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Nan Goldin, Balada de dependencia sexual, 1986. Tomada de Cultura Colectiva.

El amor en el arte: 5 proyectos

Lista 02.09.2014

Seleccionamos 5 proyectos realizados por artistas contemporáneos en los que el amor, en sus diferentes manifestaciones, es el tema principal.

La instalación Cuídate mucho de Sophie Calle es exhibida actualmente por el MARCO, en Monterrey. Está integrada por textos, fotografías y videos para responder el correo electrónico que la artista recibió de su ex pareja en el momento de su ruptura. Sin duda, el amor es uno de los temas más recurrentes en el arte. Algunas de las obras más emblemáticas relacionadas con este sentimiento han sido inspiradas por las experiencias personales de sus creadores. Así, se presentan como narrativas de vida que, a su vez, hablan sobre un determinado momento de la sociedad. Repasamos 5 proyectos de arte que exploran y proyectan comentarios sobre el amor como un concepto —o estado— relacionado con fenómenos sociales y políticos.

—Nan Goldin, Balada de dependencia sexual (1986)

En las décadas de los 80 y 90 Nan Goldin (Washington, 1953) registró la relación de su círculo de amigos con las drogas, el sexo, el alcohol y el amor, a través de fotografías que más tarde se convirtieron en memorias de la escena contracultural de la época. Su serie más importante, Balada de dependencia sexual, es un diario visual que narra la lucha con la intimidad y con sentimientos como el amor, el dolor, el odio y la violencia. Las fotografías exponen el espacio de entendimiento que se genera en las relaciones amorosas al tiempo que convierten la privacidad en centro de la mirada pública. Además, su obra describe un mundo que es visceral y repleto de vida.

Goldin describe la serie como una “memoria real con imágenes que provocan. Es una invocación del color, el olor, el sonido, la presencia física la densidad y el sabor de la vida.”

Hombre sentado en una cama fumando. Proyectos de amor en el arte

Nan Goldin, Balada de dependencia sexual, 1986. Tomada de El País.

—Félix González-Torres, Sin título (Amantes perfectos) (1987-90)

En el transcurso de tres años, Félix González-Torres (Guáimaro, Cuba, 1957 – Miami 1996) realizó una de sus obras más conocidas, Sin título (Amantes perfectos), donde un par de relojes idénticos inician su marcha sincronizados exactamente a la misma hora. Pero a la postre, el tiempo termina con la perfecta sincronía. La pieza fue dedicada a su pareja Ross Laycock, que murió en 1991 de una enfermedad relacionada con el SIDA. Ese mismo año, González-Torres creó una versión en blanco de la obra que actualmente forma parte de la colección del MoMA.

En su obra —la mayoría de corte biográfico—, el amor, el tiempo y la muerte son temas recurrentes para explorar la forma en que las cuestiones sociopolíticas pueden infiltrarse en la vida personal. Como un artista abiertamente homosexual, su trabajo también se enfocó en la interacción entre los ámbitos público y privado, como se puede ver en Cama vacía (1991), una serie de espectaculares —cuyo número corresponde a la fecha de muerte de Laycock—  que se desplegaron alrededor de Nueva York como una declaración política y social del cuerpo y las relaciones homosexuales.

Por su parte, el paralelismo entre el tiempo y el amor también fue descrito por González-Torres en una carta dirigida a su pareja. El texto fue publicado en la biografía del artista escrita por la curadora Julie Ault en 2006. Aquí el fragmento:

No tengas miedo de los relojes, ellos son nuestro tiempo, el tiempo ha sido generoso con nosotros. Marcamos el tiempo con el dulce sabor de la victoria. Conquistamos el destino al encontrarnos en un determinado momento y un determinado espacio. Somos producto del tiempo, por lo tanto le devolvemos el crédito como se debe: [con] tiempo.

Estamos sincronizados, ahora y para siempre.

Te amo.

 Amantes, 1998.

Relojes sincronizados. Proyectos de amor en el arte

Félix González-Torres, Sin título (Amantes perfectos), 1987-1990. Tomada de Pinterest.

