El planeta de los simios.

I: Anti-establishment

Para conmemorar las cinco décadas de un momento álgido para el ámbito social, político y cultural de todo el mundo, he querido enlistar una selección de películas lanzadas en 1968, año donde convergieron diversos movimientos que luchaban por los derechos civiles o que proponían una revolución (sea de ideas o de estatus). Durante dichos movimientos se resignificaron, también, corrientes y tendencias artísticas, se desarrolló una politización de la sociedad en general, además de que sectores específicos como la «juventud adolescente» o grupos estudiantiles adquirieron fuerza y notoriedad.

Para el sesenta y ocho ya había transcurrido un año desde el llamado «Verano del amor» y de «La guerra de los Seis Días», dos años del inicio de la Gran Revolución Cultural Proletaria, nueve años del fin de la Revolución Cubana y más de diez del inicio de la Guerra de Vietnam. A eso se suma el desarrollo de movimientos civiles (unos más radicales que otros) en Estados Unidos, Alemania del Este, Francia, la entonces Checoslovaquia y, por supuesto, México. Entre de la agitación provocada por la Primavera de Praga, el Mayo Francés y las riñas estudiantiles en la Ciudad de México, es claro que el cine no quedó ajeno al ímpetu contracultural, convirtiéndose en el punto de fuga de múltiples discursos, tanto estéticos como políticos, que reflejaron el tono de la época. Incluso desde sus márgenes, el séptimo arte fue partícipe activo de las revueltas —basta con recordar que Godard y Truffaut, acompañados por Claude Lelouch y Louis Malle, entre otros, «tomaron» las salas de exhibición del Festival de Cannes en apoyo a las protestas estudiantiles y las huelgas obreras, causando la cancelación del certamen.

 

50. El planeta de los simios (Planet of the Apes, Franklin J. Schaffner, Estados Unidos)

En medio los sucesos antes mencionados se estrena un filme de ciencia ficción escrito por Rod Serling. La relevancia de El planeta de los simios recae justamente en el haber hablado con la voz de la época y haber presentado una historia anti-sistema. La película es protagonizada por el astronauta Taylor (Charlton Heston), quien, en una misión de no retorno, queda atrapado en un planeta dominado por una dogmática civilización de primates. El conservadurismo del estado teocrático de los simios es puesto en duda por Taylor, representando el choque entre los movimientos civiles norteamericanos y el gobierno de Lyndon B. Johnson. El nihilismo del protagonista se transforma a lo largo del filme en un furor libertario; tanto así, que hacia el final el héroe anima a un joven chimpancé a seguir agitando y no confiar en sus mayores.

 

49. Greetings (Brian De Palma, Estados Unidos)

En el mismo tono que la película de Schaffner, De Palma lanza en el 68 su segundo largometraje como director. Con un joven Robert DeNiro frente a la cámara, el filme relata la historia de tres amigos neoyorkinos que, entre diversas postales satíricas, ponen de manifiesto a una población desenfadada e irreverente que no quiere ir a Vietnam, que quiere practicar el amor libre, que desconfía de su gobierno y sigue obsesionada con el asesinato de John F. Kennedy. Greetings está fuertemente influida por las nuevas olas de Europa —principalmente por el cine de Jean-Luc Godard—, y lo demuestra en una narración poco convencional que prescinde de un arco dramático. Cabe rescatar que el filme abre y cierra con un espeluznante discurso público del presidente Johnson.

Still de Greetings, Brian De Palma, 1968. Tomada de MovieWeb.

 

48. Simpatía por el diablo (Sympathy for the Devil, Jean-Luc Godard, Reino Unido)

Por su parte Godard, personaje principal de la Nouvelle vague (quien ya había participado en Lejos de Vietnam, 1967), viaja en 1968 hasta tierras británicas para registrar a los Rolling Stones mientras graban la célebre canción que da título a la película. Con base en una deconstrucción audiovisual, similar a la narrativa episódica del filme anterior, JLG toma como protagonistas a Anne Wiazemsky y a Sean Lynch, quienes nos llevarán por una montaña rusa de «cinemarxismo», mismo que pasa lista a los movimientos contraculturales, a las ideologías políticas y a la cultura pop de la época; mientras, la banda de rock se usa como contrapunto de los diversos discursos revolucionarios.

Still de Sympathy for the devil, Jean-Luc Godard , 1968. Tomada de Pinterest.

 

47. Mr. Freedom (William Klein, Francia)

El fotógrafo William Klein, quien también había sido parte de la contrainformación en Lejos de Vietnam, continúa con su veta cinematográfica de izquierda —que seguirá en los documentales Muhammad Ali, the Greatest y Eldridge Cleaver— con una película de súper héroes en tono fársico, donde Mr. Freedom hará todo para proteger a Dios y a su país —incluso viajar hasta el país galo para ayudarlo en contra de los comunistas. Visto como un largometraje «anti-americano», este filme pone al descubierto la violenta idiosincrasia de la derecha en Estados Unidos que defiende el imperialismo. En una suerte de «están conmigo o están contra mí» vemos muerte, robos y vilaciones como las armas usadas en contra de quien piense distinto.

