Este mes Javier Sánchez Corral, director de JSa Arquitectura, dio a conocer los pormenores del proyecto del Centro Cultural Museo Juan Soriano a los medios de comunicación. El edificio  en Cuernavaca, Morelos, inició su construcción en junio de 2014 y se prevé inaugurarlo en 2016.

La imagen romántica del arte integrado en la ciudad se antoja inevitable al momento de concebir un museo como parte de la ciudad contemporánea. La idea de lienzos y esculturas decorando las calles seduce el imaginario de los arquitectos, e incluso de los artistas. Sin embargo, esta sólo es una utopía que se encuentra con diferentes obstáculos al momento de su realización: el ideal estético del arquitecto, la inserción del edificio en la trama urbana —tomando en cuenta la complejidad del espacio cotidiano—, el intento de la arquitectura por dialogar con el entorno y la función del proyecto como un contenedor de la obra de arte. A estos factores se suma una amplia normativa de conservación y preservación del patrimonio artístico, que generalmente entorpece la ya difícil relación entre el arte, la ciudad y la arquitectura.

En junio de 2014 CONACULTA  y el Gobierno de Morelos anunció la propuesta ganadora del Museo Juan Soriano por parte del despacho JSa Arquitectura, del arquitecto Javier Sánchez Corral (México DF, 1969). La selección del arquitecto se realizó a partir de un ambicioso concurso por invitación en el que participaron siete de los arquitectos y despachos más reconocidos en el ámbito nacional (Alejandro Sánchez, Fernando Romero, Mauricio Rocha, at103, Vera | Cano y Tatiana Bilbao). La propuesta de JSa fue seleccionada por unanimidad “en consideración de su presencia en el contexto urbano, que servirá para detonar la recuperación y mejoramiento de la zona, además de ofrecer un espacio verde, abierto a los visitantes y a los vecinos de las colonias circundantes”, de acuerdo con el comunicado oficial.

Juan Soriano (Guadalajara, 1920 – México DF, 2006) es reconocido como uno de los artistas más importantes de su época; formó parte de la generación que rompió con los cánones de la entonces establecida Escuela Mexicana de Pintura. Su obra abarca una amplia variedad de técnicas, soportes y formatos que van desde la pintura, el grabado, la cerámica, la escenografía y la escultura de gran formato. Así, construir este recinto representa un reto por la diversidad de escalas y materiales presentes en el trabajo de pintor y escultor jalisciense.

Enclavado en Cuernavaca, muy cerca del mercado Adolfo López Mateos, el proyecto de Javier Sánchez se plantea como un detonador urbano. Más allá de ser un contenedor de la obra del artista, el Museo Juan Soriano busca ser un centro cultural, un gran jardín y un nuevo espació público para la ciudad. “Un sitio que se vive más como una calle o un mercado que como un museo”, en palabras del arquitecto.

Con 5,100 m², el recinto contará con dos salas —una para exposiciones temporales y otra para permanentes—, una biblioteca, un auditorio y un área destinada para talleres artísticos, que en conjunto configurarán la zona de programas culturales. El edificio se concentra en uno de los extremos del terreno, respetando la vegetación existente y aprovechando el desnivel natural para albergar en los niveles semi-subterráneos el estacionamiento, las bodegas y los servicios. Por su parte, las salas de exposición se materializan en un volumen de concreto (de 16m de altura) que parece flotar sobre el jardín. Y en la planta baja se ubican las áreas para programas públicos, lo que permite crear un espacio abierto al exterior y una sensación de continuidad espacial con el jardín.

En términos espaciales, el proyecto maximiza la relación del Centro Histórico de Cuernavaca con el Barrio de Amatitlán a través de un espacio peatonal en el jardín que conecta ambas zonas. En este lugar se montarán algunas de las esculturas de gran formato para, así, invitar a los paseantes a conocer parte de la obra del artista. Para llegar al museo, la entrada desde el barrio será desde la zona de talleres, que cambia radicalmente en tamaño y forma para adaptarse a la traza y escala del contexto por medio de una serie de pequeños volúmenes que configuran una plaza de acceso.

La división del proyecto en estos dos ambientes (un bloque hermético para la obra y un espacio abierto para el barrio) encuentran un punto intermedio en la relación arte-ciudad. Así, se resguarda la colección del artista al tiempo que se activa el entorno brindando valor al espacio peatonal y ofreciendo un nuevo sitio para la recreación de la población.

Se prevé que el museo —cuya construcción comenzó en febrero pasado— abra sus puertas en 2016 en un terreno de cerca de 8 mil m², de los cuales la estructura central ocupará alrededor de 4, 500 m². Su inversión será de 120 millones de pesos, auspiciados por Gobierno de Morelos, la Fundación Juan Soriano y Marek Keller, A.C, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y Grupo Financiero Banorte.

El acervo del Museo Juan Soriano, de acuerdo con lo detallado por CONACULTA, estará integrada por una colección de 60 óleos, 115 esculturas, nueve esculturas de plata, cinco gobelinos, 10 cerámicas, obra gráfica y decenas de grabados, carteles, dibujos, fotografías y parte del archivo personal del artista.

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[29 de abril de 2015]