Cn
Vista de sala de Discrepancias con C.P. Leonor Antunes. Fotografía de Nick Ash. Cortesía de Museo Tamayo.
Vista de sala de Discrepancias con C.P. Leonor Antunes. Fotografía de Nick Ash. Cortesía de Museo Tamayo.

Leonor Antunes en el Museo Tamayo. Habitar el modernismo

Reseña 12.06.2018

Svitlana Biedarieva

La nueva exposición de Leonor Antunes en el Museo Tamayo refiere a los conceptos propuestos por el modernismo arquitectónico de los inicios del siglo XX.

La nueva exposición de Leonor Antunes abrió el 8 de junio en el Museo Tamayo de Arte Contemporáneo. En su exhibición Discrepancias con C.P., la artista portuguesa refiere a los conceptos propuestos por el modernismo arquitectónico de los incios del siglo XX y trabaja con los temas de espacio, longitud, gravedad y transformación, así como con la influencia mutua de los objetos geométricos en el museo.

Vista de sala de Discrepancias con C.P. Leonor Antunes. Fotografía de Nick Ash. Cortesía de Museo Tamayo.

Su idea principal es la del modernismo «habitable», reminiscencia del famoso neo-concretismo brasileño. Esta idea de «habitar» el modernismo puede referir el espectador a obras como O Ovo (1968) de Lygia Pape o Parangolés (1964) de Hélio Oticica, cuyas réplicas pueden verse ahora en la exposición Memorias de subdesarrollo en el Museo Jumex. Antunes toma estos legados culturales para reinterpretarlos en el sentido de un espacio «total», mismo que funciona como un laberinto. Este laberinto de instalaciones artísticas colgadas del techo o acomodadas en el suelo guía al espectador de una instalación a otra. La historia de la exposición está narrada con el movimiento del espectador, y la narrativa se desplega con cada paso.

El gran juego de Leonor Antunes empieza cuando el espectador entra al espacio de exposición de la planta baja del Museo Tamayo. Ella refiere al edificio del museo, construido por los arquitectos mexicanos Abraham Zabludovsky y Teodoro González de León en 1981, y lleva su propia interpretación de este espacio histórico para actualizarlo como un ambiente artístico. El espacio de exposición está delimitado por la sola y única descripción que delinea rasgos generales del trabajo de la artista y partes de su biografía. Toda la exposición después de este límite interacciona con el espectador en una manera alternativa, hablando sin texto y con un idioma abstracto y geométrico.

Vista de sala de Discrepancias con C.P. Leonor Antunes. Fotografía de Nick Ash. Cortesía de Museo Tamayo.

 

Antunes juega el rol de la Ariadne que da un hilo delgado al público, mismo que ayuda no sólo para entrar y salir de la exposición, sino también para orientarse en el simbolismo efímero de las instalaciones. Para obtener este aspecto efímero la artista une técnicas artesanales con materiales naturales que llevan ciertas connotaciones arquetípicas, tales como madera, piel y cobre, entre otros.

Aúnque pueden parecer repetitivas, las obras de Leonor Antunes son presentadas como piezas site-specific para enfatizar la ruta del espectador que, sin explicación adicional y sin placas de descripciones, debe orientarse por los artefactos dejados por la artista.  La instalación, entonces, se vuelve hipnótica, involucrando a los visitantes en un tipo de juego sin reglas establecidas. La narración propuesta por la artista manipula no con textos escritos ni visuales, sino con textos espaciales que crean un ambiente que rodea al espectador. Lo invitan al dialogo que él presenta con su movimiento dentro del espacio organizado por la artista —con los olores de los materiales, la luz o las formas que permiten ver dentro de ellas. La artista quiere que el espectador esté consciente de su propio cuerpo y de su propio ser cuando se mueve dentro del espacio e interacciona con su dinámica.

Vista de sala de Discrepancias con C.P. Leonor Antunes. Fotografía de Nick Ash. Cortesía de Museo Tamayo.

La obra de la artista es frecuentemente comparada con las obras arquitectónicas del modernismo, incluso con las del arquitecto francés Le Corbusier. Además de estas referencias históricas, la artista incorpora en su trabajo las obras de otros artistas y diseñadores, haciendo un tributo a sus legados. Antunes trabaja con la historia del arte feminista, recordando en sus instalaciones las obras de las artistas pasadas por alto. En el caso de la exposición Discrepancias con C.P. en el Tamayo, Antunes utiliza elementos de las obras de la diseñadora cubana Clara Porset, de quien toma elementos constructivos de la casa, como una puerta o una silla modificada con un cambio del formato y escala para manifestar otras maneras de ver la filosofía del espacio artístico.

 

La exposición de Leonor Antunes estará abierta en el Museo Tamayo hasta el 2 de septiembre de 2018.

 

Svitlana Biedarieva es artista, curadora e investigadora del arte. Doctorante en Historia del Arte en el Courtauld Institute of Art, University of London. Actualmente vive en México. Es maestra en Historia del Arte por el Courtauld, con la especialización en contraculturas y arte alternativo en América Latina y Europa del Este de 1953 a 1991. También es maestra en Semiótica por la Universidad de Tartu.

Svitlana Biedarieva

Artista, curadora e investigadora del arte. Doctorante en Historia del Arte en el Courtauld Institute of Art, University of London. Actualmente vive en México. Es maestra en Historia del Arte por el Courtauld, con la especialización en contraculturas y arte alternativo en América Latina y Europa del Este de 1953 a 1991. También es maestra en Semiótica por la Universidad de Tartu.

siguiente

Newsletter

Mantente al día con lo último de Gallery Weekend CDMX.

Vista de sala de Discrepancias con C.P. Leonor Antunes. Fotografía de Nick Ash. Cortesía de Museo Tamayo.

Vista de sala de Discrepancias con C.P. Leonor Antunes. Fotografía de Nick Ash. Cortesía de Museo Tamayo.

Vista de sala de Discrepancias con C.P. Leonor Antunes. Fotografía de Nick Ash. Cortesía de Museo Tamayo.