A mediados del siglo XIX, el arqueólogo francés Désiré Charnay (1828-1915) realizó una serie de fotografías de establecimientos mixtecos y zapotecos, retratando también la ciudad de Oaxaca. Curiosamente, estas imágenes llegaron a las manos de Friedrich Nietzsche, quien en un momento de desaliento escribió que tenía un impetuoso deseo de experimentar lo que Charnay había logrado capturar. A pesar de que el viaje nunca se realizó, el filósofo alemán percibió algo especial, y 132 años después, Oaxaca mantiene ese imán que nos hace a los de afuera ir para allá.

En el terreno del arte podemos rastrear las huellas de Rufino Tamayo y Rodolfo Nieto en los museos de la ciudad; visitar las múltiples propuestas que ofrecen las instituciones culturales que fundó Francisco Toledo; conocer los edificios restaurados y nuevas instalaciones de la Fundación de Alfredo Harp Helú y encontrar una sorprendente cantidad de gráfica y pintura de artistas como Sergio Hernández en las galerías de la ciudad. Sin embargo, mientras estas instituciones se fortalecen, también se desarrollan otros proyectos más “independientes”, que son muy activos y heterogéneos, y que ofrecen una nueva forma de vivir la ciudad.

Algunos ejemplos son los performances y exposiciones de arte de La Calera o La Telaraña; las películas y proyecciones del Cine Alcalá; los talleres de gráfica, como el de Francisco Limón, o como La Huella Gráfica de Lucio Santiago; las pinturas hechas con humo o miel de Sabino Gisou, y los textiles de Teotitlán del Valle con materiales reciclables de Albero Ruiz. También ubicamos el programa de residencias y exposiciones de La Curtiduría que fundó Demián Flores; el foro de discusión llamado Plan B de Luis Hampshire y Jessica Wozny, y varios colectivos de diseñadores, pintores, escultores y artistas urbanos, así como el festival de música Instrumenta y la Feria del Libro.

En Oaxaca se está gestionando un diálogo importante entre instituciones que ya están establecidas y las propuestas nuevas de una comunidad artística que es muy activa y versátil. El misticismo que llamó la atención de Nietzsche y el dinamismo de la escena del arte actual son un par de factores que atraen a cada vez más visitantes, artistas, curadores, escritores o diseñadores que vienen y van, comen chapulines, y siempre terminan por regresar. De Oaxaca para fuera a veces hay que mirar, pero no cabe duda de que a los de afuera nos atrae Oaxaca.

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Un vistazo a la escena contemporánea de Oaxaca:

Alerta máxima: Disciplinas creativas en Oaxaca
01. Arte: Más allá de la escuela oaxaqueña
02. Guillermo Olguín
03. Colectivo Lapiztola
04. Entrevista con Fernando Galvez
05. Disciplinas creativas: Diseño, gastronomía y textiles
06. Diseño en Oaxaca: Entrevista con Lizeth Galván
07. Un día en Oaxaca

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[1 de abril de 2013]