La idea de futuro siempre se concibe a través de realidades alternativas. Por ejemplo, muchos actualmente aseguran que hemos llegado ya al fin del tiempo, y por ende no hay futuro, lo que significaría que vivimos en una eterna contemporaneidad. En el arte ciertas exploraciones contribuyen a reflexionar, representar o aceptar lo impredecible que emplaza esta temporalidad. Sin embargo, un joven artista argentino nos propone otra vía: relatos sobre un futuro hipotético situados en el presente y bajo la lente de la fantasía.

Adrián Villar Rojas (Rosario, 1980) imagina el futuro a partir de los residuos de la humanidad. Su trabajo aborda momentos de gigantescos collages que oscilan entre la arquitectura, la ciencia ficción, la animación japonesa y la escultura geométrica abstracta. Son piezas en su mayoría monumentales que orquestan una ficción casi siempre apocalíptica del porvenir. Se trata de especulaciones —o si se quiere simulacros escultóricos— donde la mirada del artista apunta hacia el final de los tiempos y del mundo. Desde ese lugar, Villar Rojas propone repensar el arte como un hospicio para nuestra existencia.

La mayor parte de su producción tiene enormes escalas que inevitablemente generan en el espectador un fuerte impacto físico y emocional. El resultado es un trabajo que hace tangibles historias de ficción, metáforas, apologías y posibilidades científicas; una convergencia que recorre referencias culturales heterogéneas y, si se quiere, es un legado contemporáneo del utopismo cultural.

Adrián Villar Rojas se ha hecho visible en la escena del arte de modo vertiginoso. Su trabajo ha sido expuesto en las plataformas más importantes del arte institucional y comercial como la 54 Bienal de Venecia, la 31 Bienal de Sao Paulo y el New Museum de Nueva York y recientemente presentó Return the World (2012) en dOCUMENTA (13) en Kassel, Alemania. Se trata de una instalación de distintas esculturas coproducida por dOCUMENTA y por la galería kurimanzutto. Villar Rojas es representado por las galerías Ruth Benzacar de Argentina, Casas Riegner de Colombia y kurimanzutto en México.

Una pieza destacada es El asesino de tu herencia (The Murderer of your Heritage), de 2011, una instalación presentada en la 54 Bienal de Venecia. El espacio que acogió el conjunto de piezas escultóricas era similar a las ruinas de una antigua cultura o un gran imperio devastado. Si se piensa en estas grandes piezas como monumentos, una lectura posible es la alteración de nuestro presente y en consecuencia una torsión de éste para desconfigurar toda lógica temporal. El asesino… parte de las teorías de los llamados multiversos —o universos paralelos—, que hablan de la posibilidad de la coexistencia de mundos alternativos al nuestro y, por ende, las diversas rutas que pudo haber tomado la humanidad en el curso de su evolución.

—
[15 de agosto de 2012]