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Le Corbusier, Main et silex, 1951. Copyright Fundación Le Corbusier, París.

Dibujo y espacio. Sobre el trabajo gráfico de Le Corbusier

Destacado 14.06.2018

Manuel Guerrero

Además de su destacada producción en la arquitectura, Le Corbusier realizó una prolífica obra en el dibujo, la estampa y la escultura.

Prefiero dibujar antes que hablar. Dibujar es más rápido y deja menos espacio a las mentiras.
Le Corbusier

 

El dibujo establece una relación muy peculiar entre las artes plásticas y la arquitectura. Desde el Renacimiento italiano, la genealogía que vincula a estos dos campos a partir del concepto de disegno, con el que se denominaba a los bocetos o esquemas previos a la realización de un proyecto de arquitectura o pintura, no contemplaba una distinción considerable.

En apariencia, el papel del dibujo en estos procesos tenía una condición inferior respecto a la obra terminada, pero esto no es del todo cierto ya que el trabajo realizado por artistas como Miguel Ángel o, en el contexto alemán, Albrecht Dürer, muestra una reflexión particular sobre la naturaleza de lo observado: además de ser un medio con el que el dibujante se aproxima al modelo y funciona como una herramienta para visualizar la obra arquitectónica en mente, dibujar es —recordando las ideas de otros artistas como Gilberto Aceves Navarro o Kimon Nicolaïdes— la definición de un lenguaje propio, basado en una sensibilidad forjada por las experiencias y la capacidad de observar con suma atención la realidad que sucede.

Dibujos de arquitectura clásica. Le Corbusier dibujos.

Le Corbusier, Cinq croquis sur une même feuille d’une façade ornée d’arcades et de colonnettes, 1907. Tomada de Fondation Le Corbusier.

Ante el estudio de un cuerpo humano, por ejemplo, los artistas no se limitan a copiar el modelo, o a hacer-el-cuerpo; aunque existan diferentes motivos para dibujar cuando se ve algo, antes que nada hay una pregunta sobre lo que está frente a nosotros y que nos invita a observarlo, lejos de la contemplación acrítica. ¿Qué es esto que está frente a mí? ¿Cómo se siente y cómo puedo hacer que en mi dibujo se perciban los aspectos que me interesan de su pose, textura, movimientos?

Algunas de estas cuestiones se pueden reconocer en el trabajo gráfico de Le Corbusier, prolífico creador que a lo largo de su vida, y con una relevancia considerable en el campo de la arquitectura, no descuidó su quehacer como pintor, grabador, escultor y, principalmente, dibujante. Las bitácoras con estudios de otros ejemplos arquitectónicos, así como los apuntes de interiores y exteriores, son una clara muestra de que para Le Corbusier el dibujo no era una simple herramienta, ya que mostraba intereses plásticos concretos. Sin embargo, poner en perspectiva su trabajo arquitectónico frente a, digamos, su trabajo en el aguafuerte, muestra un contraste total: del corte geométrico de los edificios y casas que diseñó a lo largo de su vida no hay rastro en las gestuales composiciones llenas de colores vibrantes. ¿Cómo logró compaginar actividades y aspectos formales tan divergentes?

Mujeres abstractas. Le Corbusier dibujos.

Le Corbusier, Étude sur le thème de la «pyrénéenne» avec nu féminin passant la porte, 1940. Copyright Fundación Le Corbusier, París.

Con el propósito de poner en contexto las reflexiones, es necesario decir que Le Corbusier tuvo una formación temprana en el campo de las artes al ingresar en 1900 a la Escuela de Arte de La Chaux-de-Fonds, en Suiza, en la que su amistad con el profesor Charles L’Eplattenier fue crucial para desarrollar su interés en distintas técnicas artísticas. Si bien L’Eplattenier también cultivó en el entonces joven la curiosidad por la arquitectura, la vida estudiantil estuvo marcada por trabajos de escultura, grabado, entre otras artes, por lo que este fue —por mucho tiempo— el campo principal en el que se desenvolvió Le Corbusier.