 

46. Uptight (Jules Dassin, Estados Unidos)

Dassin tuvo un estreno limitado a inicios del 68, con un documental sobre el conflicto árabe-sionista en 1967 titulado Hamilchama al hashalom (Israel-Estados Unidos-Francia). Sin embargo, la ficción que entrega ese mismo año resulta más interesante. Aquí la premisa se dispara con el asesinato de Martin Luther King en el mes de abril, lo que trae a colación a los movimientos por los derechos civiles de los afroamericanos, llámese los Black Panthers o la Organización de la Unidad Afroamericana. Dassin se sirve de una Mise-en-scène convencional, pero una puesta en cámara vanguardista y tensa, para relatar la traición dentro de la guerrilla urbana en Estados Unidos.

Still de Uptight, Jules Dassin, 1968. Tomada de YouTube.

 

45. Cuando las brujas arden (Witchfinder General, Michael Reeves, Reino Unido)

Con el mismísimo Vincent Price en el papel del villano, el fugaz Michael Reeves adapta la novela de 1966 de Ronald Bassett que recupera la tenebrosa figura de Matthew Hopkins, un funcionario británico convertido en cazador de brujas quien, en total abuso de poder, cometió atrocidades durante la Revolución inglesa. Con referencias al poema The Conqueror Worm de Edgar Allan Poe (por sugerencia de los distribuidores), el filme se vale del personaje histórico para representar el descontento de la juventud hacia las instituciones, además del choque entre una generación violenta y conservadora y otra que cree en el amor libre.

 

44. El submarino amarillo (Yellow Submarine, George Dunning, Reino Unido-Estados Unidos)

La psicodelia de la época y las ideas del «Flower power» se pueden encontrar a todo lo que da en este filme animado que, una vez más, trae a colación algunas ideas antisistema y que, al igual que el largometraje anterior, va a reflejar un choque de generaciones —y de ideas, quedando por un lado las conservadoras (con los Blue Meanies) y por el otro las contraculturales (los Beatles con su música).

 

43. Targets (Peter Bogdanovich, E.E. U.U.)

Roger Corman produce la ópera prima de Bogdanovich. En Targets veremos dos historias paralelas: la del viejo Boris Karloff, interpretándose a sí mismo en el crepúsculo de su carrera, y la de un joven francotirador convertido en magnicida. Más allá de un discurso a ratos conservador, lo interesante es ver a un apacible e indiferente condado de Los Ángeles alcanzado repentinamente por la Guerra de Vietnam a causa de uno de sus veteranos, quien ha perdido la razón. Aquí no existen las manifestaciones sociales que sí se ven en Washington y Nueva York; sin embargo, algunas balas llegan a Hollywood desde la península Indochina.

 

42. Kôshikei (Nagisa Ôshima, Japón)

Esta película, conocida internacionalmente como Death by Hanging, forma parte de una de las filmografías más impresionantes de los miembros de la Nūberu bāgu. A través de una narración que combina el cine documental con una dirección de actores a ratos teatral, con elementos de las nuevas olas y escenas oníricas, Ôshima ensaya acerca de la pertinencia de la pena capital en tierras niponas. Más aún, realiza una crítica feroz (e inédita) al imperialismo japonés y sus incursiones militares en países aledaños, así como a su política de migración, y pone en tela de juicio la separación de las dos Coreas.

 

41. Memorias del subdesarrollo (Tomás Gutiérrez Alea, Cuba)

Con emociones y dudas similares a las de Nagisa Ôshima, Gutiérrez Alea construye su adaptación de la novela homónima de Edmundo Desnoes y consigue una de las películas iberoamericanas más influyentes de la historia. Desde la perspectiva (tanto sensorial como mental) de Sergio (Sergio Corrieri), un intelectual burgués que decide quedarse en la isla cuando todos los privilegiados huyen de la Cuba revolucionaria, el filme supone una forma que retoma aciertos de la Nouvelle vague para alejarse el colonialismo audiovisual, y un contenido que cuestiona su momento para verse en una paradoja: un protagonista que es incapaz de justificar el pasado pero incapaz, también, de ajustarse al futuro.

 

Julio César Durán es editor y colaborador de la revista electrónica F.I.L.M.E., además de ejercer la crítica cinematográfica en diversos medios electrónicos. También es Jefe del Área de Prensa en la Cineteca Nacional, así como conductor de los programas radiofónicos Filmofilia para Grupo Fórmula que se transmite los bados a las 11 horas por el 1500 de AM, y FilmeRadio en Radio IPN, que se transmite todos los miércoles a las 22 horas por el 95.7 de FM. Ha formado parte del Berlinale Talents en el FICG y ha publicado en libros como Un cine revolucionado. Atisbos de modernidad en la cinematografía nacional (1910-1950) y la edición especial de Correspondencias: Cine y pensamiento.

 

 

Julio César Durán

Es editor y colaborador de la revista electrónica F.I.L.M.E., además de ejercer la crítica cinematográfica en diversos medios electrónicos. También es Jefe del Área de Prensa en la Cineteca Nacional, así como conductor de los programas radiofónicos Filmofilia para Grupo Fórmula que se transmite los bados a las 11 horas por el 1500 de AM, y FilmeRadio en Radio IPN, que se transmite todos los miércoles a las 22 horas por el 95.7 de FM. Ha formado parte del Berlinale Talents en el FICG y ha publicado en libros como Un cine revolucionado. Atisbos de modernidad en la cinematografía nacional (1910-1950) y la edición especial de Correspondencias: Cine y pensamiento.

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