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Arte, arquitectura y utopía: 5 proyectos

22.08.2013

Nora Silva

Los proyectos utópicos han proliferado durante los últimos años —quizá debido a la crisis y a los cambios frenéticos a los que estamos sometidos, y que han impulsado el florecimiento de proyectos casi irreales o ensoñaciones palpables. Este movimiento podría entenderse como un deseo de evasión o una ansiedad de un futuro radicalmente innovador, lejos de la incertidumbre social y cultural en la que estamos inmersos.

Hablar de arquitectura utópica resulta bastante contradictorio, ya que en la arquitectura, a pesar de nacer como una proyección, la obra en sí es real y construible en un emplazamiento concreto, mientras que la etimología de utopía nos indica que ésta es precisa y literalmente un “no-lugar”, o “lo que no está en ningún lugar” (οὐτοπία : οὐ=no + τόποs=lugar). Sin embargo, es esta paradoja de los no-lugares construidos en lugares la que constituye el paradigma imposible de la arquitectura utópica, además extrapolable al campo del arte en su más compleja absurdidad. De hecho, el arte que sólo es arte cuando no lo es, es el inviable factor común cada vez más presente en la producción artística contemporánea.

Sin embargo, la utopía es algo ya casi histórico: desde La República de Platón y la isla Utopía de Tomás-Moro, pasando por La ciudad lineal de Arturo Soria, los proyectos urbanísticos de Le Corbusier, el metabolismo japonés o los no-lugares de Marc Augé, los ejemplos de inverosimilitudes adelantadas a su tiempo se multiplican en una pila de ficciones acumuladas hasta nuestros días. Hoy, las utopías son hechos ya cimentados debido al anhelo colectivo de un ideal.

Seleccionamos cinco proyectos que se encuentran en el cruce entre arte, arquitectura y utopía:

01. Head in the Clouds, por STUDIOKCA, Nueva York

La “Cabeza en las nubes” del estudio neoyorquino Stuikca ganó la convocatoria para construir el pabellón de la organización sin ánimo de lucro Figment. Concebida como un lugar para habitar los sueños, el pabellón está compuesto de miles de botellas recicladas recolectadas durante meses en distintas organizaciones, escuelas y demás, que forman una nube gracias a una estructura interior de aluminio. El proyecto fue financiado de manera colectiva a través de Kickstarter y para su edificación participaron más de 200 voluntarios.

En este caso la utopía está presente en el reciclaje —medida ya urgente que aún no se toma lo suficientemente en serio— y el trabajo colectivo. El pabellón, además de servir como ejemplo de diseño sustentable, funciona como crítica a la cantidad de desperdicios que genera la sociedad, ya que el número total de botellas empleadas en su construcción corresponde con el número de botellas que se tiran a la basura en Nueva York en una sola hora. Un paso más cerca de la Ecotopía de Ernest Callenbach.

02. Cloud Cities, por Tomás Saraceno

Las estructuras de Saraceno versan sobre el mundo de “networks” —sistemas de redes de información— o, en este caso, de polígonos o “ciudades nube” interconectadas entre sí, que funcionan como una metáfora arquitectónica de lo global. Una perspectiva de tela de araña poblando el cielo, con arquitecturas suspendidas en el aire pero siempre interconectadas, en una irrealidad en la que no funciona nada si no es parte de un ensamblaje integral.

Las “ciudades nube” aún son irrealizables, aunque se han llevado a cabo numerosos bocetos que suponen un menor o mayor acercamiento a la utopía. Una especie de poética de células habitables constituyen uno de los varios ensayos que Saraceno ha desarrollado a partir de la misma teoría inicial. Instalada en la azotea del Museo Metropolitano de Nueva York, una de las Cloud Cities se eleva polígono a polígono formando una estructura de módulos interconectados que aportan una ligera esperanza en cuanto al potencial del imaginario.

www.tomassaraceno.com

03. Bucky Bar, por DUS Architects

El estudio holandés DUS Architects enfoca sus proyectos hacia una arquitectura pública con perspectiva social: “el mundo es un escenario: la arquitectura pública es la puesta en escena de todos los acontecimientos de la vida”.  Consideran la legalidad como algo opcional y defienden el más puro sentido altruista de la práctica arquitectónica.

Para Bucky Bar, construyeron una estructura de paraguas en medio de la ciudad de Rotterdam de forma repentina, que resultó en una especie de cubierta o forma más primitiva de arquitectura, bajo la cual se instaló un bar y un DJ y donde se reunieron cientos de personas a bailar en el frío. El título es un homenaje al inventor americano Buckminster Fuller, visionario diseñador de (¿utópicos?) domos geodésicos.

Esta demostración efímera de utopía social persigue una arquitectura que integre a los colectivos, que funcione como nexo o comunicador. Sería la versión arquitectónica de la estética relacional, movimiento planteado por el teórico Nicolas Bourriaud que defiende un arte basado en la interacción social.

www.dusarchitects.com

04. Hautôvia, por Truth behind 404

El proyecto de esta plataforma artística española es, directamente, fundar un país lejos de los intereses económicos privados. La iniciativa propone establecer un espacio de unos 80.000 m2 en desuso en Madrid como país soberano independiente, con su propia moneda fuera de la especulación capitalista. Hautôvia quiere estructurarse a partir de intereses sociales en vez de mercantiles, defendiendo las decisiones colectivas y la iniciativa ciudadana: “un país donde las necesidades de las personas sean el principal criterio”.

El proyecto ya cuenta con pasaportes, sellos, matrículas de coches y moneda, y está buscando presidente para formar un gobierno como primera medida. La validez de Hautôvia como utopía no podría estar más clara, ya que su realización supondría la consecución real y habitable del prototipo idílico de nación. Mira su video introductorio en la galería de arriba.

05. Dibujos, por Lebbeus Woods

Los dibujos del artista americano proyectan ciudades que excluyen las ideas capitalistas de propiedad privada, por lo que constituyen una crítica al sistema vigente y se adelantan a un tiempo bucólico futuro en el que el régimen sea comunitario. Detrás de las figuras monstruosas que representa, se esconde una utopía política llevada a cabo a través de la arquitectura, ya que Woods afirma que, por naturaleza, “la arquitectura es una acción política”.

Sus diseños no dejan de ser imposibles, característica que tanto gusta a los utopistas, y nos transportan a una era de máquinas y edificios con patas que poco obedecen al adjetivo “eficaz”. “Tenemos que imaginar más ampliamente. Tenemos que tener una imagen más exhaustiva de lo que el futuro es”, decía el arquitecto. Ciudades en las que la tecnología imita a la naturaleza y se adapta a un caos perfectamente detallado.

Para Woods la arquitectura es una herramienta para el cambio, un iniciador o punto de partida que hace posible comienzos distintos. El arquitecto-ingeniero falleció el año pasado en Nueva York, cuando se preparaba una exposición de sus dibujos en el SFMoMA.

www.lebbeuswoods.net


[22 de agosto de 2013]

Nora Silva (Madrid, 1988) es artista, investigadora independiente y escritora. Actualmente vive en Londres. «I do art, I cook food, I make music, I co-run a collective and I write. All those verbs.»

Nora Silva

(Madrid, 1988) es artista, investigadora independiente y escritora. Actualmente vive en Londres. «I do art, I cook food, I make music, I co-run a collective and I write. All those verbs.»

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