¿Por qué es importante que los niños conozcan arte contemporáneo en la actualidad? En medio de una evidente crisis dentro del campo de la educación en México, ¿qué pueden aportar los museos en la formación de niños y jóvenes? Las respuestas parecen ser obvias en el contexto de nuestro país si tomamos en cuenta que es una de las zonas con mayor concentración de centros culturales del continente. Sin embargo, la claridad desaparece cuando se analiza con detalle la incidencia de su oferta cultural dentro de la población, frente a la oferta espectacular de otros aparatos de la sociedad que están avocados al entretenimiento. Contar con museos como parte de la estructura pública conlleva a suponer que la comunidad que los sustenta está cada vez más interesada en saber sobre la pluralidad de sus entornos. Pero, ¿realmente es así?

En los últimos años diversas iniciativas han realizado activaciones a partir de proyectos que pretenden reconocer a los contenidos específicos de los museos como material de consulta y creación de conocimiento, alejándose de la idea de una historia del arte oficial y generando programas públicos con modelos de trabajo colaborativos. En este contexto destaca el Laboratorio de arte contemporáneo que realizó Centro Horizontal en colaboración con el MUAC y que se anunció como un espacio de formación artística para menores bajo cuatro ejes de desarrollo: dibujo y arte acción, videoarte, danza contemporánea y teatro contemporáneo. El objetivo: acercar a los participantes a las metodologías de producción actual de las artes, a través del juego, la experimentación material y el trabajo colectivo. Además, alentó el desarrollo de las capacidades creativas con el propósito final de conseguir un proyecto grupal, destacando la relevancia de mediar la información y contenidos de los museos con profesionales de los diferentes campos de conocimiento que cada taller abordó, sin diluir su impacto ni trasladar sus formatos a un “lenguaje” para niños. Es decir, el respeto a las capacidades reflexivas de los infantes en este proyecto estuvo a la par de la sustancia creativa de las investigaciones y expresiones científica y artística del momento.

Paralelo a este proyecto, también podemos nombrar otras iniciativas que suceden en el país como las Clínicas en arte y cultura del Centro de Innovación y Educación, los talleres de muralismo e incidencia social de la plataforma digital Aporta, los talleres de danza contemporánea de Artes y Circo, la oferta literaria y de talleres de Casa del lago, los proyectos educativos del Museo Tamayo, los talleres y programas de la Unidad de Vinculación Artística de la UNAM o los cursos de educación estética del IMASE, por citar sólo algunos

En un estado de crisis social y política como la que atraviesa México, se debe reconocer la pertinencia de la educación sensible, científica y cultural de los ciudadanos a partir de proyectos que complementen los contenidos de la currícula escolar dentro de espacios externos a los programas oficiales de educación, donde la interacción pública suceda de forma flexible a dicha instrucción educativa. ¿Cómo?: mezclando las inquietudes de adultos y niños de manera creativa y participativa, y reconociendo al museo como un espacio de encuentro, recreación, conocimiento y crítica de la cultura contemporánea. Los resultados apuntan a la diversidad y el entendimiento de las diferencias, reconociendo que esta labor es una misión en conjunto entre el Estado, iniciativas privadas y la sociedad civil.

La importancia de que los niños puedan ser asistentes de los centros culturales y museos de arte contemporáneo no radica en la creación de nuevos públicos para el arte —lo que no significaría una aportación para la sociedad en sí—, lo relevante está en lo que se puede gestar dentro de estos espacios como acuerdo y debate público, colaborando en la creación de plataformas para la creación de convenios sociales más civilizados y acordes a las necesidades de un mundo diverso como el nuestro.

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David Miranda es artista y curador. Su trabajo de investigación está enfocado en los modelos expandidos de la educación como práctica social-creativa. Formó parte de la Plataforma Arte-Educación (PAE) y fue coordinador del proyecto de Educación Estética en México del Instituto Mexicano del Arte al Servicio de la Educación (IMASE). Actualmente es curador del Museo Experimental El Eco.