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Chicle y pega: TRES art collective en Casa Vecina

09.08.2012

Desde la vanguardia, el arte ha extendido sus fronteras a lugares múltiples e inimaginables para el clasicismo; tal es el caso de TRES, un colectivo mexicano formado por Ilana Boltvinik (1972), Mariana Mañón (1988) y Rodrigo Viñas (1989). Platicamos con ellos en torno a su nueva exposición en Casa Vecina:

¿Es el chicle un medio o un fin para transitar a través de los caminos del arte?

Ilana Boltvinik: Es un medio y un fin, pues el proceso artístico no se separa del hecho artístico. El chicle constituye una excusa para hablar de muchas cosas: ciencia, fractales, el contraste entre lo pequeño y lo grande. Sin embargo, trabajar con el chicle trae consecuencias específicas como el saber que es un problema de salud pública, ya que contiene alrededor de cincuenta mil bacterias que recoge del medio ambiente en que se encuentra.

¿Cómo afecta al arte trabajar desde la interdisciplina?

Rodrigo Viñas: Partimos del arte para dialogar con otras disciplinas como la biología, la estadística y la antropología. No podemos hablar estrictamente en términos científicos o sociales, ya que faltarían muchas cosas. Lo que hacemos es servirnos de otras disciplinas para hacer metáforas y puentes, convirtiendo nuestro quehacer en una ficción documentada que genera nuevas narrativas multisensoriales.

¿Si tuvieran que posicionarse en una tradición y en un contexto artístico, ¿cuál sería?

Mariana Mañón: No es algo que como artistas nos cuestionemos, dejamos que ese trabajo lo hagan los críticos. Hay artistas que piensan que el proceso lo es todo, es el caso de la estética relacional, el dibujo, la fotografía, etcétera. Creemos que trabajamos bajo distintos marcos de producción y el etiquetarnos sería imponernos una limitante.

¿Cuál fue su experiencia al trabajar bajo el marco de una residencia en Casa Vecina?

IB: El formato de residencia es de los más bonitos. Casa Vecina se convirtió en nuestro observatorio, pues está ubicada en la calle de Regina, la cual intervenimos para llevar a cabo la restauración de los chicles.

RV: Los que integramos TRES vivimos en el Centro Histórico, por lo que Casa Vecina forma, de por sí, parte de nuestro lugar de residencia. El trabajar ahí fue como tener una lupa en nuestro objeto de estudio, permitiendo una aproximación inmediata y constante a los chicles pegados sobre la acera.

¿Qué experiencia tuvieron con Chicle y Pega que marcara una diferencia con otros proyectos?

MM: La colaboración con el CINVESTAV fue fundamental, pues aunque ya habíamos trabajado con ellos, ésta es la primera vez que hubo un desplazamiento importante de nosotros hacia la ciencia y viceversa. Esto dio como resultado nuestra visita a su laboratorio en León, Guanajuato y el taller de Lógica Molecular que impartimos en conjunto.

También el trabajar arriba de una coladera, aspirar el aroma y reiterar qué tan alarmante es para la salud pública el tratamiento de la basura, nos generó sensaciones que van del asco al terror. Por ejemplo, en dos días restauramos 178 chicles en tan sólo un tramo de la calle de Regina.

¿Cuál es el siguiente viaje para TRES?

IB: Vamos a seguir trabajando en Chicle y Pega, ya que se va a editar un libro que constituirá una extensión del espacio de  exhibición y trabajo. En este marco asumiremos una manera distinta de hablar y de recaudar los datos, manteniendo el chicle y la basura como los temas centrales.

 


El trabajo de estos artistas se dimensiona a partir de un diálogo constante entre el arte, la ciencia, la antropología y la poesía, generando lo que llaman “metodología de la complejidad”. La investigación del espacio público, la basura y la interdisciplina son los protagonistas de su statement: “tenemos una fijación por la basura, la acumulación de objetos, los desechos, y nuestra mirada se atrapa siempre alrededor de esos temas cuando estamos caminando”. En una de sus últimas piezas, Huella Latente, expuesta recientemente en el Museo de la Ciudad, el colectivo se propuso transitar por las calles en busca de colillas olvidadas o “fósiles contemporáneos” cuyo valor de antigüedad es casi nulo, pero sus consecuencias estéticas y sociales son inevitables.

Este verano, TRES ha fijado la mirada en los chicles pegados sobre el pavimento del Centro Histórico de la ciudad de México. A través de una residencia otorgada por Casa Vecina, el colectivo ha conseguido que, de ser considerados simple basura, los chicles se conviertan en un acontecimiento innegable para cualquier habitante metropolitano. Además de las intervenciones en las calles de Regina y Madero, el colectivo impartió el taller Lógica molecular de la materia viva en colaboración con el CINVESTAV, organizó conferencias sobre la basura y ahora presenta una exposición titulada Chicle y Pega en Casa Vecina, donde el espectador podrá aproximarse al chicle desde una perspectiva que va de lo lúdico a lo científico. La exposición permanecerá abierta al público hasta octubre.

www.casavecina.com

www.facebook.com/pages/TRES-art-collective


[9 de agosto de 2012]

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