Desde el 4 de septiembre arranca la edición número 30 de la Bienal de Sao Paulo, uno de los eventos de arte más sobresalientes en Latinoamérica y uno de los escaparates más reconocidos del mundo en cuanto a la producción y discusión de arte contemporáneo se refiere.

Bajo el título La inminencia de las poéticas, la bienal toma como eje curatorial las poéticas artísticas y los factores que afectan a éstas: la multiplicidad, la transicionalidad, las recurrencias y las derivaciones. El curador en jefe, Luis Pérez Oramas (Venezuela, 1960), explica que el nombre de la exposición hace referencia en primer lugar a la “inminencia”, como aquello que está a punto de acontecer, lo que está en suspenso y en vías de efectuarse. Por otro lado, la idea de  “poética” se entiende como lo que se expresa, lo que se transforma y que gana potencial comunicativo por medio del lenguaje del arte.

Esta trigésima edición busca servir como una plataforma para la discusión sobre el papel de las prácticas artísticas y alejarse de una visión mesiánica, ortodoxa o definitiva al respecto. Para esto, el equipo conformado por los curadores asociados André Severo (Brasil, 1974) y Tobi Maier (París, 1979) —junto con Isabela Villanueva (Venezuela, 1979) como asistente curatorial— se ha valido de dos conceptos para gestionar el programa de la bienal: las constelaciones y las itinerancias.

Las constelaciones aluden al diálogo que se gesta entre las piezas seleccionadas, que fueron pensadas para funcionar unas en relación con las otras. Este statement rige la exposición y se ve reforzado mediante la identidad visual de la bienal: los carteles fortalecen la idea de una gran estructura conformada por partes pequeñas, lo que de acuerdo con los curadores, deja ver que las piezas nunca son autónomas, sino que son siempre relacionales.

Por otra parte, las itinerancias se hallan en los desplazamientos que las obras tendrán por toda la ciudad de Sao Paulo en conferencias, pláticas con los artistas y piezas en las que el público será invitado a participar. Entre las actividades antes mencionadas, del 6 al 8 de noviembre se llevará a cabo un simposio internacional en el que expertos de todo el mundo debatirán sobre el estado actual de las prácticas artísticas en el marco de los contenidos de la bienal.

Sao Paulo ofrece un evento que además de contar con una propuesta curatorial novedosa, cuenta con un programa educativo que se ha desarrollado desde 2011 y que involucra a diferentes artistas, catedráticos e investigadores que buscan dialogar con los asistentes y mostrar la importancia de las poéticas. La idea es fusionar el arte y la vida contemporánea con la finalidad de hacer más cercano al público lo mostrado en la bienal.

En esta edición, 111 artistas de varios países fueron convocados para mostrar parte de su obra y piezas ex profeso para la bienal. Destacan Nicolás Paris, Thiago Rocha Pitta, Alfredo Cortina, Arthur Bispo do Rosario, Bernard Frize Fabia, David Moreno, Eduardo Gil, Anna Openmann y Gego, entre otros. La presencia mexicana en Sao Paulo es representada por Fernando Ortega (1971), Iñaki Bonillas (1981), José Arnaud-Bello (1976) y Moris (1978).

Con este programa, la bienal se consolida no sólo como una de las más grandes del continente, sino también como una de las más importantes del mundo por los años que lleva realizándose, la pertinencia de sus discursos curatoriales y sus estrategias expositivas. La Bienal de Sao Paulo tendrá lugar dentro del pabellón Ciccillo Matarazzo en Brasil y permanecerá abierta hasta diciembre de este año.

www.bienal.org

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[31 de agosto de 2012]