—Tracey Emin, Mi cama (1998)

Como una narradora de tragedias, Tracey Emin (Croydon, Reino Unido, 1963) logra involucrar al espectador con una escena que explora emociones universales aunque en apariencia pueda resultar personal y privada. La instalación es la misma cama donde la artista pasó cuatro días, deprimida, después de una ruptura amorosa. Además de las sabanas arrugadas, alrededor se pude ver ropa interior sucia, botellas de alcohol, cajetillas de cigarro, pañuelos desechables, pastillas anticonceptivas, preservativos, un par de pantuflas, un muñeco de peluche y demás artefactos que la acompañaron en su duelo.

Mi cama no es sólo una escena del crimen que provoca la mirada del espectador hasta convertirlo en una especie de voyeur, es también un autorretrato de la artista que, en su momento, puso a discusión temas feministas relacionados con la libertad y los derechos sociales y sexuales de las mujeres. Es, además, una referencia al cuerpo como el contenedor de las normas que rigen a una sociedad.

Cama destendida. Proyectos de amor en el arte.

Tracey Emin, Mi cama, 1998. Tomada de 20minutos.

—Sharon Hayes, Marcho en el desfile de la libertad, pero mientras te ame no soy libre (2007-08)

La pieza es un performance y una obra sonora que establece una declaración de amor como una protesta política. Entre diciembre de 2007 y enero de 2008, Sharon Hayes (Baltimore, 1970) tomó un megáfono y caminó del New Museum de Nueva York a diferentes espacios públicos para pronunciar una carta de amor dirigida a un “anónimo”. El texto, pronunciado como un discurso público con sutiles tonos de sufrimiento, expresaba el amor por un amante del que se había separado por razones desconocidas. Mientras Hayes hablaba sombre amor y deseo, también enunciaba comentarios sobre la forma en que la guerra puede interrumpir la vida cotidiana, el deseo y el amor de los individuos.

Además de cuestionar la difusa distancia entre lo público y lo privado, este proyecto es una reflexión sobre la libertad de hablar y de escuchar, porque «el oído es el único sentido que no puedes cerrar», como canta la pieza. Marcho en el desfile de la libertad, pero mientras te ame no soy libre es una especie de confesión que combina el lenguaje de la política y del amor.

Cartel blanco con leyenda en letras negras. Proyectos de amor en el arte.

Sharon Hayes, Marcho en el desfile de la libertad, pero mientras te ame no soy libre, 2007-2008. Tomada de Mu Home and Yours

—Miranda July y Harrell Fletcher, Aprendiendo a amarte más (2002-2009)

Toma una fotografía de tus padres besándose, consigue el teléfono de la persona que te gusta, pide a tu familia que te describa o entrevista a un veterano de guerra, son algunas de las tareas que Miranda July (Barre, Vermont, 1974) y Harrell Fletcher (Portland, Oregon, 1967) asignaron a diferentes participantes para ser parte de Aprendiendo a amarte más. Durante siete años los artistas desarrollaron un proyecto colaborativo en línea que invitaba a gente de todo el mundo a responder creativamente a diferentes tareas que se asociaban con el amor. Los participantes seguían las instrucciones de los artistas y enviaban su documentación para ser publicada en el sitio web www.learningtoloveyoumore.com

El sitio se convirtió en un archivo audiovisual que muestra —de forma directa o indirecta— las diferentes formas de representación del amor en la sociedad. Los resultados son testigos de las actitudes, las acciones y los pensamientos que un individuo puede desarrollar para alcanzar la empatía del otro.

Captura de pantalla de una página web. Proyectos de amor en el arte.

Miranda July y Harrell Fletcher, Aprendiendo a amarte más, 2002-2009. Tomada de la web del proyecto.

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Sin título (Amantes perfectos) (1987-90) de Félix González-Torres

Marcho en el desfile de la libertad, pero mientras te ame no soy libre (2007-08) de Sharon Hayes