Una constante en su amplia obra, por encima de los motivos y el tránsito entre representaciones miméticas y abstracción, es el interés por conocer el papel que los individuos y los objetos desempeñan en la construcción de un espacio. Aunque esto es un aspecto importante en su planteamiento arquitectónico, en la tradición pictórica —en sentido estricto— determina la composición de lo que se ve en el plano: los ritmos, movimientos y la perspectiva son definidos por cómo los personajes y los objetos interactúan dadas sus cualidades de proporción y color.

Pintura de mujeres acostadas. Le Corbusier dibujos.

Le Corbusier, Deux femmes étendues, 1936-1940. Copyright Fundación Le Corbusier, París.

En su curiosidad por el espacio, no es extraño advertir algunas alusiones al cubismo sintético asociado con el trabajo de Juan Gris y Pablo Picasso: los distintos planos inmersos en una sola figura que dan como consecuencia proporciones fisonómicas imposibles, desafío a los planteamientos de la representación bidimensional y la geometría euclidiana, los cuales solo muestran uno de muchos planos. Le Corbusier experimentó ampliamente estas posibilidades en su vasta obra pictórica y de estampa, en la que mantuvo una apertura formal y material en cuanto a lo que podía utilizarse para realizar una composición. Ejemplo de ello es el uso de recortes de papeles de distintos colores y periódicos para generar una estratificación de planos, algo utilizado por otros artistas como Henri Matisse en sus últimas obras o en los collages realizados por Hannah Höch.

Pintura abstracta. Le Corbusier dibujos.

Le Corbusier, Polyphème, 1955. Copyright Fundación Le Corbusier, París.

 

Podríamos enmarcar los intereses plásticos de Le Corbusier en la tendencia vanguardista del arte de principios del siglo XX, pero esto omitiría su capacidad técnica para representar de distintas maneras un motivo, algo que queda patente en los cuadernos de viaje realizados durante su juventud, en los que estudió con gran detalle famosas estructuras arquitectónicas en Europa y otras partes del mundo. Nuevamente, aquí emplea distintos recursos para visibilizar lo que llamó su atención de cierto modelo: el uso de una paleta de colores aplicada en el interior de una catedral, el diseño de los capiteles de una columna o, sin mayores pretensiones, la forma general de una casa. En la bitácora, dibujar se convierte en otra forma de narrar las impresiones vividas, justo en el momento cuando las palabras no son suficientes para describir lo ocurrido.

Acuarela de arquitectura clásica. Le Corbusier dibujos.

Le Corbusier, Intérieur cathédrale de Sienne, 1907. Tomada de Fondation Le Corbusier.

De vuelta a la idea que propuesta en las primeras líneas de este texto: si el dibujo es una disciplina por medio de la cual articulamos un lenguaje —por extensión, una forma de expresarnos— modelada a través de la existencia, lo que nos queda claro al observar el trabajo de Le Corbusier en el campo de la plástica es que su vida estuvo marcada por una duda constante sobre las condiciones bajo las que se estructura la idea del espacio. Desde los múltiples viajes hasta la intimidad del estudio, en cada lugar había algo que mostraba una lógica propia que Le Corbusier procuró significar en distintos medios. Quizá nunca lleguemos a saber con exactitud de qué modo la arquitectura y las artes se conjuntaron en su pensamiento, pero es indudable que la raíz que logró articular tantas impresiones fue el dibujo.

Pintura con caracol y humano. Le Corbusier dibujos.

Le Corbusier, Le Modulor, 1955. Copyright Fundación Le Corbusier, París.

Actualmente, la galería de arte contemporáneo La Aurora ubicada en Murcia, España, presenta una muestra dedicada a Le Corbusier, conformada por 20 aguafuertes de la serie Unité realizadas entre 1963 y 1965.

Manuel Guerrero

Ha participado en más de quince exposiciones colectivas y encuentros de arte sonoro en México, Reino Unido, Japón y España. A la par de la producción artística, ha escrito para más de doce plataformas dedicadas a la reseña y crítica de arte.

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