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Al Borde, Pupitres para la campaña Women's Letters (2015). Vía Designboom
Al Borde, Pupitres para la campaña Women's Letters (2015). Vía Designboom
Al Borde, Pupitres para la campaña Women's Letters (2015). Vía Designboom
Al Borde, Pupitres para la campaña Women's Letters (2015). Vía Designboom
Al Borde, Pupitres para la campaña Women's Letters (2015). Vía Designboom
Al Borde, Pupitres para la campaña Women's Letters (2015). Vía Designboom
Al Borde, Pupitres para la campaña Women's Letters (2015). Vía Designboom
Al Borde, Pupitres para la campaña Women's Letters (2015). Infografía. Vía Designboom
Al Borde, Pupitres para la campaña Women's Letters (2015). Infografía. Vía Designboom

Un pupitre propio. Diseño para los derechos de la mujer

22.04.2015

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Las mujeres (…) no han tenido la menos oportunidad de escribir poesía. He insistido tanto por eso en la necesidad de tener dinero y un cuarto propio.

Virginia Woolf en Un cuarto propio

Hay arquitectos que se basan más en los periódicos que en las revistas de arquitectura para inspirar su obra. Lo dijo Enrique Browne en la presentación del Panorama Iberoamericano de Obras de la VI BIAU 2010, para presentar un proyecto comunitario del estudio Al Borde.

Esta vez los integrantes del despacho —David Barragán, Pascual Gangotena, Esteban Benavides y Marialuisa Borja— han diseñado pupitres para Women’s Letters, una campaña de derechos de la mujer bajo la dirección de la asociación UN Women y el Centro de Artes Contemporáneo en Ecuador.

Zurdas, diestras; bajas, altas; delgadas, robustas… Todas las mujeres recibieron una unidad para escribir cómodamente bajo las actividades de la campaña —¿es la comodidad universal, de cualquier modo? El resultado fue una serie de pupitres de diferentes diseños. Un diseño personalizado, como proclaman algunas reconocidas firmas de diseño del presente, pero a favor de satisfacer la necesidad educativa antes que la vacua promesa de un eslógan consumista.

Distintas sillas —y hasta sillones— con un único elemento en común: la mesilla naranja para dar soporte al papel. Pero lo que sucede después del diseño es lo más interesante: las mujeres se empoderaron de los escritorios y se dispusieron a la redacción de cartas, historias y anécdotas que se elevaron a la cantidad de diez mil piezas de escritura.  Mejor aún: la iniciativa tuvo reflejo en una legislación que incrementa la concientización de los derechos de la mujer en el territorio.

Al Borde es un estudio colaborativo y experimental enfocado, según comunican en su sitio web, “en resolver necesidades con base en el material disponible, sean recursos sociales o materiales físicos. El colectivo trabaja con lo que tiene a su alcance.” Nominados al premio Design of the Year 2015 por el Design Museum de Londres por el proyecto Última Esperanza, diseñan respuestas arquitectónicas para problemáticas comunitarias.


[22 de abril de 2015]

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