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Proyecto Reacciona, Biblioteca de la colonia Victoria (2015). Cortesía del colectivo
Proyecto Reacciona, Biblioteca de la colonia Victoria (2015). Cortesía del colectivo
Proyecto Reacciona, Biblioteca de la colonia Victoria (2015). Cortesía del colectivo
Proyecto Reacciona, Biblioteca de la colonia Victoria (2015). Cortesía del colectivo
Proyecto Reacciona, Biblioteca de la colonia Victoria (2015). Cortesía del colectivo
Proyecto Reacciona, Biblioteca de la colonia Victoria (2015). Fotografía tomada antes de la rehabilitación. Cortesía del colectivo

Biblioteca rehabilitada en Monterrey, de Proyecto Reacciona

28.03.2016

La Biblioteca de la colonia Victoria de Monterrey, rehabilitada por el colectivo Proyecto Reacciona, está ubicada en una zona de alto índice de violencia. La frase, aunque recurrente cuando se trata de proyectos con preocupaciones sociales, no debe pasar desapercibida. En un ejercicio más ocioso que periodístico, aterricé en el territorio a través de Google Street View, sobre una de sus desoladas calles. A la derecha: un inocente expendio de cerveza que, sin embargo, recuerda a un titular publicado recientemente en un diario local del territorio: “Balean expendio de cerveza en la colonia Victoria”, en el que se lee que “respecto a los agresores, poco se dio a conocer, no obstante los agentes con apoyo de otras dependencias policiacas realizaron la búsqueda en las cercanías pero con resultados negativos”. El calor es sofocante.

La frase es conocida: “Leer evitará que […]”. Esto puede terminar en “ser un político analfabeta que podría gobernar, digamos, nuestro país” o líneas menos atinadas como “que tus hijos digan ¡Fierro, pariente!”. Más allá del meme, la promoción de la lectura, desde la iniciativa privada o la pública, ha fracasado. ¿Pero qué sucedería si un grupo de jóvenes arquitectos, diseñadores o artistas visuales, se organizaran en un contexto barrial, aprendieran de las necesidades de los vecinos y los animaran a colaborar en la construcción de una biblioteca (que también sirviera como un cine, una pista de baile, una escuela alternativa, un espacio público)?

Sucedió. Construida con el dinero recaudado por la A.C., empresas cercanas al recinto y patrocinio conseguido por los vecinos, la Biblioteca Victoria es uno de los pocos espacios públicos dentro del polígono de la colonia (que cuenta con aproximadamente 3 mil habitantes). Inaugurada en julio de 2015, es resultado del trabajo de alrededor de 40 vecinos en colaboración con el equipo dirigido por Antonio Garza, arquitecto de 26 años que en 2013 fundó Proyecto Reacciona. La obra sólo es un punto en la constelación de bibliotecas que el equipo —voluntario y rotativo— planea restaurar a través de la iniciativa Crea Comunidad, actualmente en busca de financiamiento.

En los diálogos con la comunidad previos al diseño de la estructura, surgieron tres inquietudes principales: el exterior de la biblioteca no se distinguía de las fachadas del resto de la cuadra, el espacio interior era muy pequeño, y la luz y la ventilación natural no eran óptimas. ¿Soluciones? Para responder al primer aspecto, se elaboró un diseño de fachada que sobresaliera por su materialidad y respecto a la altura de las casas aledañas. Un block no. 4 fue levantado sobre el ya construido, generando una fachada más ligera que jugara con la luz artificial en las noches. El resto de la fachada fue cubierta por un acabado de concreto pulido que acentúa el amarillo de las letras que forman la palabra “BIBLIOTECA” al frente.

Para resolver los temas de espacio e iluminación se creó una estructura de PTR de piso a techo, sobre los muros interiores. Así, el área interna fue despejada, generando mayor entrada de luz y corrientes de viento. El colectivo buscó la multifuncionalidad en el espacio, contemplando además un área de cómputo y lugares para sentarse, aunque el exterior ha destacado por las actividades que se han venido realizando desde la inauguración, como la proyección del documental de la obra o ejercicios de educación social. Con énfasis en la función, los integrantes consiguieron reactivar el espacio.

¿Qué puede aportar el diseño a los hechos sociales? Quizá nada más que la reflexión. Tal vez pueda ser, además, una estructura de deseo frente a la que todos reaccionen y se agrupen, fascinados o angustiados o confundidos por lo que ven de sí mismos en ella. Y ahí, encontrarse habitando, leyendo, charlando, contemplando, diseñando algo más.

 

Puedes ver aquí el documental sobre la Biblioteca Victoria, de Proyecto Reacciona:

 


Carolina Haaz es comunicóloga por la Universidad de Sonora. Es coordinadora editorial de la edición en línea de Código. Ha escrito sobre moda, diseño y ciudad en distintas publicaciones, entre ellas Folio, Vocero, Frente, El Fanzine y otras publicaciones.

 

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