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La casa al borde del agua de Charlotte Perriand, reconstruida por Louis Vuitton

21.12.2013

Ana Asensio

“El diseño trata de responder a los gestos del ser humano”, explicaba Charlotte Perriand en una entrevista a sus 96 años de edad. “Pero hay un aspecto más allá de esto, que tiene que ver con una especie de armonía con uno mismo y con el entorno. En ese momento me llega la imaginación; de lo contrario, no tengo ninguna.”

La arquitecta francesa, colaboradora de Le Corbusier y referente imprescindible del diseño moderno, invirtió tres cuartos de siglo en una experimentación para trasladar la filosofía maquinista a la arquitectura. Buscaba un diseño que hiciera posible satisfacer necesidades en masa, pero sin abandonar un espíritu casi artesanal de análisis del entorno y de los materiales.

Estas premisas se leen en La Maison au Bord de l’Eau, la casa de playa que Louis Vuitton ha reconstruido ahora para Design Miami siguiendo el proyecto de 1934 de Perriand que nunca llegó a ejecutarse. Esta obra, proyectada para un concurso de la revista L’Architecture d’Aujourd’hui, es aún contemporánea, ocho décadas después.

En sus espacios se reviven los ideales de la libre, inconformista y sensible Charlotte Perriand: funcionalidad, prefabricación, transparencia, sencillez.

Sin apenas necesidad de adaptar los viejos planos a la tecnología de hoy, la vivienda se eleva sobre las arenas de Miami. Se apoya en ellas ligeramente con perfiles metálicos y se viste de madera, del mismo modo que la diseñadora confeccionaba sus muebles.

Conformada por dos volúmenes abiertos con grandes ventanales hacia un patio central que a su vez se abre al mar, la casa tiene una silueta minimalista de remarcadas aristas que cantan al pragmatismo: espacios de intimidad a un lado, comunes al otro. Los dos módulos se articulan por ese ámbito central cubierto de tela blanca, que devuelve la conciencia del paisaje al que mira.

El resto de espacios se cubren con uralita azul, reminiscencia de la industrialización del proceso de vivienda que pretendía Perriand al crear este prototipo como alojamiento económico de vacaciones.

Al llevar a cabo esta retrospectiva edificada, Louis Vuitton recuerda que el buen diseño es siempre “un espíritu de investigación, un proceso de análisis y no un estilo”, como comentaba Charlotte en una de sus últimas entrevistas. «Hemos trabajado con los ideales”, decía.


Además, la colección Icônes primavera/verano 2014 de Louis Vuitton hace referencia al afán de Charlotte Perriand de construir mobiliario modular. Con prendas que pueden combinarse entre ellas para crear outfits distintos, la firma francesa recuerda que, al volver de Japón en 1940, la diseñadora comentó: «Una nueva forma de vivir me esperaba ahí: trabajo, ocio, descubrimiento, representación. Había preparado mi guardarropa con «módulos» intercambiables, como en mis investigaciones sobre la estandarización: cuatro faldas, cortas o largas, y suéteres, blusas y bustiers para el torso, todo lo cual podía combinarse para ofrecerme hasta 16 posibilidades.»

La colección incluye piezas adaptables —como una chamarra amarilla reversible y con mangas desmontables—, de colores sólidos y formas geométricas, como en los modelos de Perriand.


[20 de diciembre de 2013]

Ana Asensio

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