El 26 de septiembre se cumple un año de la desaparición de 43 estudiantes de la Escuela Rural Normal Raúl Isidro Vargas, de Ayotzinapa. El suceso ha movilizado a distintos sectores de la sociedad que exigen el esclarecimiento de los hechos de represión y violencia. El gobierno, sin embargo, ha sido ineficaz para hacerlo.

Desde las artes, diversos artistas e ilustradores se han sumado a las manifestaciones a través de ejercicios creativos y simbólicos. Su objetivo: preservar la memoria, desahogar el espíritu y no permitir la desaparición de la memoria social y política. Si el arte no ofrece soluciones prácticas a los momentos de crisis, sí es una herramienta poderosa que incide en los modos de acercarse y observar el tiempo convulso que vive el país. Repasamos cinco piezas y proyectos que reflexionan sobre Ayotzinapa.

—Carteles por Ayotzinapa y 43 papalotes, de Francisco Toledo

En colaboración con el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca, Francisco Toledo (Juchitán de Zaragoza, 1940) lanzó una convocatoria en diciembre del año pasado para invitar a artistas e ilustradores a crear carteles que, a manera de protesta, reflejaran la seriedad y las problemáticas en torno al caso de Ayotzinapa. El resultado fue sorprendente: con propuestas de más de 700 participantes, los carteles han sido exhibidos en espacios como el Museo de Memoria y Tolerancia y, recientemente, en la muestra Shaped in Mexico en la Bergehause de Londres.

Por otro lado, como parte de los actos de resistencia y manifestaciones creativas que ha realizado a propósito del tema, el artista elaboró —junto con el taller Arte y Papel de San Agustí Etla— 43 papalotes con los rostros de los 43 estudiantes desaparecidos y posteriormente salió a las calles de Oaxaca para volarlos junto con varios niños de la comunidad.

—Contingente láser, de Arcángel Constantini

Cuando en noviembre de 2014 el entonces Procurador General de la República, Jesús Murillo Karam, realizó una conferencia de prensa sobre el caso de los normalistas desaparecidos, una frase retumbó en la indignación y detonó el coraje: “Ya me cansé”. Karam provocó el descontento de la sociedad. Así, las manifestaciones en espacios públicos —tanto en las calles como en redes sociales— dieron una respuesta contundente: no nos cansaremos de buscar a los 43 estudiantes.

Durante la Acción Global por Ayotzinapa del 20 de noviembre de 2015 —una de las manifestaciones con mayor convocatoria—, Arcángel Constantini (México DF, 1970) retomó la voz popular para darle mayor presencia y visibilidad. El artista creó un láser con la frase #NoMeCansaré que pudo ser visto por los manifestantes cuando era proyectado en las fachadas y muros de diferentes espacios públicos. Sin la intención de adjudicarse la sentencia, Constantini aprovechó las herramientas de la tecnología para alzar la voz de los indignados y dejar claro que nosotros no nos cansamos.

—Ilustraciones por Ayotzinapa, de Iconoclasistas

En diciembre de 2014 el dúo Iconoclasistas, conformado por los argentinos Pablo Ares (artista y diseñador gráfico) y Julia Risler (docente e investigadora), se solidarizaron con México al conocer la tragedia ocurrida el 26 de septiembre en Iguala. Fiel a su trabajo basado en el conocimiento compartido y los Creative Commons, diseñaron una serie de ilustraciones que pueden ser descargadas e impresas libremente con fines de difusión o protesta. Las imágenes exponen frases creadas por la voz popular durante las manifestaciones que se conocieron como Acción Global por Ayotzinapa. Algunas de ellas: “Fue el Estado” y “#Yamecansé”.

Las ilustraciones también muestran la máscara de un luchador marcada con el número 43, o la silueta de la República Mexicana con frases o motivos relacionados con la violencia. El material se puede descargar aquí.

—Guerrero: El monstruo de las montañas, de Matt Black

El fotógrafo ganador del Premio World Press Photo y nominado al Premio Pulitzer de Fotografía de Reportaje, Matt Black (Santa María, California, 1970), realizó un cortometraje documental de 7 minutos en el que, a través de una recopilación de fotografías capturadas por él en Guerrero, hace énfasis en el caso de los 43 estudiantes desaparecidos. A través de una fotografía en blanco y negro, que refleja el panorama gris que caracteriza a la región al tiempo que transmite un atmósfera de desolación, Black observa la vida de las familias de los desaparecidos en su continua lucha para reclamar justicia.

—Nivel de confianza, de Rafael Lozano-Hemmer

¿Cómo buscar a los 43 estudiantes desparecidos? La tarea no resulta fácil, pero incluso las acciones simbólicas que en este caso se realizan desde el arte pueden ofrecer una suerte de catarsis. Así sucede con Nivel de confianza, una pieza realizada por Rafael Lozano-Hemmer para invitar al espectador a “encontrar [a los 43 jóvenes] en cada uno de nosotros”. Diseñado a partir de algoritmos utilizados en los sistemas de vigilancia, el proyecto utiliza un software de reconocimiento facial que establece coincidencias entre las fotos reales de los estudiantes y la imagen reflejada de quien observa. Más allá de encontrar realmente a los desaparecidos, su objetivo es recaudar dinero para ser destinado a la comunidad de Ayotzinapa. Y aunque la pieza puede ser adquirida por coleccionistas para contribuir a la recaudación de fondos, el software se puede descargar libremente para tener mayor presencia en diferentes espacios.