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Ceboruco y X no es la nueva Y: Lozano-Hemmer y Méndez Blake en Galería OMR

31.07.2012

Con motivo de sus actividades paralelas a Zona MACO 2012Galería OMR y el 52 presentan las exposiciones de dos innegables talentos mexicanos: Ceboruco de Jorge Méndez Blake y X no es la nueva Y de Rafael Lozano-Hemmer.

En X no es la nueva Y nos encontramos con una exposición de arte experimental que juega con lo real y lo virtual a través de obras que cambian y se transforman conforme el espectador interactúa con ellas.

La muestra incluye diferentes piezas electrónicas creadas a partir de algoritmos que se activan mediante la participación de los visitantes. Pulse Espiral, por ejemplo, toma como alimento el pulso cardiaco de quienes la contemplan; el ritmo provocado por algún visitante resuena aún al día siguiente en forma de luz. El rastro de todos los espectadores que compartieron el espacio —su pulso, sus huellas digitales, su aliento— se conservan en la pieza El último suspiro.

En Búsqueda de la detección el visitante puede ser testigo de la demanda de información que se hace a través de internet alrededor del mundo en tiempo real, convirtiendo el espacio privado de la galería en uno público de descomunales dimensiones.

Es así como Lozano-Hemmer nos da a conocer obras con vida y memoria propia en donde las fronteras físicas entre el hombre y el objeto se desdibujan; obras que oscilan entre lo poético, la soledad, la inutilidad y el absurdo.

 

En la exhibición de Jorge Méndez Blake, el artista tapatío toma como punto de partida la lectura de Bajo el volcán (1947) del escritor inglés Malcolm Lowry para centrar su obra en el volcán Ceboruco del estado de Nayarit, cuya erupción en 1870 transformó las cercanías en un vasto paisaje volcánico.

Haciendo uso de la literatura como soporte, Méndez Blake entreteje una serie de datos y supuestas evidencias de una civilización antigua enterrada bajo el Ceboruco para crear un discurso en el que la realidad se funde con la ficción. El resultado es una exposición que cohesiona la literatura con la arqueología y la arquitectura.

El argumento de Ceboruco está basado en los «vestigios» que el artista encontró en las faldas del volcán: objetos que, en su opinión, sugieren la existencia de un pueblo que gustaba de la arquitectura asimétrica, de los templos semejantes a los helénicos, de los pasajes subterráneos y de ciertos colores. Méndez Blake recupera esas señales en dibujos, pinturas y esculturas que remiten a un pasado incierto. El conjunto constituye una reflexión sobre la memoria y la manera en la que se legitima la historia.

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